Gavi acelera una jugada de gol de 20 pases
El interior azulgrana entra en el segundo tiempo aclamado por la afición y revoluciona el juego de la Roja una vez más. “En el campo es un volcán en erupción”, dice Luis Enrique
En una selección que anda a la búsqueda de referencias de peso, el imberbe Gavi se ha convertido en el icono de la hinchada. Con 17 años, el chico causa furor entre el personal. En cuanto asomó por la banda para calentar, La Rosaleda le aclamó entregada. Su impacto en el juego fue total y también en el segundo gol de España. Primero provocó la falta, caído a la derecha del centro del campo. Ahí iniciaron los futbolistas españoles una secuencia de casi 20 pases que terminó por remachar Sarabia. Fue Gavi el que aceleró la elaborada jugada con un control y un regate de cintura. La salida, explosiva y vertical, ya como interior izquierdo, destrozó a los checos. Fresco de piernas, Gavi se levantó por encima de todos con esa transición que prolongó para que entre Dani Olmo, Ferran y Sarabia terminaran por culminar. La jugada fue de manual. Bamboleo de pelota de lado a lado hasta que Gavi encendió la luz. Sus detalles animaron a una afición que no lo había pasado bien en los primeros minutos.
“En el campo, Gavi es un volcán en erupción. Es imposible que haya alguien que no disfrute con él, tiene pase, gol, regate...”, aseguró Luis Enrique, que el día anterior le había enviado un mensaje. “Debe mejorar dentro y fuera del campo”, dijo. “La parte interesada lo cogió en su momento. Puede ser un mensaje para 24 jugadores. Tenemos un grupo que con una serie de valores”, matizó ayer el técnico. “Estoy contento, somos líderes. Preguntar a los rivales, que son los que nos sufren, si somos o no candidatos”, espetó el técnico.
La entusiasta marea roja que transitaba encolumnada por el paseo de La Rosaleda hasta llenar el coliseo malacitano no se vio correspondida con el arranque de España, que lució la camiseta que vestirá la selección femenina en la próxima Eurocopa. Pocas veces se ha visto a Luis Enrique tan descompuesto como durante el primer cuarto de hora. El preparador gijonés parecía no dar crédito a la falta de control sobre el juego que mostraban sus futbolistas ”Nos costó al principio porque no nos posicionamos bien, pero teníamos la sensación de que, cuando rompiéramos su presión, generaríamos ocasiones”. . Una pérdida de Marcos Alonso derivó en un zurriagazo seco de Cerny. El derechazo raso iba centrado, pero le pilló a Unai Simón a contrapié. El meta del Athletic estuvo rápido de reflejos para dejarse caer y poner el antebrazo. Mala señal que la primera gran ovación de la hinchada española se la llevara el portero. Y no sería la única. Otra mala entrega en las inmediaciones del área checa clonó una de las contras que ya padecieron Eric García e Iñigo Martínez en Praga. Un pase largo raso y corrido pasó entre ambos centrales y lanzó a Kutcha. Por la carrera y porque el central del Athletic le aguantó el ritmo, el punta checo llegó exhausto ante Unai Simón, que le achicó bien en el mano a mano. ”Unai me da mucha tranquilidad, también en el juego aéreo porque no somos una selección muy alta en las jugadas de estrategia”, dijo el seleccionador español, que elogió el partido de Eric García: “Ha estado imperial, a ver si alguien los destaca, igual que Rodri”.
En los primeros 20 minutos, los checos registraban dos remates por ninguno de España. Puede que este sea de los partidos en los que más han tardado los futbolistas de Luis Enrique en domar a un contrario. Lo hizo cuando Koke sacó el periscopio para meterle una pelota a Asensio. El madridista ganó la línea de fondo y su centro atrás lo reventó Soler. El gol calmó a Luis Enrique, que por fin asistió a una de las acciones que más demanda: la llegada de los interiores desde segunda línea. En la colectivización del gol que pretende el seleccionador español, Soler se está ganando a Luis Enrique.
También Marco Asensio dejó algunos gestos técnicos que deleitaron a la grada. Su inclusión en esta convocatoria respondía a una oportunidad que le ha concedido Luis Enrique en su búsqueda de jugadores desequilibrantes. Cuando el seleccionador le cambió, la ovación fue atronadora. La misma que se llevó Unai Simón cuando, con el partido ya finalizado, un niño le buscó en el centro del campo burlando la seguridad. El meta del Athletic le cogió en brazos y permitió que diera parte de la vuelta al campo con el grupo. ”Él sabe que su perfil me gusta. Ha ocupado bien los espacios para aracar y defender, pero también sabe que hay otros que no han venido”, conclu
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