El Real Madrid mete la directa ante el Baskonia
El conjunto de Laso impone su energía y manda por 2-0 en la semifinal de la ACB
El Real Madrid coge una ventaja que puede ser casi decisiva en la semifinal de la ACB. Con dos victorias ante el Baskonia, al equipo vitoriano, al que empieza a faltarle la energía, le haría falta encadenar tres triunfos, dos en el Buesa, a partir del martes, y en el hipotético caso de la remontada, otro más en el WiZink, donde no ha estado inspirado en estas dos últimas visitas. Estaba cansado el equipo vasco; el madrileño sigue a velocidad de crucero.
Laso utilizó la baza de la solidez, en ataque y en defensa, y volvió a repetir la fórmula que le dio la victoria en el primer partido de la serie. Si hace un par de días fue en el tercer cuarto, esta vez el Real Madrid adelantó la faena 10 minutos. Dejó que el Baskonia se cociera en su propia salsa. Corría, sí, como le gusta al equipo vitoriano, pero desperdiciaba tiro tras tiro. Insistían en el triple, pero su porcentaje resultaba paupérrimo. Dos de 13 en la primera parte. Giedraitis, un bombardero, que jugó casi 23 minutos, se quedó sin anotar después de nueve intentos de campo. Los blancos, a lo suyo. Poderosos físicamente, la intimidación de Tavares, el hombre más determinante en los dos partidos, les permitió dos y hasta tres intentos de lanzamiento con 11 rebotes ofensivos a su favor.
Después de un primer cuarto con las fuerzas igualadas, en el que el marcador osciló, pero casi siempre a favor del Real Madrid, otro cortocircuito en el juego del Baskonia les permitió a los blancos un parcial de 13-0, que recordó bastante al 15-0 del primer envite. Aunque reaccionó el equipo de Neven Spahija y sumó 11 puntos consecutivos, volvió a las andadas; prefirió no pensar demasiado, no calmar el juego, y el Madrid no perdonó. Baldwin restaba más que sumaba cuando quería hacer las cosas a su estilo, y los demás compañeros no se atrevieron a dar un paso adelante.
En el Real todo era calma. Defendía bien, atacaba con eficacia y sin una dirección definida porque esta vez ni siquiera pudo vestirse Llull. Las cosas le salían razonablemente bien. Cuando las cosas funcionan en general, los pequeños errores se solapan. No carburaba Poirier, incapaz de acercarse a las prestaciones de Tavares, inconmensurable, pero apenas se notaba en el juego. Laso volvió a dar minutos a Juan Núñez, que celebró su cumpleaños y su consiguiente mayoría de edad con un triple de salida. Todo les salía bien a los madridistas, todo torcido a los baskonistas, que como apuntaba Fontecchio en el descanso, no eran capaces de meter la pelota en una piscina.
Tampoco en la segunda parte. El tercer cuarto certificó lo que se veía desde el comienzo del segundo. Tres aciertos de 21 tiros de tres para los vitorianos, un 14%. El Baskonia anotó 15 puntos por cuarto, sólo 45 a falta de 10 minutos. Mientras el Real Madrid parecía pleno de energía, con casi todos los jugadores en estado de gracia, la cara de los vitorianos pasó a modo funeral cuando la ventaja local se disparó a los 28 puntos. Hanga y Rudy Fernández parecían estar jugando el primer partido de la temporada; al Baskonia le empezaron a caer los minutos como losas. El partido se acabó mucho antes de que lo dijera el reloj, aunque ese tiempo extra al margen del resultado sirvió para que, después de varias semanas de castigo, Thomas Heurtel regresara a la convocatoria y jugara tres minutos. Antes del choque, el exmadridista Jayce Carroll fue homenajeado en la pista.
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