Nadal: “Prefiero un pie nuevo que cualquier título”
El mallorquín prioriza “la vida” y dice que debe pensar en el mañana, mientras subraya que la “humedad extrema” en pista le forzó a cambiar de estilo de juego
Habla Rafael Nadal a las claras, después de apurar un último trago de agua y respondiendo a la pregunta que cierra una rueda de prensa que ha transcurrido bajo un tono lúgubre. Si tuviera que elegir entre ganar mañana su decimocuarto Roland Garros, su vigésimo segundo grande, o bien frotar la lámpara y que el genio le concediera un deseo en forma de nuevo pie, ¿con qué se quedaría?
“Prefiero perder la final, porque un pie nuevo me permitiría ser más feliz en mi día a día. Mi discurso y mi forma de ver la vida no han cambiado. Ganar te llena de adrenalina momentánea, pero la vida es mucho más importante que cualquier título. Tengo una vida por delante y debo pensar en el mañana. Siempre me he esforzado al máximo para generar las máximas opciones posibles, fuera cual fuera mi condición física, pero hay toda una vida por delante y en el futuro me encantaría poder ir a jugar con mis amigos, de forma amateur, y eso hoy día es un poco una incógnita. Sin ninguna duda, mi felicidad va por delante de cualquier título y sin ninguna duda que un pie nuevo, el no tener el dolor que tengo casi a diario, me cambiaría la vida”, contesta el de Manacor.
Es su cumpleaños y se encuentra de nuevo frente a la historia. Sin embargo, no le gusta nada como ha terminado la tarde. “Lo siento mucho por él [Zverev]”, introduce. “Pero no ha sido una cuestión de la pista. No podemos crear una historia a partir de eso. Ha sido un accidente, a veces ocurren y en todas las superficies. Pero la pista no estaba mal. El problema es cuando la parte más gruesa de atrás se acumula, porque entonces es más resbaladiza”, explica; “pero ha sido mala suerte, un momento desafortunado”.
“Ha sido duro, un sube y baja. Y luego ha habido un punto criminal que me ha dado el break [en el 2-1 del segundo set], pero que después me ha quitado muchos juegos”, explica, a la vez que replica al periodista que le desliza que ha sufrido un bajón. “No he tenido un bajón; de hecho, he tenido un inicio fantástico. Evidentemente, me gusta jugar más de día y al final sí he notado el cansancio, pero no al principio”, continúa Nadal, que ha igualado al serbio Novak Djokovic como el tenista con más presencias en grandes finales (10) alcanzada la treintena y precisa que todos los sacrificios que viene haciendo adquieren sentido al estar donde está ahora.
“Me encantaría jugar con mis amigos de forma ‘amateur’, pero eso es una incógnita”
Están siendo días difíciles para el balear, que persigue el enésimo sueño y a la vez intenta minimizar el dolor del pie. Son muchos los sinsabores en los últimos tiempos, pero la pasión sigue dentro.
“No tengo nada que demostrar a nadie, ni siquiera a mí mismo. Todo se basa en que disfrutes de lo que estás haciendo. A mí me encanta competir en estas citas, sentir la adrenalina de jugar en los grandes estadios y todavía me divierto jugando a tenis. Por eso sigo jugando y, si estoy lo suficientemente bien como para hacerlo, seguiré haciéndolo. Me siento feliz y orgulloso por darme una nueva oportunidad de ganar aquí el título”, indica. También señala que aterrizar en esta final ha sido más sencillo que hacerlo hace cinco meses en la de Australia: “En este torneo he logrado mis mejores resultados y aquí sabes que, si consigues pasar las primeras rondas y avanzar, puedes tener más opciones”.
La pelota, “grande”
No obstante, el duelo con Zverev ha sido una montaña rusa, resumida en las ocho roturas del segundo parcial. “Hacía mucho que no jugaba con unas condiciones tan lentas aquí. La humedad era extrema, la pelota estaba grande y era muy difícil generar efectos, así que he tenido que utilizar un estilo totalmente distinto. No pude hacerle todo el daño que me hubiera gustado con mis golpes, él empezó jugando a un gran nivel y Zverev tiene, probablemente, el mejor revés del circuito”, sigue el tenista, número cuatro del mundo.
A Nadal, como a todo el mundo, le ha resultado muy desagradable la escena final y reconoce que no se le hace fácil hablar. “Espero que no esté demasiado mal. Ojalá que no se haya roto nada y sea lo mínimo cuando te tuerces un tobillo”, afirma; “estaba siendo un partido muy duro, pero él estaba jugando de manera asombrosa, luchando por su primer grande. Es un buen colega en el circuito. Estoy muy feliz de estar en la final, pero si eres humano no puedes más que lamentar lo que le ha ocurrido”.
En el caso de haber conquistado el torneo, Zverev se hubiera encaramado a lo más alto del circuito. Sin embargo, el pulso de semifinales ha concluido de la peor manera posible. No obstante, Nadal vuelve a estar a un solo paso de hacer cima en París y de agrandar su historial. “Después de todo lo que estamos pasando en los últimos tiempos es increíble, un éxito muy importante. Sabía que no era el favorito al llegar aquí, pero dejé claro que las cosas en el deporte cambian rápidamente y, afortunadamente, lo han hecho”, concluye antes de regresar a su hotel.
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