Carlos Alcaraz, de arriba abajo y de abajo arriba
El murciano se tuerce contra Kwon en el estreno, pero logra su primer triunfo en el Godó (6-1, 2-6 y 6-2) y se medirá con Munar: “El cambio a tierra es complicado”
“¡No pot ser, es retardarà el Carlitos!”.
A la hora de comer, el hambre aprieta, el viento sopla y el agua cae sobre Barcelona en forma de una fina llovizna que dispara los paraguas del aficionado previsor, que antes de salir de casa ha mirado el parte meteorológico y el cielo, cada vez más grisáceo y más cerrado, y ha descubierto que, de repente, el otoño se ha instalado provisionalmente en la ciudad. Abundan los paraguas, los abrigos y los chubasqueros, la gente va y viene por la arteria principal del Real Club de Tennis Barcelona (RCTB) y el caramelo del torneo se hace esperar, hay impaciencia. Pero finalmente llega. A eso de las cinco de la tarde, Carlos Alcaraz irrumpe en la central del Godó. Entonces empieza una montaña rusa. De arriba abajo y de abajo arriba: 6-1, 2-6 y 6-2, en 1h 33m.
El murciano de 18 años, el nuevo ojito derecho del tenis mundial, responde a la expectación con una salida en tromba, dispuesto a demostrar que lo de la semana pasada en Montecarlo (caída en la primera ronda) fue simplemente una cuestión accidental, que tiene aprendida la lección y que estos días son los idóneos para recuperar la buena senda. Así que sale como un tiro, abruma a Sonwoo Kwon durante media hora, lo que tarda en ventilarse el primer set, y sigue exprimiendo al surcoreano (24 años, 71º) en el inicio del segundo (2-0). Es decir, todo lo que la grada más o menos esperaba y, sobre todo, deseaba. Ausente Rafael Nadal, él es el motor de esta edición.
Desde uno de los rincones de la pista observa Tommy Robredo, ya extenista, retirado hace dos días; ahora ejerce con Alexia, su niña de un año, cuyo llanto se oye entre pelotazo y pelotazo hasta que su padre y su madre la balancean y vuelve a oírse solo el crujido de la pelota cada vez que Alcaraz mete un estacazo de los suyos, ¡crack, crack, crack!, con ese sonido tan característico, como un hachazo abriéndose paso hacia el corazón del tronco. Lo contempla en directo el presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, al que estos días le faltan manos para llegar a cada lío, de los alemanes a Piqué, pasando por su equipo.
“Lucharemos por quedar lo más arriba posible”, dice antes del partido en un canutazo en el village. En ello está también Alcaraz, al que como al día, de repente, se le va la luz, pierde color –sufriendo con los segundos– y se le funden los plomos. De repente, se enreda, se desordena y abre la puerta a Kwon, que hasta ese momento parecía ko y en un abrir y cerrar de ojos se convierte en un muro que no falla una. Las devuelve todas, y el español –undécimo de la ATP, dos títulos este año– tuerce el gesto, se frustra, se encoge de brazos como diciéndose: ¿Qué demonios pasa, Carlos?
“No veía portería”
Pero todo queda en un susto. Cuando a no pocos de los presentes se les ha hecho un nudo en el estómago ante la posibilidad de perderle en el estreno, llega la reacción, sin brillo pero eficiente. El chico de El Palmar corrige y el surcoreano –solo seis triunfos sobre tierra hasta ahora– vuelve al lugar original del partido. Así se acaba la historia, con algún que otro sudor frío. Así atrapa Alcaraz la primera victoria de su carrera en Barcelona, donde se escuchan chillidos cuando el murciano abandona la pista: “Es una locura lo que mueve este chaval”, se escucha mientras firma autógrafos y la llave del cuadro le empareja este jueves (hacia las 19.00, Teledeporte y Movistar) con Jaume Munar.
“Hemos jugado dos veces en tierra y vamos 1-1. Será complicado, está jugando muy bien y en tierra es durísimo”, expresa el joven de El Palmar ante los periodistas. “Es un partido de tenis y puede pasar cualquier cosa. Empecé muy bien y mi rival no veía portería, pero empezó a jugar más suelto, a dominar el partido y me vinieron dudas. No sabía cómo reaccionar, pero al final supe resetear todo y empezar un set nuevo”, describe Alcaraz; “Juan Carlos [Ferrero, su entrenador] tenía razón, el cambio a tierra batida es complicado, hay que sumar horas en pista, moverte, tener claro cómo jugar... Pero estoy en un punto en el que me siento más cómodo”.
Junto a él avanza Pablo Carreño, superior a Bernabé Zapata (doble 6-3) y citado con Lorenzo Sonego, mientras que Carlos Taberner se despide contra Felix Augger-Aliassime (1-6, 6-3 y 6-4) y la lluvia obliga a cancelar dos pulsos: Stefanos Tsitsipas-Ilya Ivashka y Federico Coria-Grigor Dimitrov. Lejos, en Belgrado, Novak Djokovic vence al límite a Laslo Djere (2-6, 7-6(6) y 7-6(4).
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