Luis Enrique y la excelencia
El seleccionador está convencido de que España está en un punto en el que necesita mejorar matices que eleven el buen nivel exhibido hasta ahora para abordar la conquista del Mundial de Qatar
Alcanzar las semifinales de la Eurocopa y la final de la Liga de las Naciones convenció a Luis Enrique de que la conquista de Copa del Mundo en Qatar a final de este año es factible. El seleccionador español está convencido de que el grupo de jugadores que maneja puede asaltar el trono mundial con garantías de éxito si estos elevan algunas prestaciones que le permitan dar ese pequeño salto que diferencia a las buenas selecciones de las campeonas.
Con el nivel exhibido en las dos citadas competiciones, Luis Enrique ha transmitido a sus futbolistas que están en un punto en el que pueden hacer un buen papel en la próxima cita mundialista, pero siempre expuestos a que cualquier detalle, un tropiezo en un mal día ante un rival inferior, un poste o una tanda de penaltis, pueda significar la eliminación, incluida la primera fase. “Si miramos los números de la Eurocopa, fuimos la selección que más ocasiones crea, que más goles marca con un partido menos que Italia, que menos le crean y la que tiene más posesión”, defendió Luis Enrique tras vencer el sábado a Albania (2-1) en un amistoso (este martes recibe en otro a Islandia en A Coruña). Con todo, el técnico opina que esos registros no son garantías suficientes para que la Roja instale en su pecho la segunda estrella que la distinga como bicampeona mundial. El preparador gijonés trabaja una evolución final de su atrevida y atractiva idea de juego sobre matices como que Pedri o Gavi, que en el Barça también juegan en 4-3-3, adquieran algunos hábitos y mecanismos diferentes de los que dispone Xavi.
Luis Enrique está a la búsqueda de la excelencia, de un equipo redondo y preparado para resolver cualquier tipo de partido o situaciones de juego que puedan darse en la cita. En ese sentido, la elección de Albania e Islandia como sparrings para estos dos amistosos ha sido muy concienzuda, aseguran fuentes federativas. El técnico buscaba dos rivales que, como mostró Albania en Cornellà, exigiera a los internacionales españoles descifrar a una selección bien organizada atrás y de juego directo para salir a la contra.
La pantalla y el andamio
Como durante la Eurocopa, Luis Enrique ha vuelto a adoptar ante sus futbolistas ese rol de profesor de gimnasia cuartelero y a la vez guasón en el trabajo diario. Se dirige a su peculiar alumnado con argot de docente. Les comenta a los internacionales españoles el “notable” alto con el que califica sus actuaciones hasta ahora y les desafía a alcanzar “sobresalientes” y “matrículas de honor” como un paso necesario para su coronación en el Mundial. Hay un punto en todo el proceso que delata el afán de un autor en culminar su obra. Quizá un último esfuerzo, antes de emprender otro tipo de aventuras, aunque no tiene tomada la decisión sobre su continuidad. Luis Enrique nunca traicionaría al presidente, Luis Rubiales, ni al director deportivo, José Francisco Molina, en relación al pacto de no hablar de su futuro hasta que no concluya el Mundial.
Las charlas técnicas, línea por línea, las ha pronunciado delante de la pantalla gigante que ha instalado en el campo de entrenamiento de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, justo debajo del andamio en el que sigue la evolución de las sesiones. Luis Enrique ha imitado la conjugación sobre el terreno del vídeo y del entrenamiento que vio durante una gira por Alemania hace dos años en la que observó métodos de algunos entrenadores locales. “Ha buscado dinamizar el trabajo y ganar tiempo. Se trata de hacerles ver a los jugadores determinadas situaciones y tenerlas frescas para realizarlas al terminar la explicación”, argumenta un empleado federativo. Fue al término de la anterior concentración, en la que España obtuvo el billete para Qatar, cuando, Luis Enrique le solicitó a Molina que adquiriera el gigantesco monitor como una herramienta muy útil para lograr la perfección que busca.
Superar líneas de presión, girar el juego de un lado a otro y la corrección de posiciones para evitar las transiciones del rival han protagonizado algunas de sus exposiciones en Las Rozas ante los internacionales. Algunos de ellos no han podido evitar soltar en privado algún chascarrillo sobre que con una tablet sería suficiente. El frío de la sierra madrileña penetra en Las Rozas sin elementos orográficos que lo impidan. El calor de finales de mayo y principios de junio, bajo el que el técnico y sus jugadores volverán a para disputar en dos semanas cuatro partidos de la Liga de las Naciones, será bienvenido cuando el novedoso monitor recobre su protagonismo para proseguir con la búsqueda de la excelencia.
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