La sociedad Lodi-Kondogbia destroza al Celta
Dos pases calcados del centroafricano los explota el brasileño con dos finos goles que mantienen la crecida del Atlético
Las microsociedades del fútbol se generan a partir de la confianza y la continuidad. La que formaron anoche Kondogbia y Lodi destrozó al Celta. Dos jugadas calcadas de finalización dispar. Dos pases precisos de Kondogbia a la espalda de Hugo Mallo terminaron con dos remates certeros del lateral brasileño. De la permanencia en las ideas y en los futbolistas ha brotado un Lodi atrevido y punzante con la pelota como carrilero o cuarto centrocampista. Con la exuberancia física de Reinildo ejerciéndole de escolta, el brasileño ha recuperado su alegría por jugar, que no es otra que la de atacar con el sello de la escuela ofensiva de laterales de su país.
Con el mismo ritmo y la misma alineación con la que sometió al Manchester United, el Atlético empezó mandón y dispuesto a aceptar la ida y vuelta que el Celta tampoco rehuía. A lomos del imponente despliegue físico de Kondogbia, de la crecida jerárquica de Herrera y la hiperactividad de Lodi, los rojiblancos picotearon la portería de Dituro con disparos del mexicano, Correa y João Félix. Sin alcanzar aún una finura excelsa con la pelota, este es otro Atlético. En la Liga de 14 partidos y cinco equipos que ha instalado en su imaginario desde la cumbre entre la dirigencia y el entrenador para alcanzar un puesto de Champions, el equipo juega con una marcha más que ha elevado su fiabilidad competitiva. A nada que bajó un poco las revoluciones emergió el buen Celta de Coudet. Con Fran Beltrán al timón, Denis Suárez y Brais ligando juego, y Mina y Aspas en labores de zapa para crear espacios. Entre Brais y Denis tejieron una transición meteórica y Reinildo tuvo que sacar en las barbas de Oblak el remate de Cervi.
La jugada dio paso a un gobierno celeste, armónico para el quite y fluido con la pelota, aunque poco picante. Un pisotón de Giménez a Aspas pudo costarle la expulsión al charrúa, que solo vio la amarilla. El dominio vigués terminó cuando Herrera, Kondogbia y Lodi reaparecieron. Entre estos dos últimos firmaron su primera complicidad letal pasada la primera media hora. Al cambio de orientación de Kondogbia respondió el brasileño con un control orientado que le zafó de Hugo Mallo. Cuando el capitán celeste se rehizo, Lodi lo rompió con un regate hacía afuera al que cosió un latigazo raso y certero que se tragó Dituro por el palo que defendía.
Fue del Atlético el final del primer tramo, pero no el arranque del segundo. El Celta se volcó en campo contrario. No hacía daño más allá de un racimo de centros laterales y saques de esquina que también delataron cierta mejoría rojiblanca en la defensa de jugadas que han sido su cruz este curso. Un córner peinado hacia su portería por João Félix no consumó el empate porque Vrsaljko dificultó metiendo el cuerpo que Aidoo pudiera empujar la pelota a puerta vacía. Esa fue la muesca más dañina del equipo de Coudet. Justo cuando el Atlético parecía acusar el desgaste del partido con el United, Kondogbia y Lodi repitieron maniobra. Hugo Mallo volvió a perderle la espalda al lateral brasileño, que esta vez remató de primeras el milimétrico cambio de juego. La pelota se coló ante las piernas de un incrédulo Dituro.
Simeone ya tenía pensado refrescar a su equipo antes de ese segundo tanto y ejecutó un triple cambio que puso de manifiesto la altura del plantel que maneja. De una tacada, Carrasco, De Paul y Griezmann por Lodi, Llorente y Correa. El volante argentino no pudo dar una dentellada a sus oposiciones a titular porque Dituro voló a su enroscado y ajustado disparo desde la medialuna.
Trató de reaccionar Coudet con las entradas de Nolito y Galhardo, pero fueron Carrasco y Griezmann los que rozaron el gol con disparos muy intencionados a los que respondió bien Dituro. No perdió el Celta la fe y siguió en su empeño de meterse en el partido, pero se encontró con ese Atlético al que la continuidad también parece que le ha encementado la defensa.
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