Manchester City y Liverpool, con una marcha más

Cuando en el mes de diciembre, regularmente, se celebra el sorteo de las competiciones europeas que se reanudan a mediados de febrero, siempre se plantea la incógnita de cómo volverán los equipos a la competición después de dos meses largos de parón. Jugada la primera jornada de los octavos de final, ha quedado en evidencia que el descanso invernal no ha afectado lo más mínimo ni al Manchester City ni al Liverpool. Su plenitud se mantiene en el tiempo. Los de Guardiola sentenciaron la eliminatoria en el José Alvalade de Lisboa con un juego coral en el que varias de sus individualidades (Mahrez, Bernardo Silva (2), Foden y Sterling) compartieron el protagonismo del gol y del juego (0-5 al Sporting de Portugal). Los de Klopp, 0-2 ante el Inter, un rival más competitivo, no llegaron a cerrar el libro de la eliminatoria, pero con los tantos de Firmino y Salah llegaron hasta las últimas páginas.

Que los dos primeros clasificados de la Premier mantienen su forma desde que se despidió la Champions en diciembre se ratifica en sus estadísticas. El City solo ha perdido un partido y fue ante el West Ham en la Copa de la Liga y en la tanda de penaltis. Ha ganado nueve de sus 10 citas de la Premier y empatado una (Southampton) y ha superado dos eliminatorias de la FA Cup. El Liverpool asemeja sus datos. En la Premier ha disputado nueve partidos -tiene aplazado el del Leeds- con seis victorias, dos empates y una derrota (Leicester, 1-0). Además, se ha impuesto en las dos rondas de la Copa y se ha clasificado para la final de la Copa de la Liga.

Van Dijk, un líder en las dos áreas

La victoria del Liverpool en San Siro dejó dos protagonistas por encima del buen rendimiento generalizado. El primero, Jürgen Klopp que, con tres cambios en una misma tacada, cambió el rumbo de un partido que se le había complicado a su equipo al comienzo del segundo tiempo. Fue en el momento clave. Ni antes ni después. Y justo en las zonas donde el Liverpool necesitaba corregir conductas y posicionamientos. El técnico parece decidido a demostrar que cuando dice que tiene mejor plantilla que nunca, no es un cumplido, sino una realidad. Ser titular en Anfield cada día es más caro.

El otro intérprete de la noche, Virgil Van Dijk, fue elegido mejor jugador del partido. Imperial en todo lo ancho y largo del campo. Infranqueable en su área e indomable en la contraria, con una dejada de cabeza que habilitó a Salah para marcar el segundo gol. Su larga lesión que le mantuvo apartado del equipo 255 días, 45 partidos, es ya un mal recuerdo. El central holandés vuelve a ser el jerarca de un equipo que acelera con sus intervenciones y se despierta con sus gritos. No ha perdido su sentido de la anticipación, ni su brújula para colocarse en el sitito justo en el momento oportuno. También su velocidad parece intacta. Los 85 millones de euros invertidos en enero de 2018 se pueden seguir considerando una gran inversión, además, en gran parte ya amortizada.

Los bajitos de Pep

Posiblemente, la gran virtud de este City que juega de memoria un partido sí y otro también, sin importarle que sea de la Premier o de la Champions, es que las individualidades tienen hueco para brillar dentro del colectivo. En su juego coral de pases para arriba, pases para abajo, hay también lugar para la acción personal, el uno contra uno o el regate insospechado. Con el nueve falso ya absolutamente afincado, se perfila la figura de Foden (nueve goles en todas las competiciones) como la del alumno más aventajado para entrar y salir de ese carril central en ataque.

Con los 21 años ya cumplidos, la que fuera la joyita del Etihad Stadium ha entendido que por esa zona ahora suya tienen que aparecer también un buen puñado de compañeros. Ya no solo Kevin de Bruyne (8 tantos) o Gundogan (6), que eran los más habituales. Ahora también piden paso un Bernardo Silva inconmensurable en sus movimientos de desmarque (10 goles); un Mahrez (17) que ha adoptado la Champions como su competición preferida con 10 tantos en los últimos 11 partidos; y un Sterling (13) que ya ha asimilado que hace más daño partiendo desde la banda y llegando por sorpresa a zonas de remate.

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