Lo viejo y lo moderno se cruzan en Pekín 2022

Lo viejo y lo nuevo, en el Pekín más aparentemente novísimo, luces led y brillos tecnológicos, líder de un mundo futuro posoccidental. Claudia Pechstein, 49 años (50 el 22 de febrero, la mujer que con más edad participa en unos Juegos de invierno), siete Juegos en su mochila, desde los de 1992 en acción, nueve medallas en patinaje de velocidad, dos años de suspensión por dopaje sanguíneo, una batalla descarnada en el TAS, rehabilitada, porta en el desfile olímpico la bandera de Alemania.

Nacido con el siglo, Thibault Magnin, tanta vida viajada, vivida, pasea por el estadio del Nido detrás de la bandera que ondean alegres Ander Mirambell y Queralt Castellet. Magnin, freeskier nacido en Suiza, padre helvético, madre balear, español desde los 16 años, residencia en Andorra y en Las Terrenas (República Dominicana), inviernos en la nieve, veranos en el agua, surf y kitesurf, y clavados desde los precipicios pocos días después de recuperarse, el verano del 21, de una operación de ligamentos cruzados de una rodilla. Debuta en unos Juegos que por primera vez dan valor olímpico a una de sus especialidades, el big air (clasificación a las dos de la mañana del lunes, noche de este domingo), y estrenarán el Big Air de Shougang, una antigua fábrica de acero de Pekín transformada en un tobogán de nieve gigante, y las torres de refrigeración industrial al fondo, escenario de XGames en las tierras de Mao. Se lanzará con sus esquís de espaldas, volará alto y en el aire tendrá tiempo de convertirse en un sacacorchos de cuatro giros y medio (1620 grados) y caerá de frente, claro, lo clavará. Es uno de los 10 mejores del mundo. Y en el New York Times publican su foto a cinco columnas. Y con él debuta también Javier Lliso, madrileño de Colmenar Viejo que canta, “cuando estoy en el aire ni veo, ni oigo, ni nada; solo siento”.

Lo viejo. Lo nuevo. Las figuras que se espera llenen los ojos de la gente de espectaculares, hermosos, gestos atléticos, veloces, que desafíen los límites de la gravedad, de la física.

Estas son algunas de las principales estrellas. Yuzuru Hanyu, de 27 años, doble campeón olímpico de patinaje, el compañero-rival de Javier Fernández, como su emperador era, es un dios viviente en Japón, y llega a Pekín cargado con los sueños de sus groupies que le bombardean con peluches de su mascota, Winnie the Pooh, y obsesionado con clavar el cuádruple axel, que su rival, el chino-norteamericano Nathan Chen ya domina.

El noruego Johannes Klaebo, 25 años, tres medallas en Pyeongchang 18, el esquiador de fondo que busca superar al gran mito Bjorn Daehle y sus ocho medallas de oro, y participará, con posibilidades, en seis pruebas, del sprint a los 50 kilómetros.

Shaun White, pelirrojo, el tomate volador del snowboard, californiano de 35 años y skater en verano, que intentó y no consiguió participar en Tokio 2020. Oro en los Juegos de 2006 y 2010. Mikaela Shiffrin, 26 años, la reina de las nieves. Oro en eslalon en 2014, gigante en 2018. Llega con las cinco medallas alpinas posibles en su cabeza.

Chloe Kim, coreana de California que compite por Estados Unidos, la rival de Queralt Castellet, estudiante en Princeton, oro en Pyeongchang a los 17 años. Eileen Gun, 18 años, californiana que compite por China, freeskier, matemáticas en Stanford. Kamila Valieva, 15 años, Rusia, la patinadora artística que maravilla...

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