Salah se cita con Mané en la final de la Copa de África
Un Egipto irreductible acaba con Camerún en los penaltis tras una igualada semifinal
La Copa de África ya tiene finalistas. El Egipto de Salah se verá las caras el próximo domingo (20.00) con la Senegal de Mané en un duelo que medirá la gran competitividad del cuadro egipcio con la explosividad física de los senegaleses. Todo bajo la dirección y el talento de los dos mejores jugadores de África, ambos en el Liverpool. Egipto, una vez más, supo resistir y encontró en su meta Gabaski al gran héroe de la tanda de penaltis, pues detuvo dos lanzamientos a los jugadores de Camerún para que su selección tenga la oportunidad de pelear por su octavo título de la Copa de África. Fue el colofón a una semifinal muy igualada, de poco fútbol, donde Camerún llegó más veces, pero sin acierto.
Historia y fútbol se unieron en una semifinal en la que comparecieron dos de las mejores selecciones de África. La anfitriona Camerún y un combinado de Egipto siempre competitivo, con Salah, delantero del Liverpool, como gran estandarte. Dos equipos, además, dirigidos por dos entrenadores portugueses, Toni Conçeiçao y Carlos Queiroz, lo que habla bien del nivel de los técnicos del país luso. Todo se jugó ante la atenta mirada de Gianni Infantino, el presidente de la UEFA, presente en el palco del Estadio Olembe junto a Samuel Eto’o, presidente de la Federación Camerunesa de Fútbol.
Fue mejor Camerún en un primer acto donde el conjunto local tuvo la virtud de frenar las veloces transiciones de Egipto en busca de Salah, que solo fue protagonista en un disparo desde fuera del área que salió rozando el larguero del meta Onana. Camerún, más intenso, dominó a un rival que mostró debilidad en la defensa del balón parado. Egipto se salvó por los pelos. Fue el central Ngadeu el que tuvo dos opciones claras. En la primera, su remate de cabeza fue al palo. Era el minuto 18. Solo un minuto después, el propio Ngadeu falló con todo favor en el área pequeña. El error típico de un central al que le faltó el tino y la sangre fría propias de un delantero.
Egipto se recompuso en el segundo tramo de la primera mitad. Es un equipo muy competitivo, al que resulta complicado expulsar de los partidos. Por eso solo ha recibido dos goles a lo largo del torneo. Otra cuestión es cuando tiene que atacar. Cegado Salah por las buenas y veloces coberturas de los jugadores de Camerún, también con alguna que otra brusquedad, el conjunto de Queiroz fue incapaz de llegar con peligro a la meta local. También es cierto que la eficiente defensa egipcia mantuvo a raya a Ekambi y Aboubakar, dos de sus mejores hombres y los delanteros más certeros de esta Copa de África.
La igualdad se mantuvo en la segunda mitad. Todo pudo cambiar, sin embargo, en el minuto 56, cuando Salah estuvo muy listo al aprovechar un balón cedido atrás y quedarse solo en carrera ante Onana. El meta se cruzó de manera milagrosa para evitar el regate de Salah, que se disponía casi a rematar a puerta vacía. Camerún, fiado a su fortaleza física, amenazó de nuevo a balón parado.
Gabaski detuvo un remate de Ekambi, y Anguissa lanzó luego fuera. Los ataques llegaban mientras el meta daba muestras de dolor en cada acción. Gabaski ya tuvo que ser sustituido en el duelo de cuartos ante Marruecos. Los dos equipos sintieron miedo en el tramo final del encuentro, con lo que se llegó a la prórroga. La tercera del equipo egipcio en el torneo. En octavos pasó por penaltis ante Costa de Marfil y en cuartos frente a Marruecos (2-1). Los dos equipos apenas se hicieron daño en una prórroga que resultó tediosa. Se alcanzó la tanda de penaltis y el meta Gabaski se convirtió en el protagonista. Nadie puede tumbar a este gran Egipto.
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