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El Buesa acaba pitando al Baskonia

El equipo vitoriano cae ante el Bayern después de un segundo cuarto desastroso

Baskonia - Bayern Munich
Wade Baldwin, de Baskonia, intenta superar al base del Bayern Zan Mark Sisko.David Aguilar (EFE)
Jon Rivas

El Buesa acabó pitando al Baskonia después de quedar prácticamente fuera de la Copa y perder frente al Bayern incluso la diferencia de puntos que consiguió hace un mes en condiciones precarias en la cita de Munich. Se enfadó la parroquia baskonista por la derrota, e incluso gritó “Dusko, Dusko”, para recordar al anterior entrenador, defenestrado por Querejeta, el hombre que mece la cuna de un equipo que arranca, se frena, y nunca sabe nadie dónde va a acabar.

El Baskonia empezó bien la primera parte y la terminó muy mal, sin que mediara en ello intervención divina, del rival o de los árbitros, correctos toda la noche. Es cierto, claro, que siempre influye el equipo que está enfrente, y los del Bayern no son unos piernas, pero fue casi el equipo de Spahija el que se lo guisó y se lo comió todo él solito en un segundo cuarto que empezó con un punto de ventaja, amplió a cinco, después de una entrada de Costello a canasta que hizo temblar el tablero, y la ración de espabilina de Trinchieri a sus jugadores, haciéndoles ver, no de muy buenas formas, es decir, a gritos, que aquello no podía pasar más.

No pasó, pero fue porque se desinflaron los baskonistas, porque Peters cometió tres errores consecutivos, en dos pases y después concediendo una falta en un triple que entró y se convirtió en una jugada de cuatro puntos. Mientras el jugador de Nueva Orleans, tierra húmeda donde las haya, se mesaba los cabellos en el banquillo, al que fue relegado hasta nueva orden, el Bayern fue construyendo su ventaja gracias a un parcial de 0-17, y demoliendo la resistencia del Baskonia, por decir algo, que en la cancha del Buesa, ningún azulgrana parecía resistir. Todos desistían.

Mejoró el Baskonia en la segunda parte, fue más regular, pero se encontró con Hunter, un ogro que impidió que los vitorianos entraran del todo en el partido. Haciendo el acordeón, con Peters redimiéndose de sus pecados del primer parcial, el equipo local tuvo momentos de lucidez, se aproximó en el marcador hasta muy cerca, pero jugó siempre cerca del precipicio hasta que cayó al vacío. Ni siquiera fue capaz el Baskonia de anotar el triple final que le hubiera dado la pedrea de quedarse con la diferencia de puntos a favor. De hecho, ni de anotarlo ni de lanzarlo porque Fontecchio se quedó en el limbo. La dirección de Baldwin y el empuje de Sedekerskis no fueron suficientes como para darle la vuelta a la situación, así que el Buesa Arena acabó pitando a su equipo, algo no demasiado usual en la llanada alavesa.

BASKONIA 77

BAYERN 84

Baskonia: Baldwin (23), Granger (5), Sedekerskis (11), Enoch (4), Giedraitis (3) –equipo inicial– L. Peters (7), Fontecchio (12), Costello (12), Kurucs (0).

Bayern: Walden (17), Jaramaz (1), Lucic (8), Rubit (17), Radosevic (0) –equipo inicial– Weiler-Babb (7), Thomas (13), Rivers (4), Hunter (17), George (0), Obst (0), Sisko (0).

Parciales: 17-16, 16-26, 22-19, 22-23.

Árbitros: Difallah, Mogulkoc y Petek.

Buesa Arena de Vitoria. 5.587 espectadores.

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