Yeremi Pino y una hora de resistencia
El Villarreal consigue su primer triunfo en la fase de grupos tras meter el 0-2 gracias a dos acciones del canario y gestionar el implacable asedio del Young Boys
El Villarreal culminó con muchas dificultades una goleada engañosa que le brindó en Berna su primer triunfo a domicilio en Champions desde 2009. Se impuso al impetuoso Young Boys gracias principalmente al bisturí de Yeremi Pino, que a sus 19 años se ha convertido en una referencia del equipo. Agarrado a dos acciones aisladas el Villarreal resistió frente a un adversario incansable y sumó tres puntos valiosísimos para mantenerse en la carrera por la clasificación. El equipo castellonense acumula cuatro puntos, los mismos que el Atalanta, que cayó ante el United, líder del Grupo F con seis.
Animados por una prepotencia que va en el auge de una profesión sobrevalorada, muchos entrenadores se han lanzado a implantar sistemas de la noche a la mañana. Una de las modas más llamativas consiste en alternar esquemas de cuatro a cinco defensas. Se trata de uno de los cambios más estresantes para los zagueros. Requiere de semanas de adiestramiento. Pero David Wagner, el entrenador del Young Boys, obró como si en lugar de administrar un equipo de fútbol dirigiese una planta de montaje automatizada. Tal vez animado por la victoria de Osasuna el domingo pasado, el alemán inauguró un 5-3-2 para probar la misma suerte ante el Villarreal. Con consecuencias rápidamente calamitosas.
Los equipos se tanteaban tras escuchar el himno de la Champions y descubrían sus limitaciones. Algunas ortopédicas, impuestas desde los banquillos, otras naturales. Sin el clarividente Trigueros, sustituido por Coquelin con el propósito de presionar y vigilar, el Villarreal no encontraba vías para evolucionar con claridad hacia campo rival. Del otro lado, el equipo suizo se apelmazaba ante la descoordinación de centrales y volantes para dar el primer pase. Los jugadores no habían salido de la perplejidad general cuando Pedraza recibió un balón inocuo en la banda izquierda, y sin que la distancia con el área le intimidase colgó un centro al segundo palo. Se suponía que ahí Wagner había dispuesto una superpoblación de zagueros para prevenir cualquier accidente. Hasta dos defensas —Lefort y García— había para obstaculizar a Pino. Ninguno de los dos le vio venir cuando el canario tiró el desmarque. Potente y oportuno, cabeceó con decisión. Transcurría el minuto cinco y el 0-1 dinamitaba el plan del Young Boys.
Ni Wagner ni su tropa habían salido del asombro cuando cayó el 0-2. Otra vez, desde un centro lanzado en la margen izquierda del campo tras una falta provocada por el insoportable Pino. La botó Parejo y la cabeceó Gerard Moreno sin que nadie le molestara. En el medio del área.
Ante la evidencia de que su equipo había perdido la brújula, Wenger ordenó a sus carrileros, Ngamaleu y García, que se establecieran como extremos. Bastó esa simple maniobra para que el conjunto suizo se inflamara y despertara a su público adormecido. Más cobijados por compañeros que se les ofrecían, los interiores Fassnacht y Aebischer entraron en juego y obraron lo impensable. De pronto, este equipo acomodado a las carreras y el descontrol, también respondió con solvencia a la falta de espacios. Activo en todo el frente de ataque, Elia desplegó habilidades como pasador, regateador y llegador. Presionados por la afluencia de rivales, Parejo y Albiol intentaron sin éxito rebajar el ritmo del partido. No los ayudó la hierba artificial, que no frena y en cambio acelera la pelota.
Albiol, lesionado
Se sucedieron las ocasiones contra el Villarreal. Primero Fassnacht desperdició el gol por una mala decisión, luego Aebischer estrelló un tiro en la cruceta, y Siebatcheu dispuso de otro remate, García de otro y Ngamaelu de otro más. Rulli adquirió un protagonismo inesperado en el torbellino. La defensa del Villarreal ya se había visto ampliamente desbordada cuando Wagner quitó a un central, un pivote defensivo y un punta, y añadió dos volantes y un nueve. El torrente arrastraba al Villarreal cuando un pase largo al intrépido Elia abrió la brecha. Desbordado Albiol en el giro, el atacante congoleño definió solo ante Rulli.
Las malas noticias se acumulaban en la expedición española cuando Albiol se vio obligado a retirarse tras sufrir un golpe. Sin su líder, el Villarreal se asfixiaba metido en su área. Al límite del tiempo reglamentario, la situación parecía fuera de control cuando Gerard Moreno agarró un balón frente a sus centrales y rescató a su equipo. El pase hizo volar a Danjuma y a Alberto Moreno. El lateral remachó el contragolpe y el 1-3 descomprimió el partido. El Young Boys ya se había rendido cuando Chuckwueze metió el 1-4 para júbilo de Unai Emery, que corría por la banda dispuesto a abrazarse a cualquiera.
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