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Francia se rearma tras el incendio de la Eurocopa

Deschamps pondera jugar con cinco defensas para liberar a Mbappé, que propuso dejar la selección este verano

Selección de Francia Kylian Mbappe y Karim Benzema
Benzema y Mbappé en el entrenamiento de Francia, este miércoles.MASSIMO PINCA (Reuters)
Diego Torres

El chat que comparten los jugadores de la selección de Francia en una red social bullía el pasado 1 de julio con chistes y comentarios sarcásticos que exaltaban la figura de Veronique Rabiot. “Madre Coraje”, la llamaban. “Superwoman”, le decían, en medio de un chorreo de hilaridad colectiva que no debió hacer ninguna gracia a Kylian Mbappé.

La famosa madre de Adrien Rabiot, el centrocampista, se había dirigido a Wilfried Mbappé, el padre del delantero, y en la grada del estadio de Bucarest, a grandes voces, le había señalado que la eliminación de la Eurocopa en octavos de final ante Suiza era consecuencia de la soberbia y el egoísmo pernicioso de su hijo Kylian. Lo registraron hasta las cámaras de alguna televisión y lo contaron a sus agentes varios de los futbolistas implicados.

Tan mal acabó la última Eurocopa para la selección con mayor potencial del mundo que el partido que la enfrentará este jueves a Bélgica en Turín en la segunda semifinal de la Liga de Naciones (20.45, La1) supone un examen con varias dimensiones. Primero, será una prueba clave para el seleccionador, Didier Deschamps, empeñado como está desde mayo en encajar a Benzema en la maquinaria perfecta que conquistó el Mundial de 2018. Segundo, será el compromiso internacional número 50 de Mbappé, que solo tiene 22 años y ya es la figura sobre la que gravitan todas las dinámicas tácticas y espirituales del equipo, a pesar de que acabó la Eurocopa sin marcar un solo gol y fallando un penalti en la tanda final ante Suiza.

La cita de Turín coincide con el reencuentro de Mbappé con sus compañeros en un partido oficial, tras el escándalo de Bucarest y su entrevista en agosto con Noël Le Graët, el presidente de la Federación Francesa de Fútbol, que le llamó para pedirle explicaciones. El encuentro habría pasado inadvertido de no ser porque Le Graët lo reveló en público cuando dijo, además, que el problema del jugador se resumía en un déficit de afecto. “Mbappé necesita amor”, declaró Le Graët, tras añadir que “las redes sociales” le habían maltratado. Entonces cundió el rumor de que Mbappé —pitado en Bucarest y en los campos de Francia a los que acude desde entonces, incluyendo alguna ocasión en el Parque de los Príncipes— se planteó renunciar a la selección.

“Yo nunca quise ser un problema”, reconoció el delantero en una entrevista publicada este martes por L’Équipe. “Pero a partir del momento en que escucho que comienzan a decir que yo soy un problema y que la gente me percibe como un problema…. Lo más importante es Francia, y si la selección está más feliz sin mí no hay más… El mensaje que yo recibí fue que mi ego nos hizo perder, que yo quería abarcar demasiado, y que sin mí tal vez habríamos podido ganar”.

La escena de Veronique Rabiot, aludida por Mbappé, es solo una manifestación de los problemas de convivencia —dentro y fuera del terreno de juego— que no supo gestionar Deschamps durante la Eurocopa. El resultado fue una selección partida entre atacantes por un lado y centrocampistas con defensas por otro. Un grupo de figuras descoordinadas, incapaces de imponer su dominio en los partidos de forma constante, y finalmente vulnerable en aquello que las hizo campeonas del mundo en Rusia: la defensa.

Nueve defensas

Deschamps respondió hace un mes incorporando más zagueros a su alineación. Presentó un 5-2-1-3 ante Finlandia en el último partido de clasificación mundialista y tras el 2-0 se felicitó. “Lo que hemos hecho contra Finlandia se aproxima más a aquello que el equipo de Francia es capaz de hacer”, dijo. Para la Liga de Naciones ha llamado a nueve defensas: Digne, Dubois, Lucas Hernández, Theo Hernández, Pavard, Kimpembe, Koundé, Upamecano y Varane.

Sin Kanté, lesionado, la nueva idea supone renunciar al 4-3-3 para liberar a Pogba, Rabiot y Griezmann de algunas de las cargas defensivas que debieron soportar en la Eurocopa, cada vez que los delanteros perdían la pelota. Mbappé perdió 62 en cuatro partidos.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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