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“Ansu es un chico especial”

El Camp Nou y el vestuario barcelonista celebran el regreso del canterano después de 10 meses lesionado y cuatro operaciones de rodilla

Jordi Quixano
Ansu Fati
Memphis felicita a un emocionado Ansu tras su gol.ALBERT GEA (Reuters)

Al cumplirse la hora del partido, el Camp Nou entró en ebullición de repente, justo cuando Riqui Puig saltaba al césped para sustituir a Coutinho. Y aunque el canterano es uno de los ojitos derechos de la afición, la ovación parecía demasiado estruendosa. Así que al darse la vuelta, Riqui entendió la situación: Ansu Fati salía a calentar después de más de 10 meses y cuatro operaciones en la rodilla izquierda. Poco después, sin embargo, demostró que es un elegido, que lo suyo no es normal porque se inventó un golazo de aúpa. “No me imaginaba este regreso”, resolvió el extremo al acabar el encuentro, con una sonrisa de oreja a oreja; “pero quiero agradecer a los doctores y a los fisioterapeutas que han estado conmigo en este proceso. Y a los aficionados también. Es increíble”.

La entrada de Ansu llegó un cuarto de hora más tarde, ya en el minuto 81 del encuentro. “Cuando ha pisado el campo, el estadio ha explotado. Un momento muy bonito. Ansu es muy especial para todos”, concedió Alfred Schreuder, segundo de Koeman y primero ante el Levante por la sanción del holandés. También fue un momento de tensión y nervios como evidenció el delegado Carles Naval, que se tropezó al llevar el marcador electrónico al cuarto árbitro para darse de bruces con el suelo. Un traspiés que ayudó a Ansu a destensarse, también a dejar claro que volvía donde lo dejó.

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Y fue literal porque Fati se lesionó al recibir un penalti ante el Betis. Esa entrada le costó muchas lágrimas y sufrimiento a él y su familia, pues una lesión de tres meses se convirtió en un martirio de quirófano. Está olvidado. Así lo explicó al recibir el primer balón y encarar al rival, bailarlo de fuera para dentro y al revés para acabar con una caída en el área que el árbitro no señaló como penalti. Tampoco le importó demasiado, por más que le reclamara al colegiado que fuera a mirarlo. Resulta que tenía otra sorpresa que ofrecer. Fue en la segunda jugada que protagonizó.

“Soy uno más”

Ansu recibió en la zona de tres cuartos, bailó a su rival y antes de pisar área se paró para mirar, también para soltar un zapatazo que por poco no quema las redes de la portería. “El gol se lo creó él y lo hizo del vacío, de la nada. No es que se lo encontrara. Pero es que eso es lo que tienen los jugadores especiales”, apuntó Schreuder. Condición que no acepta todavía Ansu, siempre modesto. “Yo soy uno más e intentaré sumar cuando el míster me dé la oportunidad de jugar. Tendré que ganarme los minutos y así podré ayudar al equipo cuando lo necesite”, resolvió. Como hizo ante el Levante. “El gol lo sueñas. Pero no pensaba que lo podría hacer. No tenía preparada la celebración. Se lo había prometido a mi padre y hermano, pero por protocolo no podía”, explicó Fati, que también recibió el cariño de sus compañeros y sobre todo de Araujo, que pedía a la afición que subiera los decibelios para firmar la comunión entre la grada y los jugadores.

En vídeo, el segundo entrenador del Barcelona, Alfred Schreuder, valora el retorno de Ansu Fati.Vídeo: EFE/Quique Garcia / EFE

Ansu, para sorpresa del árbitro, que le ahorró la cartulina, sí que subió después unos peldaños por la grada para chocar las manos con su sobrino, otro de los muchos familiares que le acompañaron. Su madre grababa con el móvil y bailaba a la vez que a su padre se le salían las lágrimas de los ojos. “Mi familia ha estado sufriendo este tiempo. Se lo dedico a ellos y estoy muy agradecido a todos, a los aficionados, que han sido mi gran apoyo durante estos meses”, deslizó Ansu, que acabó haciéndose un selfie antes de abandonar el terreno, con unos 200 espectadores detrás que aguardaban para felicitare. Fati está de vuelta.

Los canteranos Nico González y Gavi, escoltas de Busquets

Cuando el fútbol de Xavi e Iniesta se diluía porque las piernas ya no iban a la velocidad del cerebro, Andoni Zubizarreta y Robert Fernández, los dos directores deportivos del Barça de por entonces, siempre ofrecían la misma respuesta: “No se les puede clonar. Pero hay que formar y encontrar jugadores que mantengan el estilo y modelo”. Llegó Coutinho como relevo de Iniesta y Arthur de Xavi. Ninguno de los dos se salió con la suya, con Arthur en la Juve tras insinuar mucho y dar poco; con Coutinho ya de extremo y todavía con todo por demostrar. Gavi y Nico, de la casa, llaman ahora a la puerta.

Una gastroenteritis noqueó a Sergi Roberto, De Jong estaba sancionado y Pedri, lesionado, por lo que Koeman mantuvo su compromiso con los jóvenes. “Si demuestran que son buenos, no miraremos la edad. Esto es lo que somos, lo que quiere el míster”, señaló Schreuder.

Por lo que junto a Busquets jugó Nico y unos metros más adelante —también volcado a la derecha— se situó Gavi. “Jugar con Busquets es fácil. Si tienes un apuro se la das y hace lo que no ve nadie”, convino Nico, hijo del gran extremo del Dépor Fran González, y que jugó su primer encuentro como titular. Y aunque comenzó un poco impreciso en la entrega, cogió ritmo y se marcó un pase de tacón que descontó a dos rivales, además de un disparo lejano que se marchó desviado. “Agradezco al míster la confianza que nos ha dado. Es brutal”, subrayó.

Gavi sí que salió de la partida ante el Cádiz y se ganó el puesto ante el Levante, interior con pie para el primer pase, además de para guardarse la pelota como en su día hacía Xavi con la pelopina [giraba con la pelota atada a las botas] y para tirar el primer quiebro como Iniesta. “Gavi es como Ansu, diferencial. Se está saliendo”, le piropeó Nico. Aunque le faltó el gol, ese que se le escapó al intentar la vaselina. “Pero él y Nico han hecho un partido excelente”, cerró Schreuder.


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