Saúl quiere salir del carril de Simeone

Las discrepancias tácticas entre Diego Pablo Simeone y Saúl Ñíguez pueden terminar con la marcha del jugador en el cierre del mercado del próximo martes. El entrenador del Atlético ya solo ve al canterano como carrilero izquierdo y el futbolista piensa que en esa demarcación se devalúa su figura como centrocampista llegador. Si Saúl lo tiene claro, más lo tiene su técnico. “Decidiremos si jugamos con Llorente en un carril y Carrasco o Saúl”, dijo este sábado Simeone en la previa de la visita del Villarreal al Metropolitano (22.00, Movistar LaLiga). El mensaje en clave de Saúl fue doble. Si juega Carrasco, será suplente. Y si no es así, ocupará el carril izquierdo.

Ante el cisma, club, entrenador y jugador están de acuerdo en que lo mejor es una salida si esta convence a todos. Por el momento, el mercado le ha dado la espalda al movimiento. Ante la falta de ofertas para concretar un traspaso, la cesión por un año ha sido la única vía que han encontrado tanto el club como los representantes del futbolista para tratar de cortar un problema enquistado que amenaza la convivencia del colectivo. Con una cláusula de 150 millones de euros, ni la disposición de la dirigencia del Atlético a aceptar un pago por mucho menos de la mitad ha logrado que un club realice una propuesta formal de compra. Según fuentes del Atlético, el Chelsea es el que más se ha interesado por reclutar a préstamo a Saúl de todos los equipos de la Premier League a los que ha sido ofrecido por su agencia de representación.

Por su condición de canterano, la posible marcha de Saúl tiene un punto de traumática para todos. Simeone quiso ver en él el al futbolista que él fue. Un centrocampista llegador, de poderoso juego aéreo, combativo y polivalente cuando fuese necesario. Bajo esos parámetros, el centrocampista ilicitano, de 26 años, se convirtió en uno de los intocables para el técnico hasta hace un año. Un tanto de chilena en una tunda liguera al Real Madrid (4-0) en 2015, su gol al Bayern en la ida de las semifinales de la Champions de 2016, tras un eslalon y un golpeo de exterior, o jugar con el riñón reventado en Leverkusen son algunos de los episodios que más han marcado la carrera de Saúl como rojiblanco.

Muy cotizado siempre en la Premier en sus mejores años, donde se le auguraba un buen futuro como centrocampista box to box, sus renovaciones siempre se dieron bajo la amenaza de fuga ante el supuesto interés de los grandes clubes ingleses. La encadenación de varias extensiones de contrato le llevaron a situarse como uno de los jugadores mejor pagados del plantel.

Las diferencias entre el preparador argentino y el futbolista han alcanzado un punto de difícil retorno. A Saúl le disgusta sobremanera jugar de lateral izquierdo, posición en la que se desempeñó gran parte de la temporada pasada y en la que ha disputado los dos primeros partidos de esta como titular. El futbolista y su agencia de representación, Stellar, la misma que la de Gareth Bale, achacan el bajón en su rendimiento, su depreciación en el mercado y su ausencia de las convocatorias de Luis Enrique en las dos últimas temporadas a la condición de comodín que le ha impuesto el técnico. El entrenador, por su parte, está muy convencido de que Saúl llegó a convertirse en uno de los jugadores más cotizados del plantel por su adaptación a las distintas posiciones en las que le ha utilizado.

Saúl siempre se ha definido como “un ocho con llegada”, pero el Cholo le ha ido orillando cada vez más de esas posiciones interiores. El curso pasado comenzó a engendrarse el desenlace que se ha dado en el comienzo de este. Una lesión muscular en las primeras jornadas, con una recuperación que Simeone deseaba más rápida, el cambio de sistema emprendido, la explosión de Carrasco y Marcos Llorente, el asentamiento de Koke como mediocentro, la mejoría de Lemar y la llegada de Kondogbia relegaron a Saúl a la suplencia, al lateral o a desempeñarse solo como centrocampista cuando había ausencias. En medio de esa nueva situación, el jugador confesó que no atravesaba un buen momento psicológico.

En esta campaña, la contratación de De Paul le ha terminado por cerrar los huecos en el centro del campo. Ya en la rueda de prensa previa al estreno del Atlético en Vigo, Simeone enumeró a los miembros del plantel que compiten por jugar en la línea medular y no mencionó al canterano. Este fue el empujón definitivo para que club y jugador busquen una salida como sea.

De intocable al bajón de rendimiento

Las diferencias entre Diego Pablo Simeone y Saúl por la demarcación que este debe ocupar son un clásico desde que el canterano pasó a formar parte del primer equipo del Atlético en la temporada 2014-15. Por entonces, Simeone no le veía para jugar como mediocentro ante la presencia de Gabi y Tiago y le hacía jugar por la derecha. Saúl manifestó en varias ocasiones que esa no era su posición, lo que le valió varias reprimendas del Cholo. “Ahora me gusta Saúl porque ya no dice eso de que no le gusta jugar en la derecha”, confesó el técnico en una entrevista a este periódico cuando Saúl se plegó y dejó de hacer esas declaraciones. Bien por derecha o por izquierda, incluso como mediocentro, Saúl se asentó como indiscutible. Hasta que hace tres temporadas, Simeone comenzó a utilizarle con más frecuencia como lateral. A partir de ahí, inició una cuesta abajo en su rendimiento y un deterioro en la relación con el entrenador que puede desembocar en una cesión. Saúl busca probarse fuera del carril de Simeone.

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