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Yamaha castiga a Maverick Viñales, que no podrá correr el GP de Austria

La fábrica japonesa deja al piloto español sin competir tras comprobar que intentó romper el motor durante el gran premio de Estiria, que no terminó al retirarse en la última vuelta

El piloto español de MotoGP, Maverick Viñales, en acción.
El piloto español de MotoGP, Maverick Viñales, en acción.Alejandro García (EFE)
Nadia Tronchoni

En un nuevo capítulo del melodrama en que se ha convertido la relación entre el piloto catalán Maverick Viñales y la fábrica japonesa Yamaha, el corredor ha sido suspendido este fin de semana y no disputará el GP de Austria una semana después de que, supuestamente, intentara romper el motor de su M1 durante el GP de Estiria. Aquella prueba se celebró en el mismo circuito de Spielberg en el que se competirá a partir de este viernes. Y Viñales terminó el último. No se volverá a subir a la moto, de momento. Así lo ha anunciado el equipo, que ha informado a mediodía de este jueves de que ha retirado al piloto de la lista de participantes de la undécima prueba del Mundial de Motociclismo.

El motivo que alude la fábrica japonesa para dejar a Viñales sin competir es la comprobación de que en la última carrera “el piloto operó de manera irregular y sin explicación”. La decisión de Yamaha, señala la nota, llega tras un profundo análisis de los datos y la telemetría llevado a cabo durante los últimos días. Yamaha concluye, además, que el pilotaje del español durante la última carrera “podría haber causado un daño significativo al motor de la M1″; eso podría haber provocado, además, “un serio riesgo para el propio piloto y haber puesto en peligro a otros pilotos de MotoGP”.

Al parecer, Viñales habría intentado dañar el motor de la Yamaha en las últimas vueltas de la carrera utilizando una marcha inadecuada en las rectas y forzando la frenada. Las imágenes (y el sonido) captado por las cámaras on board de la moto del español muestran a Viñales haciendo que la moto alcance el límite de revoluciones en dos ocasiones antes de entrar en el pitlane, motivo por el que, además, no pudo terminar la carrera. Del mismo modo, los datos almacenados por Yamaha explican lo ocurrido y dan respuesta a por qué el piloto, que llegó a rodar al inicio de la carrera con un ritmo de 1m24s, similar al de Jorge Martín, ganador en Estiria, hizo las últimas cuatro vueltas considerablemente más despacio: entre seis y 12 segundos más lento, antes de tomar el camino de los garajes en la última vuelta, a pocos metros de la meta.

Viñales, que estaba cerca de cerrar un contrato con Aprilia para los próximos años, no será reemplazado para este gran premio. La suspensión es por ahora momentánea, pero Yamaha no descarta tomar alguna decisión más drástica una vez se haya analizado bien la situación y el piloto y la fábrica hayan podido discutir sobre el asunto. El episodio es uno más en la tormentosa relación que mantiene Viñales con la casa de los diapasones en las últimas temporadas. Tras las continuas críticas -ha insinuado en más de una ocasión que la moto no funciona bien y que ese es el motivo de su falta de competitividad- llegó el anuncio del deportista, en plena temporada, de que renunciaba a su segundo año de contrato, el del curso 2022. Le quedaban, sin embargo, ocho grandes premios por delante como piloto oficial de una fábrica con la que las relaciones están rotas.

Rendimiento irregular, segunda espantada

El piloto de Roses (Girona) llegó a Yamaha en 2017 después de dos plácidas temporadas en Suzuki, el equipo que le dio la posibilidad de debutar en MotoGP. Durante sus cuatro años y medio en Yamaha, como compañero de Valentino Rossi primero y desde esta temporada con Fabio Quartararo, líder del Mundial, al otro lado del box, Viñales ha sido muy irregular. Siempre en las quinielas para llevarse el Mundial al inicio de la temporada, el catalán nunca ha estado cerca de pelear por el título y ha combinado triunfos con carreras decepcionantes en que su rendimiento era inexplicable. En esas ocasiones siempre señaló a una fábrica que, según él, nunca le dio explicaciones. Su compañero de garaje y rival, Quartararo, dice no entender nada: “La moto va fantásticamente, es regular, va bien en cada circuito, claro que hay que mejorar detalles, pero... No entiendo lo que le pasa”.

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Tras el último gran premio de Estiria, Viñales lamentó haber sido incapaz de competir en condiciones después de una carrera que fue suspendida con bandera roja como consecuencia de un accidente. Al reiniciarse la prueba, a 27 vueltas, al número 12 se le paró la moto instantes antes de la salida, tuvo que salir desde el pit lane, y tras un buen inicio no pudo más que terminar a la cola del pelotón tras una maniobra incorrecta por la que también se le penalizó con dar una vuelta larga. “Todo el mundo ha podido ver cómo he afrontado el fin de semana. Hasta que han mostrado la bandera roja en la primera carrera he estado ahí, en todos los entrenamientos hemos estado delante y hemos encarado el fin de semana a tope”, dijo el piloto. Pero luego sentenció: “Me ha gustado que dieran bandera roja para que se viera la realidad”. La realidad, según Yamaha, es otra. Pues acusa al corredor de haber pilotado de manera “irregular” expresamente para dañar la moto.

Viñales, que se había quedado en Austria, acompañado de su mujer y su hija, un bebé de pocos meses, en estos días que pasaron entre gran premio y gran premio, ha salido del circuito por su propio pie tras conocerse la noticia. Esta es la segunda espantada del catalán, que hace unos años, cuando tenía 17 y era una promesa de Moto3, se marchó del circuito de Sepang tras acusar a su equipo de falta de profesionalidad. Regresó a los pocos días y pudo reconducir la situación. Al año siguiente, con otro equipo y una KTM, ganó el Mundial de Moto3. Hoy, a sus 26 años y tras seis temporadas en MotoGP en las que cuenta dos terceros en la general como mejor resultado, después de tener hasta tres jefes técnicos distintos en Yamaha, sus números y su proceder hablan peor de él de lo que lo hace su talento, del que nadie tiene dudas.

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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