La jornada fetiche del Atlético
Los rojiblancos han ganado nueve de sus diez Ligas en el último partido del campeonato, la misma situación que los de Simeone vivirán este sábado en Valladolid
En las primeras horas de la tarde del 25 de mayo de 1996, Diego Pablo Simeone aporreaba las puertas de las habitaciones del hotel del Atlético en Los Ángeles de San Rafael (Segovia). No entendía que sus compañeros quisieran dormir la siesta cuando estaban solo a unas horas de poder darle al club su noveno título de Liga, 19 años después del último. Era la última jornada y el rival era el Albacete. Los rojiblancos, dirigidos por Radomir Antic, dependían de sí mismos. Si ganaban, daba igual el resultado que cosechara el Valencia de Luis Aragonés, perseguidor a dos puntos de diferencia. Simeone abrió el marcador con un clásico de aquel equipo. Pantic envenenó una rosca con caída en una falta lateral. El Cholo la toco lo justo con la cabeza para cruzarla al segundo palo. “La rematé con el parietal y vi como el campo se venía abajo”, recuerda el técnico en el documental El Atleti del doblete que estrenará Movistar con motivo de los 25 años que el hito cumple el próximo martes.
Este sábado, como en nueve de las diez ligas que ha conquistado, el Atlético se presenta en Valladolid con la posibilidad de sumar su undécimo título en la última jornada. Contra la leyenda del pupas que engendró en la final de la Copa de Europa de Bruselas (1974) ante el Bayern y amplificó en Lisboa y Milán (2014 y 2016), contra el Real Madrid, la Liga no le ha sido esquiva a los rojiblancos cuando la han tenido o a golpe de victoria o de empate. El único título liguero que conquistaron antes de la última jornada, en la penúltima de la 76-77, hasta tuvo un punto de sobrado en la figura de Luiz Pereira en el mismísimo Santiago Bernabéu. El Atlético le sacaba tres puntos al Barcelona y le valía el empate. Con el 1-1 definitivo ya en el marcador un bote de cerveza voló desde la grada y pasó a pocos metros del genial líbero brasileño. “Le hice un regate a Jensen y la gente se enfadó conmigo, lo cogí y me lo bebí. Los hinchas del Madrid nos estaban felicitando por ganar el título. Fue una liga muy peleada, como esta”, rememora con ironía Pereira.
“Nueve de diez ligas ganadas en la última jornada es una estadística maravillosa, no para romperla, como se dice, sino para engordarla. Nada de eso de que con las derrotas se aprende. Nosotros, en el 96, más allá de la tensión previa a un partido en el que te jugabas la temporada, teníamos claro que no se nos podía escapar”, espeta Juan Vizcaíno, miembro del plantel del doblete y del cuerpo técnico de Simeone en la temporada 13-14. “Quizá sí que pese el hecho de que el Atlético no tiene muchas oportunidades de ganar ligas para no haberlas perdido en el último partido. En la del gol de Godín en 2014 también estábamos convencidos de que podíamos sacar el empate que necesitábamos en el Camp Nou”, abunda Vizcaíno, que en la mañana previa al partido vio a un Simeone muy distinto del de 19 años antes como jugador: “No lo vives igual como entrenador. Recuerdo a Diego tranquilo en la charla. Tenía el planteamiento muy claro”.
Solo hay una excepción a la infalibilidad del Atlético para alzarse con la Liga en la última jornada. En la temporada 70-71, el líder Valencia, entrenado por Di Stéfano, aventajaba en un punto al Barcelona y en dos a los rojiblancos. El Espanyol derrotó al Valencia en Sarriá (1-0) y azulgrana y colchoneros empataron (1-1) en el Calderón. “Recuerdo que el gol del Espanyol lo marcó Lamata, que estaba cedido por el Atlético, cuando faltaban unos 25 minutos”, relata Jabo Iruteta. “A partir de ese momento, ni nosotros ni el Barcelona supimos ganar. Hablamos entre los dos equipos e incluso, medio en broma o medio en serio, salió lo de jugarnos a cara o cruz para ver quién dejaba marcar un gol al otro. Cuando terminó el partido nos echamos las manos a la cabeza y los dos equipos nos reprochamos que el campeón no saliera del Calderón”.
Dos temporadas después, en la 72-73, el Atlético levantó su séptima Liga. De nuevo, en el último partido. El rival era el Deportivo, que visitaba el Calderón, y el perseguidor el Barcelona, a un punto. “Ganamos 3-1, pero ellos fallaron un penalti al principio. Siempre ha habido algo de sufrimiento en el Atlético y se decía que le faltaba algo. También en la que ganamos en el 70 pasamos apuros. Jugamos en Sabadell (0-2) y el Athletic, que estaba a un punto, en San Mamés, contra el Celta. Marcamos el primer gol a unos 20 minutos del final”, rememora Irureta, que no ve una casualidad las nueve de diez ligas ganadas por el Atlético en la última jornada: “Es un club con carácter, el mismo que transmite ahora Simeone y eso es bueno ante el partido de Valladolid”.
De proclamarse campeón el Atlético, lo hará en unas gradas vacías de público. A pocos como Simeone les desagradará tanto ese paisaje. Hace 25 años también, el Atlético del doblete tuvo la ocasión de proclamarse campeón en la penúltima jornada. Había empatado en Tenerife (1-1) si el Valencia no ganaba al Espanyol en Mestalla la Liga ya era suya. El Cholo, mientras el resto de sus compañeros hacia planes para la fiesta, no paró de decirles a sus compañeros que ganar una liga en el sofá de casa no era lo ideal. Prefería la última jornada y ante su hinchada.
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