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La frustración permanente del Barcelona

El equipo se vence ante las grandes citas y también ante rivales menores, frágil en las áreas y falto de rigor

El defensa del Barcelona Gerard Piqué remata un balón ante el portero Aarón Escandell, del Granada.
El defensa del Barcelona Gerard Piqué remata un balón ante el portero Aarón Escandell, del Granada.Alejandro García (EFE)
Ramon Besa

Abatido el equipo en el vestuario tras perder contra el Granada (1-2) y no alcanzar el liderato liguero, Koeman buscó a los futbolistas más significativos para levantar el ánimo con vistas al partido “crucial” –palabra del técnico— del domingo en Valencia. El entrenador azulgrana apeló a la motivación después de una derrota que atribuyó a la falta de concentración defensiva en los dos únicos tiros entre los tres palos del Granada. No supieron cerrar los centrales, desconcentrados y descolocados, faltos de contundencia en las acciones de Machís y Jorge Molina. Las imágenes de la derrota evocan jornadas ya vividas y que parecían olvidadas cuando las acciones individuales penalizaban el juego colectivo del Barcelona.

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La inesperada caída azulgrana, sin embargo, señaló también al entrenador por no haber encontrado precisamente soluciones estructurales para corregir los reiterados errores particulares, que supuran pese a los cambios de diseño (3-5-2). Aunque el dibujo ha sido muy flexible, el equipo nunca ha sido fiable defensivamente, tampoco desde que se alinea a partir de los tres centrales y no del clásico 4-3-3. La titularidad de Umtiti sorprendió tanto como la ausencia de Araujo después del descanso dado a Lenglet. Tampoco Piqué estuvo certero en el 1-2 ni Mingueza en el 1-1. La zaga estuvo blanda y, pese a defender en situaciones de superioridad ante el ataque rival, concedió ataques fáciles al Granada.

Jugadores señalados

Las lesiones han castigado a Umtiti. Ha jugado en 15 de 49 partidos, 783 minutos, y su último encuentro como titular se remontaba al disputado en Pamplona –curiosamente ha salido en la formación inicial en los tres enfrentamientos contra el Granada-. También jugó un cuarto de hora contra el Getafe. Ha perdido velocidad y capacidad de corrección y no tuvo el ritmo de competición necesario para enfrentarse al Granada. Reiterativo en las faltas, falló en el 1-2 y tampoco estuvo rápido en el 1-1. La situación del francés contrasta con la de Mingueza, que anticipa bien, progresa en ataque y a cambio comete errores de forma reiterativa, como en el 1-1. Tampoco estuvo acertado Sergi Roberto. Igualmente condicionado por las lesiones, no tuvo la percusión ni fue tan incisivo como acostumbra a ser Dest. No cierra bien el equipo los espacios entre el lateral y el central con el 3-5-2.

Mal papel de Koeman

A pesar de afirmar que físicamente la plantilla estaba muy bien, el técnico dio descanso de salida a Lenglet, Pedri, Dest y no utilizó a Araujo. No acertó en la elección de los titulares y tampoco estuvo lúcido en los cambios ni en la lectura del partido porque el equipo atacó mal, sin amplitud ni profundidad a falta de extremos, fácil de defender por el Granada. A menudo pareció que le sobraba un central y le faltaba un extremo, solo redimido por los pases interiores de Busquets, sorprendentemente sustituido por Trincão. El medio centro no paró de buscar a Messi, excelente al inicio, bloqueado después y desaparecido desde el 1-2. Ningún jugador ha dado más pases en un mismo partido de esta Liga que Busquets contra el Granada: 136 (123 acertados), por los 185 de todo el Granada.

Muchos puntos perdidos

Extremista por naturaleza, el equipo ha perdido los mismos puntos en casa que fuera (14) después de ceder cinco ante el Cádiz, empatar contra Alavés y Eibar o caer frente al Getafe. Ha perdido además los dos partidos contra el Madrid y el del Wanda contra el Atlético, a la espera de recibir a los colchoneros el sábado 8. No puede en las citas con los grandes, ni en la Liga ni tampoco en la Champions, superado por la Juve y el PSG, y también es frágil ante equipos menores de la Liga. Ha salido derrotado de los dos partidos que le podían encumbrar en el campeonato: frente al Madrid en Valdebebas y contra el Granada. Las dos derrotas empañan un remonte extraordinario desde su caída el 5 de diciembre en el Carranza: 18 victorias, tres empates y dos derrotas después de que el Atlético se situara con una ventaja de 12 puntos.

El ritmo de juego

Le cuesta controlar y cerrar los partidos, a veces excesivamente rápido y en ocasiones muy lento, incapaz de defenderse con el balón, dependiente de sus medios: el trío De Jong-Busquets-Pedri ofrecía estabilidad y activaba a Messi. Faltó Pedri de inicio ante el Granada y se resintió la mecánica de juego porque Ilax tiene unas características diferentes al volante de Tegueste. Pjanic y Riqui Puig no entran en los planes de Koeman. No deja de ser curioso que haya perdido los dos partidos en los que tuvo más posesión de pelota en este urso: 82,1% contra el Cádiz y 81,9% ante el Granada. Los 26 goles de Messi no disimulan su falta de rigor futbolístico y de pegada en las áreas, cada vez más fatigado, sin continuidad en el juego, falto de un 9.

El control emocional

Al equipo, siempre muy tierno, le faltó poder de reacción cuando tomó el segundo gol del Granada. No tuvo épica ni el carácter que por el contrario evidenció en la Copa. La frustración afectó por igual al campo y al banquillo hasta el punto de que el árbitro expulsó a Koeman. El entrenador está ahora especialmente preocupado por el impacto psicológico que puede tener la derrota en los próximos cinco partidos: más que de oposición de los rivales, el problema del Barça es del propio Barça, que curiosamente puede hacer líder al Madrid si gana al Atlético en el Camp Nou.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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