Lío en la Fórmula 1 por los límites de pista
Mercedes y Red Bull piden a la FIA una aclaración de la norma que facilitó el triunfo de Hamilton sobre Verstappen
La gran expectación que generaron los ensayos de pretemporada del Mundial de Fórmula 1 resultó estar plenamente justificada tras la celebración de la primera carrera del campeonato. Por más que el triunfo se lo llevara Lewis Hamilton, que acumula seis de los siete últimos títulos mundiales, el británico y Mercedes se vieron más vulnerables que nunca, expuestos a la voracidad de Max Verstappen y de Red Bull, afanosa como está la tropa energética de recuperar la hegemonía que exhibió en el ciclo anterior, con las cuatro coronas que se encasquetó Sebastian Vettel entre 2010 y 2013. Esta última victoria de Hamilton está rodeada de dudas. De entrada, falta saber si esa pegada que demostró la escudería del búfalo rojo en el circuito de Sakhir es reproducible en otros escenarios, dado que ya salió ganadora de allí en la última prueba del curso pasado. Y todavía más relevante: no está nada claro que el piloto de Stevenage se hubiera llevado el gato al agua de no ser por la intervención de Dirección de Carrera, que instó a Red Bull a ordenarle a Verstappen que le devolviera el liderato a Hamilton, a tres vueltas para el final, después de que el holandés traspasara los límites de la pista en la curva en que acababa de adelantar al de Mercedes.
Los delegados de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) habían decretado que cualquier corredor que traspasara los límites establecidos en la curva 4 –la de la maniobra de la controversia– durante la sesión cronometrada vería cancelada su vuelta. Sin embargo, ese celo se suavizó con vistas a la carrera, en la que, sobre el papel, no se tomaría ninguna medida contra quienes se fueran largos. No obstante, y después de que Hamilton lo hiciera en varias ocasiones, la FIA advirtió a Mercedes sobre la posibilidad de penalizarle si no se cortaba un poco, algo que el multicampeón hizo inmediatamente. Así se explica que después, en el momento más acalorado del domingo, Red Bull le pidiera a Mad Max le cediera la plaza a su rival, algo que, evidentemente, provocó el cabreo del piloto. Según declaró después de bajarse del monoplaza, Verstappen hubiera preferido mantenerse al frente del pelotón y recibir la pertinente sanción, que presumiblemente habría sido de cinco segundos. Según él, fácilmente habría podido abrir un agujero por encima de ese margen en las poco más de tres vueltas que quedaban hasta el final.
No pasa demasiado a menudo que el equipo que sale beneficiado de una decisión tomada por los comisarios deportivos califique de incomprensible el criterio empleado para llegar a ella. Y eso es exactamente lo que ocurrió en Baréin, donde Toto Wolff, el director de la marca de la estrella, mostró públicamente su escepticismo ante el desenlace del gran premio. “Estoy tan confundido como vosotros”, dijo Wolff a los periodistas. “Antes de comenzar la carrera se nos dijo que superar los límites en la curva 4 no se sancionaría. Y de repente [con la prueba en marcha] se nos infirmó de que si se hacía repetidas veces podría provocar una penalización”, añadió el austriaco. “Y luego resulta que esa decisión al final nos hace ganar la carrera porque, en la definición del director de carrera [Michael Masi], Max se fue largo y sacó ventaja de ello”, prosiguió Wolff. “Por lo tanto, hay que ser coherentes con los mensajes que se transmiten. Deben ser claros y no propios de una novela de Shakespeare que dan pie a la interpretación”, ironizó el ejecutivo de Mercedes.
“Creo que la cuestión de los límites de pista siempre va a ser polémica. Pero hay que ser consistentes en el criterio. No puedes permitir hacerlo en carrera, pero no adelantar. Tendría que ser blanco o negro, no debería haber zonas grises”, terció Christian Horner, homólogo de Wolf en Red Bull.
La causa del abandono de Alonso fue el envoltorio de un sándwich
Los análisis que los técnicos de Alpine llevaron a cabo a cabo al monoplaza de Fernando Alonso tras el Gran Premio de Baréin de este domingo confirmaron que la causa de la avería que obligó al asturiano a retirarse el día que regresaba a la Fórmula 1 tras dos temporadas de ausencia fue el envoltorio de un sándwich. Alonso, que en el momento del abandono (vuelta 33) circulaba el 14º y aspiraba a terminar entre los diez primeros, enfiló el camino de los talleres al comprobar que los frenos, cuya temperatura se había disparado según los sensores, dejaban de responder como debían. Los exámenes posteriores revelaron que el embalaje extraviado de un bocadillo obstruyó los conductos de freno traseros, que inmediatamente se recalentaron y forzaron a los responsables de Alpine a pedirle al ovetense que se retirara por una cuestión de seguridad.
Según Marcin Budkowski, el director ejecutivo de Alpine, el rendimiento del A521 de Alonso ya se había visto comprometido antes de que se manifestara ese problema, que terminó por ser determinante. “Después de la primera parada tuvimos un pequeño problema que nos obligó a rebajar el rendimiento del coche. Luego, tras la segunda parada, un papel se atascó dentro del conducto del freno trasero del coche de Fernando”, convino Budkowski.
Se da la circunstancia de que la Federación Internacional del Automóvil prohibió en 2016 que los pilotos se deshicieran a discreción de los conocidos como ‘tear-offs’, las láminas de plástico que se sobreponen en las viseras de sus casos, después de varios episodios similares al de Alonso en Bahréin.
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