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La edad de oro de las selecciones españolas

España clasifica para los Juegos Olímpicos a más equipos que nunca, 11

Robert Álvarez
Juegos Olimpicos
La selección femenina de balonmano, tras clasificarse para los Juegos.JOSE JORDAN (AFP)

Las selecciones españolas se cargan de razones para explicar la explosión que les permite alcanzar su pico histórico durante el largo y tortuoso camino hacia los Juegos Olímpicos. “Nos buscamos la vida. Los deportes que no estamos tan profesionalizados como el fútbol o el baloncesto somos inventores de recursos”, sentencia Carlos Viver, el seleccionador de balonmano femenino, que se añadió al contingente para la cita al ganar el Preolímpico celebrado el fin de semana en Llíria (Valencia). “Sin duda alguna, estamos en la edad de oro del deporte español, basado históricamente en que contamos con los mejores clubes del mundo”, expone Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español (COE).

Nunca se clasificaron tantas selecciones españolas, 11, para los Juegos, Barcelona 92 aparte, donde compitieron en calidad de anfitrionas. El balonmano femenino se suma al masculino. Ambos cuentan con credenciales que les permiten aspirar al podio en Tokio: ellas lograron la medalla de plata en el Mundial de 2019 disputado precisamente en Japón y ellos revalidaron el título europeo en 2020. El éxito y las perspectivas son similares en baloncesto, waterpolo, hockey hierba, la gimnasia —en menor medida—, deportes en los que España competirá en ambas categorías, además del fútbol masculino. Tres selecciones pugnan todavía por obtener plaza en los Preolímpicos, la de baloncesto 3x3 femenina (del 26 al 29 de mayo en Graz, Austria), la natación artística (del 1 al 4 de mayo en Tokio) y la gimnasia rítmica (por determinar). Australia y Estados Unidos son los únicos que suman más de una docena de equipos para los próximos Juegos, aunque pueden añadir más en función de los Preolímpicos.

Cultura de clubes

Varias selecciones españolas prolongan su estancia en la élite mundial pese a las carencias en las competiciones de clubes y sus dificultades económicas. Es el caso de las ligas de balonmano, sobre todo la femenina. “Los clubes deben mejorar en marketing, difusión y en profesionalizar las estructuras como hemos hecho nosotros”, explica Francisco Blázquez, el presidente de la Federación Española de Balonmano. “La clasificación de las dos selecciones es un éxito. La femenina ha sabido reaccionar después de un año difícil y de un Europeo [fue novena, en diciembre de 2020] en el que tal vez notó la ausencia de Shandy Barbosa. Han resuelto el Preolímpico con solvencia y han demostrado por qué se llaman Guerreras”.

Jordi Ribera, el seleccionador de balonmano masculino, centra sus esfuerzos en la detección de talentos, la preparación más exhaustiva y analítica posible de los rivales y el desarrollo de un estilo de juego. “A lo largo de la historia, los éxitos de la selección no necesariamente están conectados con una competición interna más o menos fuerte”, señala. “Lo más importante es que surjan jugadores, y cuidarlos allá donde se encuentren. Hace tiempo que muchos de los mejores no pueden estar en la Asobal, que es lo que querríamos, pero, no siendo así, lo que deseamos es que compitan en los mejores lugares posibles, en un buen entorno”.

Frederic Soyez, francés de 43 años, dirige la selección española masculina de hockey hierba. Cuenta que algunos de sus colegas le preguntan intrigados por el secreto de un país que, con apenas 16.000 licencias, es capaz de competir con potencias como Alemania, Países Bajos, Australia, con más de 200.000 federados, o India, con medio millón. “El éxito de las selecciones no es aislado, y el deportista español tiene carácter y profesionalidad. Existe una buena base. Sabemos lo que hay y tratamos de maximizar nuestras posibilidades”, indica el responsable técnico de la selección, quinta en Río 2016 y subcampeona de Europa en 2019. El seleccionador de la selección femenina, el holandés Adrian Lock, considera que se debe aprovechar la cultura de clubes, con mucho arraigo familiar, existente en este deporte y también en el waterpolo, que contrarresta en parte la desventaja de ser deportes minoritarios. “El nivel es alto. Hay un gran nivel de referencias, de input técnico-táctico”, afirma el responsable de una selección que fue octava en Río y que encadenó las medallas de bronce en el Mundial de 2018 y en el Europeo de 2019.

Blanco observa un común denominador en el éxito obtenido por las selecciones españolas: “La competitividad y el gran espíritu de sacrificio caracteriza a nuestros deportistas. Saben poner la calidad individual al servicio del equipo, algo que otros países, por el ADN o por lo que sea, no consiguen. La clave del éxito es la mentalidad. Y a la hora de competir, no hay diferencias entre los mal llamados profesionales y los mal llamados amateurs”.

Las selecciones de baloncesto mantienen su excelencia. En categoría masculina, el oro en el último Mundial, en 2019, supuso su 11ª medalla en los grandes torneos desde el Mundial obtenido en 2006 en Japón. En categoría femenina, España encadena la plata olímpica en Río, el bronce Mundial en 2018 y dos oros en los Europeos de 2017 y 2019.

El voleibol reclama más recursos

La selección de voleibol solo ha competido dos veces en los Juegos, en 1992 y en 2000, y estará ausente de nuevo en Tokio. “Después del fútbol es el deporte más implantado en todo el mundo”, advierte el presidente de la federación española, Agustín Martín. “La selección representa a España, no a la federación, y por eso debería tener más apoyo económico de las administraciones. Y deben pagar antes de, no en función de los resultados. Dicho esto, no es excusa. Algo estaremos haciendo mal”.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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