Hace 110 años, la Volta llevó la modernidad a España
Comienza en Calella la edición número 100 de la ronda catalana, la carrera más antigua del ciclismo español
Un histórico del ciclismo español, Alejandro Valverde, portará desde el lunes 22 el dorsal número uno de una Volta a Catalunya histórica y redonda, la centésima que se disputa desde que el día de Reyes de 1911, el 6 de enero de hace 110 años, partió de Barcelona la primera etapa de la primera Volta, la carrera ciclista más antigua de España, el primer faro de modernidad del deporte español. La primera edición no tuvo más que tres etapas, uniendo a Barcelona con Tarragona y a esta con Lleida. Hubo que descartar una cuarta etapa porque no había una buena carretera para unir a Lleida con Girona. Se apuntaron 44 ciclistas, todos españoles, partieron 34 y terminaron 22. Tercero fue el vizcaíno Vicente Blanco, El Cojo, el primer corredor aventurero que desde España subió a París para participar en el Tour de Francia.
Francia tenía su Tour desde 1903; Italia, su Giro desde 1909. La práctica del ciclismo, las competiciones y las excursiones ciclísticas, era entonces un síntoma de cultura, de asociacionismo, de modernidad urbana, de europeísmo, de ascenso de una pequeña burguesía con tiempo libre, y la Barcelona industrial y urbana de los tiempos de la Setmana Tràgica era la capital española más cercana a esas ideas. Allí tenía su sede la Unión Velocipédica Española (antiguo nombre de la federación española de ciclismo) y allí, pocos años antes, Narcís Masferrer, su presidente en varias épocas, su verdadera fuerza, había fundado El Mundo Deportivo a imagen de L’Auto francés, el periódico de Henry Desgrange, creador del Tour. Fue precisamente un periodista del entonces semanario de información deportiva barcelonés, el sevillano Miguel Artemán, quien, contagiado por la fe propagandista de Masferrer, y portavoz de sus planteamientos, quien tuvo la primera idea de una Volta a Catalunya ciclista como medio para dar publicidad al ciclismo y lograr aumentar su popularidad.
“El objetivo no era, como podría sospecharse, afirmar la identidad catalana por medio del ciclismo, sino todo lo contrario”, explica el historiador Bernat López. “Se trataba, sobre todo, de que la Volta fuera un ensayo para una idea más importante, organizar una verdadera Vuelta a España. Barcelona no quería desgajarse del resto de España y de Madrid, sino liderar a todo el país en el camino hacia la modernidad”. El resto de España hizo oídos sordos: la primera Vuelta no se organizó hasta 1935, y se hizo desde Madrid.
El intento de crear una Vuelta a España fracasó, pero la Volta creció con un tinte cada vez más catalanista y, organizada desde su quinta edición, la de 1923 (los años de la Primera Guerra Mundial y alguno más de la década no se corrió), por la recién creada Unió Esportiva de Sants, alcanzó un primer período de apogeo en los años de la Segunda República gracias a la figura de Mariano Cañardo, el primer gran ídolo de masas del ciclismo español. Cañardo, que en la prensa de la época ocupaba tanto espacio como los grandes toreros y los futbolistas, ganó siete veces la Volta entre 1928 y 1939. Ningún ciclista ha logrado acercarse, ni siquiera Miguel Indurain, tres veces ganador, las mismas que Valverde. Ni Bahamontes ni Perico consiguieron ganarla nunca, pero sí Miguel Poblet, el ídolo de los años 50, que la ganó dos veces. En la segunda ocasión, la Volta de 1960, el ciclista de Montcada i Reixac ya vistió el maillot blanco con tres franjas verdes de la UE Sants que comenzó a designar al ganador en 1958.
Quizás la gran edad de oro de la Volta se vició mediada la década de los 60 y comienzos de los 70, cuando la carrera se internacionalizó y alcanzó tal prestigio, superior incluso al de la Vuelta a España, que no había campeón que no quisiera tenerla en su palmarés. Asentada ya en sus fechas de septiembre, a las que debió renunciar para hacerle hueco a la Vuelta a España que en 1995 dejaba abril por el final del verano, la Volta fue, de nuevo, una ventana abierta en mitad del franquismo a los aires frescos que soplaban en Europa, y para la afición, la gran oportunidad de ver de cerca a sus mitos, los viejos y los jóvenes. Si Jacques Anquetil ganó la Volta en 1967, al final de su carrera de ganador de cinco Tours, un Giro y una Vuelta, Eddy Merckx, el Caníbal, la ganó el año siguiente, el 1968 tan importante para la juventud de entonces por tantas razones. El belga acababa de cumplir 23 años. Aún no había debutado en el Tour, pero ya era la gran figura adorada después de haberse impuesto en la París-Roubaix y el Giro de Italia, aparte del Tour de Romandía y 20 victorias más de todo tipo. Merckx no volvió a competir en España hasta 1973, en el que ganó la única Vuelta que disputó. Su gran rival en la Volta del 68, como en casi toda su carrera fue el italiano Felice Gimondi, el ganador del Tour de 1965.
Luis Ocaña ganó la Volta de 1971 dos meses después de la caída vestido de amarillo en el col de Menté, la gran tragedia de su vida, que le impidió derrotar a Merckx y ganar un Tour que era ya casi suyo. Gimondi consiguió imponerse en 1972 y Bernard Thévenet en 1974.
En la edición centésima, desde el lunes en Calella, no estarán los grandes nombres que han dominado la temporada hasta ahora (Van der Poel, Van Aert y Alaphilippe se instalan ya en Bélgica para el mes de las clásicas), pero sí los que tomarán su relevo en las pruebas por etapas. Estará Chris Froome con su nuevo equipo, el Israel, estará Nairo Quintana y estará Richard Carapaz, liderando al Ineos de Richie Porte, Geraint Thomas y Adam Yates. Enric Mas disputará su segunda carrera tras el Tour de Provenza, y Joao Almeida y Jay Hindley reeditarán su duelo del pasado Giro. Las etapas clave serán la contrarreloj del martes en Banyoles y los finales en Vallter 2000 (miércoles) y Port Ainé (jueves) para terminar el domingo en el circuito de Montjuïc.
Como prólogo, la Volta ha presentado en Movistar el documental Volta, 100 años de ciclismo, que, como la carrera en sí, no quiere ser una pequeña historia local sino un poema visual de amor al ciclismo, su única religión durante más de 100 años.
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