Carlos Sainz: “En cinco años quiero ser campeón”
En su puesta de largo con Ferrari, el español reconoce que su acomodo al SF21 no será sencillo a pesar de su experiencia en los cambios de equipo
Quienes dan por sentado que Carlos Sainz ha aterrizado en Ferrari para desempeñar el papel de guardaespaldas de Charles Leclerc puede que empiecen a dudar de esos roles teóricamente establecidos. Y no solo porque en la última clasificación, la de 2020, el monegasco, octavo, terminara por detrás del español, sexto, que cerró a lo grande su etapa en McLaren. A sus 26 años y con seis de experiencia en el Mundial de Fórmula 1, Sainz llega a la marca de los bólidos rojos cuando la estructura atraviesa un momento bajo, después de terminar el curso pasado en la sexta plaza de la estadística reservada a los constructores, y con solo tres podios como principal botín; dos de Leclerc (Austria y Silvetstone) y uno de Sebastian Vettel (Turquía). Se trata del peor bagaje del fabricante de ‘Il Cavallino Rampante’ desde 1980 (terminó décimo), año en el que el mejor resultado de Gilles Villeneuve y Jody Scheckter fue una quinta plaza.
El viento, además, no sopla a favor del madrileño, que no tendrá más remedio que presentarse en Bahréin, para la primera parada del calendario (28 de marzo), con solo una jornada y media de entrenamientos para familiarizarse con el SF21, el monoplaza proyectado para este ejercicio (se presentará el próximo día 10). Sainz empieza a conocer el ADN de los Ferrari, después de haber llevado a cabo varios ensayos con monoplazas de temporadas anteriores tanto en Fiorano como en Jerez. Sin embargo, la responsabilidad que tendrá cuando arranque el próximo campeonato no tendrá ninguna semejanza con la que acumula hasta el momento. Ferrari es otra cosa, pero si uno se tiene que guiar por la comunicación no verbal del corredor en su primera aparición oficial enfundado en rojo, el recién llegado parece estar más que preparado para mirar de frente al reto que se le presenta delante. “Es un momento importante para tratar de devolver a Ferrari a la cima. En cinco años quiero ser campeón del mundo y creo que este es el mejor sitio para conseguirlo. Tengo tiempo por delante”, dijo Sainz, sentado a la izquierda de Mattina Binotto, el director de la formación, que tenía a Leclerc a la derecha.
A un mes para que el semáforo rojo se apague en el circuito de Sakhir, Sainz tiene la mirada puesta en el 12 de marzo, fecha en que comienzan los tres únicos días de entrenamientos de pretemporada, también en Bahréin: “Mi deseo es estar 100% listo ya en la primera carrera, pero mi experiencia me dice que será difícil. Contar con solo un día y medio de pruebas es complicado, pero tengo experiencia en cambiar de equipos (tres en seis años) y voy a tratar de utilizarla”.
Hasta la fecha, el hijo del bicampeón del mundo de rallies (1990 y 1992) nunca ha tenido problemas con ninguno de los cinco vecinos de taller que ha conocido. Ni siquiera con Max Verstappen, con quien debutó, en Toro Rosso, en 2015. “Nunca he tenido ningún problema con ninguno de mis anteriores compañeros, y no veo porqué los debería tener con Charles”, remachó Sainz.
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