El Barça retuerce al Madrid
El equipo de Lluís Cortés se impone con rotundidad en el clásico (4-1) y mantiene el increíble ritmo de triunfo por partido en la Liga femenina
Fue algo más que un coscorrón, también algo más que una aclaración. El clásico femenino, que por primera vez se jugó en el Estadi Johan Cruyff, explicó que por ahora el balón es azulgrana, toda vez que el Barça cuenta alegrías y títulos sin parar con el consentimiento del Atlético, el rival más feroz que, sin embargo, ha perdido el compás en Liga Iberdrola. Intenta comer en la misma mesa el Real Madrid, que se ha convertido de la nada y en un pispás en un equipo de lo más competitivo, aunque no lo suficiente para decir la suya en el nuevo clásico del fútbol. Eso volvió a correr este domingo por parte del Barça (0-4 en la primera vuelta), líder incontestable que contabiliza los encuentros -13 hasta la fecha- por triunfos.
BARCELONA, 4 - R. MADRID, 1
Barcelona: Sandra Paños; Marta Torrejón, Pereira, Mapi León, Leila; Patri Guijarro, Alexia Putellas (Vicky Losada, m. 88), Jennifer Hermoso (Hamraoui, m. 73); Hansen, Oshoala (Melanie, m. 88) y Mariona (Aitana, m. 71).
Real Madrid: Misa; Kenti Robles, Ivana, Peter, Kaci; Maite Oroz (Corredera, m. 74), Thaisa, Teresa (Yohana, m. 74), Olga (Claudia Florentino, m. 93); Marta Cardona y Jakobsson.
Árbitro: Elía María Martínez. Amonestó a Mapi León, Kaci. Roja directa a Misa (m. 73).
Goles: 1-0. M. 13. Putellas. 2-0. M. 24. Hermoso. 3-0. M. 37. Oshoala. 4-0. M. 70. Oshoala. 4-1. M. 81. Olga.
Estadi Johan Cruyff. Las jugadoras se quedaron un minuto inmóviles al comenzar el duelo en señal de protesta y en pos de una solución por del deficiente protocolo covid que afecta a la competición.
Aunque el Madrid intentó ser protagonista con el balón desde el inicio, con salidas ordenadas desde la raíz, el equipo se difuminaba al pisar campo contrario, escaso de talento e ingenio para deshacer la armonía defensiva azulgrana, un bloque con ayudas y coberturas puntuales. Nada que ver con las ofensivas del Barça, que pronto descubrió por dónde hacer daño a un rival quizá demasiado atrevido al situar la línea defensiva tan lejos de la portera. Con quarterbacks tan finas como Jennifer Hermoso y Alexia Putellas, el conjunto de Lluís Cortés pronto se dio un atracón mediante balones en profundidad y carreras por las bandas, también centros en busca de la llegada de la segunda línea. Un ataque y gol que Misa maquilló con sus actuaciones bajo los palos, como esa manopla que sacó a tiempo al remate de Putellas que acabó estrellándose con el larguero, o esa atajada al chut centrado de Mariona. Pero la hemorragia por las bandas era incontenible.
Advirtió Oshoala con un testarazo que no cogió portería tras el centro de Leila y prosiguió Hansen -de nuevo un recital de la extremo noruega- con un chut cruzado que le hizo cosquillas al poste por fuera. Hasta que llegó el premio con un pase al hueco a la carrera de Oshoala, que trazó la diagonal hasta pisar área e intentar una vaselina que Misa desvió. Aunque no lo suficiente porque Hermoso recogió el rechazo y envió el balón a la red. Era el segundo tanto del encuentro, la confirmación de que a este Barça nadie se le tose en la Liga. Antes, en una jugada a balón parado y de laboratorio elaborada por Hermoso, Alexia ya había desfigurado al Madrid con un disparo con la zurda que dobló las manos de la portera.
La tímida réplica del Madrid se quedó en un remate lejano de Robles que Sandra Paños detuvo sin apuros en dos tiempos. Nada que anclara al equipo azulgrana, que volvió a hacer una jugada marca de la casa para festejar el tercero; pase a la carrera de Hansen y un centro que embocó Oshoala casi sobre la línea de gol. Y bien que pudo marcar otro tras una jugada de Patri, pero Misa puso un pie para evitar el escarnio. No lo consiguió.
Ocurrió que primero Ivana despejó un balón hacia el centro -error de alevines-, donde estaba Oshoala para firmar su segunda red. Y después, de nuevo en un pase que cogió la espalda de la zaga del Madrid, la delantera nigeriana intentó una vaselina que Misa solo pudo desarbolar con unas manos fuera del área. Tarjeta roja directa que la colegiada compensó después al señalar un penalti de Mapi León sobre Jakobsson, redondeado con la segunda cartulina amarilla -si pita es roja por ser última defensa- y el tanto de Olga. Y es que el Madrid no renunció a su ser protagonista con el balón entre los pies ni bajó los brazos antes de tiempo, pero poco más pudo hacer para detener al Barça, que ya había hecho los deberes en el primer acto y que volvió a endosarle cuatro goles como en la ida al nuevo-viejo enemigo. Es lo que tiene ser un equipo sin freno y, en esta Liga, sin rival. Ni siquiera en el clásico.
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