Celta y Eibar suman sin alardes
El equipo gallego, todavía sin Aspas, se adelanta de inicio, pero no logra mantener el resultado ante los de Mendilibar, que se hacen fuertes a domicilio
Sumaron Celta y Eibar, que pueden ver la resolución de la jornada desde ese prisma positivo, el del punto obtenido. Para el equipo gallego supone desbloquearse después de tres derrotas consecutivas, para el vasco confirmar su potencial cuando sale de Ipurua: 13 de los 20 puntos que tiene los ha conseguido a domicilio.
El partido no fue un tránsito lineal, tampoco nadie lo gobernó. El Celta salió con colmillo, dispuesto a que se jugase en terreno del Eibar. Y ocurre que, cuando se desata, el equipo de Coudet es un vendaval porque no solo combina y saca fruto del buen pie de sus futbolistas sino que sorprende por su movilidad, por la capacidad para intercambiar posiciones y ocupar espacios. Así, llegó al gol de inicio, tras trenzar fútbol y encontrar fortuna en la zona de la verdad porque un despeje de su mediocentro Sergio Álvarez se le envenenó al Eibar para facilitarle las cosas al Celta. Definió Brais Méndez con la clase que le acompaña de serie. Casi de inmediato Olaza pudo aumentar la ventaja local con un remate al palo. El lateral zurdo operó como delantero centro para retratar lo que era el Celta, un sobre sorpresa para su oponente.
Pero de pronto el Celta se paró. Ya le ocurrió alguna vez más. Seguramente el rival también tiene algo que ver. El Eibar tiene casta y si a alguien le falta ya está Mendilibar en la banda para recordar donde está el pico y la pala. Avisó con dos llegadas del estajanovista Kike García, subió líneas y el partido cambió de dirección. También se embarulló, sometido a interrupciones en un ejercicio en el que empezaron a prevalecer esfuerzos sobre sutilezas.
A Coudet no le gustó la deriva y operó en el descanso. Emre Mor, que no despega, se puso el abrigo para quedarse en la grada y Okay saltó al verde para cerrar la medular. En realidad la abrió. Un error en un control en la salida de balón de su equipo propició una respuesta inmediata del Eibar en la que Muto y Bryan Gil armaron una resolución tan centellante como precisa. Empató el Eibar con casi toda la segunda parte por jugar y había conseguido entrar en el partido no solo a través del marcador, detalle que tal y como había comenzado la tarde no era menor.
El Celta había decaído, pero seguía presente. Apurado, pero siempre con categoría en los últimos metros, allí donde, cuando hubo trabajo por hacer, apareció Dmitrovic bajo palos para el cuadro vasco. Sin Iago Aspas, todavía convaleciente de su lesión muscular, el Celta se maneja con las luces cortas en ataque. Carentes de argumentos para ganar el partido, ambos equipos vigilaron que no llegase la derrota.
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