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Boca golea 7-0 a River en la primera final del fútbol femenino profesional en Argentina

Las Gladiadoras levantan la copa en un partido a puertas cerradas por la pandemia

Yamila Rodríguez sostiene la copa junto a sus compañeras de Boca Juniors tras ganar a River Plate.
Yamila Rodríguez sostiene la copa junto a sus compañeras de Boca Juniors tras ganar a River Plate.JUAN IGNACIO RONCORONI (Reuters)

Boca Juniors se alzó con la copa del primer torneo del fútbol femenino profesional en Argentina. Las Gladiadoras arrebataron el título a River Plate por 7 a 0, con doblete de su goleadora histórica, Andrea Ojeda, y de Fabiana Vallejos. Boca, que lleva 32 partidos invicto, partía como favorito del torneo transición y confirmó su superioridad.

Clarisa Huber abrió el marcador a los 14 minutos. Anotaron después Yamila Rodríguez, Lorena Benítez, Fabiana Vallejos y Andrea Ojeda para irse al descanso con un plácido 5-0. Las Millonarias, por el contrario, casi no tuvieron oportunidades durante los primeros 45 minutos, a excepción de un cabezazo de la uruguaya Carolina Birizamberri dentro del área rival. A la estrella de River le costó desmarcarse de sus defensoras durante el primer tiempo, pero logró encontrar algunos espacios en el segundo y tuvo la mejor ocasión de su equipo: un remate que detuvo Laurina Oliveros, quien no ha encajado un gol en los últimos siete partidos.

En la final, además del título, también se definió a la goleadora del torneo. Birizamberri lideraba la tabla con nueve tantos, pero el doblete de Andrea Ojeda para Boca le permitió quedarse con el reconocimiento al llegar a diez. “Es una satisfacción salir goleadora del torneo, pero sobre todo es satisfacción por el equipo. Se lo debo a ellas”, declaró la nueve de Boca después de que el árbitro pitase el final. Ojeda, una de las veteranas del equipo, de 36 años, suma con este 23 títulos desde que llegó al club, con 14 años.

“El primero se queda en casa”, podía leerse en las camisetas con las que las Gladiadoras regresaron al estadio para recoger la copa tras el triunfo. Las dirigidas por Christian Meloni se sacaron la espina de no haber podido coronarse en el pasado torneo: encabezaban la tabla en el momento en el que la competición fue cancelada por la pandemia.

Por el mismo motivo, el partido se jugó a puertas cerradas en el estadio José Amalfitani, pero suscitó un gran interés entre el creciente número de aficionados a este deporte. Ambos equipos apostaron a que el Superclásico femenino fuese un escaparate de este torneo en plena transformación tras la profesionalización lograda en 2019. Ambos equipos podrían volver a verse las caras el próximo marzo, cuando se celebrará en Argentina la Copa Libertadores.

El torneo de transición, que comenzó en plena pandemia, fue con un formato distinto al anterior: cuatro grupos de cuatro equipos cada uno, menos el A que tuvo cinco, que jugaron todos contra todos para luego dar paso a los cuartos de final. Boca había sentenciado su pase a la final con un triunfo por 2 a 0 sobre San Lorenzo. River se clasificó tras derrotar en la tanda de penales al defensor del título, UAI Urquiza.

Ambos equipos compiten desde 1991, cuando se creó el campeonato femenino con ocho clubes. Las Millonarias lograron aquel primer título, pero llevan una clara desventaja respecto a su archirival en el palmarés: 11 títulos frente a los 24 de Boca. En el último enfrentamiento, celebrado hace un año y medio, Boca también goleó a River por 5 a 0.

“Sueñen y entrenen duro”

En 2019, la popularidad al alza del fútbol femenino en otros países y la batalla librada por la jugadora Macarena Sánchez, hoy directora ejecutiva del Instituto de Juventud argentino, dieron el empujón final a la reclamada profesionalización. O semiprofesionalización, porque la Asociación del Fútbol Argentino solo exige ocho contratos por equipo. Los sueldos de las jugadoras son muy inferiores a los de sus colegas masculinos y la mayoría debe buscar ingresos complementarios, pero la existencia de un contrato les garantizan derechos de los que hasta entonces carecían, como indemnizaciones en caso de despido.

La profesionalización facilitó también la apertura de los estadios a las futbolistas, que hasta entonces jugaban siempre en otras instalaciones de sus clubes, y el progresivo cambio del horario de los partidos. “A las chicas les digo que se animen a jugar, que sueñen y que entrenen duro”, dijo Ojeda en un mensaje dirigido a aquellas que buscan abrirse paso en este deporte.

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