_
_
_
_
_

Iñaki Williams juega siempre

Zubizarreta y Larrañaga ensalzan la regularidad del ariete, con 175 citas ligueras seguidas, cuarta marca histórica

Iñaki Williams, en la semifinal de la Supercopa ante el Madrid
Iñaki Williams, en la semifinal de la Supercopa ante el MadridAFP7 vía Europa Press (Europa Press)
Jon Rivas

Para Valverde, Ziganda, Berizzo, Garitano y ahora Marcelino, hay un futbolista intocable. Jugó con los cuatro primeros entrenadores del Athletic y va por el mismo camino por el quinto técnico que le ha dirigido. Iñaki Williams juega siempre, y no es una exageración. Tiene la total confianza de sus preparadores, un cuerpo privilegiado y también un exquisito comportamiento en el campo. No se puede entender, si no, que desde el 17 de abril de 2016, es decir, hace cuatro años y nueve meses, haya jugado 175 partidos de Liga consecutivos, y que en ese periodo en el que se solidificó en la competición doméstica sólo se haya perdido, por decisión del entrenador de turno, un partido menor de la Liga Europa, frente al Dinamo de Bucarest —en la tercera ronda previa—, y tres de Copa. Dos de ellos ante rivales de Segunda B, y otro más contra el Sevilla, que había ganado en San Mamés 1-3 en la ida. Todas las ausencias pretendían preservarlo. Ninguna fue por una dolencia o por sanción, a pesar de ser delantero y tener la velocidad y el arranque explosivo como las características más genuinas de su juego, factores de riesgo de cara a las lesiones.

Desde su última ausencia liguera, el jugador vizcaíno, de 26 años, ha disputado 219 partidos con el Athletic entre todas las competiciones, además de otros 14 con la camiseta de la selección española, 13 de ellos con la sub-21. En la historia de LaLiga sólo tres jugadores superan a Williams. Tiene por delante a dos porteros: Andoni Zubizarreta, con 184 partidos consecutivos entre 1981 y 1985 con el Athletic, y a Luis Arkonada, que jugó 188 del tirón con la Real Sociedad entre 1978 y 1983. En lo alto del podio se encuentra Juanan Larrañaga, ahora comentarista en ETB, que sumó 202 partidos con el conjunto realista entre los cursos 1987 y 1992, pero que entonces no llevaba la cuenta: “En mis tiempos no hablábamos de récords. Eso es posterior. Ahora se apuntan hasta los minutos. Lo único que sabía es que cada domingo jugaba”, explica hoy. Tenía la confianza total de sus entrenadores. “Parece ser que sí, pero no me costaba cuidarme para procurar estar bien, porque el fútbol era mi prioridad”, recuerda.

“Claro que no todos podía jugarlos al cien por cien, ¿eh?”, asegura el que fuera central del club donostiarra. “Siempre había alguna cosa, alguna molestia. Al final depende de cómo lo gestiones. Cada uno lleva como puede sus dolores”, confiesa. “Está claro que Williams es un jugador fuerte, que tiene una constitución privilegiada, y que se cuida, para haber jugado tantos partidos seguidos”, dice.

“Está la calidad de cada uno, una musculatura idónea, y también un poco de suerte”, aclara Zubizarreta, también en ese selecto grupo de elegidos. “Un golpe o una contractura te pueden dejar fuera, pero Iñaki no ha tenido esos problemas en mucho tiempo. Y eso que las cosas han cambiado mucho. Los porteros jugábamos más seguido. Éramos titular y suplente, y un jugador de campo tiene más posibilidades de no jugar por lesión o por sanción, o incluso por un cambio táctico”, comenta el exportero.

”Que sufran”

Williams jugará frente al Barcelona. Tenía molestias en la víspera, pero estará en el césped de La Cartuja. “Físicamente me encuentro bien, sólo era cansancio. Contra el Madrid en las semifinales fue un partido muy exigente en el que lo dimos todo”, apunta. Y dispara: “Me da igual si está Messi o no. El Barcelona tiene los mejores jugadores y nosotros vamos a ir a lo nuestro, a ponerles el partido muy incómodo y si quieren ganar, que sufran”. Sabe el bilbaíno que su equipo tiene una gran oportunidad. “¿Que si quería jugar contra la Real? No podemos mirar más allá de lo que ha pasado. Hemos eliminado al Real Madrid y si ganamos al Barça la hazaña puede ser histórica”.

Williams se perdió la final de 2015 que el Athletic le ganó al Barça a doble partido con cuatro goles de Aduriz, que visitó por sorpresa a sus excompañeros en el hotel de concentración, pero saca lecciones de aquellos encuentros: “Muy pocos daban algo por nosotros y les metimos cuatro, Tenemos que ir con la misma ilusión. Somos un equipo muy jodido para batir. Formamos un grupo de amigos, y cuando peleas junto a tus amigos es más fácil ganar. Tenemos que hacer lo que venimos haciendo desde pequeños: jugar al fútbol y disfrutar”.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_