Vinicius olvida su caricatura
“Con Toni siempre lo entrenamos; hoy salió”, dijo el brasileño de su gol, tras completar un partido excelso ante el Barcelona con nuevo ejercicio de insistencia encomiable
Pocos futbolistas del Madrid demuestran mayor voluntad de agradar al Bernabéu que Vinicius. A sus 19 años, el brasileño vive envuelto en ese halo de felicidad suprema que adorna a los adolescentes, y que le impide esconder esa enorme sonrisa a la que recurre cuando se nubla el horizonte. Su insistencia, su fe y una encomiable actitud por escapar de la caricatura de delantero fallón, le ayudaron firmar ante el Barcelona la noche que siempre soñó. “Seguro que este ha sido mi mejor partido con el Madrid”, dijo a pie de campo.
Fue el jugador más destacado de un Madrid que recurrió siempre a él porque sus piernas sintonizaron mejor que ningún otro par con un estadio que se subió a todas las bicicletas que tiró durante el partido. Emilio Butragueño ve un posible efecto futuro en la noche del brasileño: “Ojalá sea una liberación para Vinicius. Permanentemente genera ocasiones de gol en todos los partidos y eso no es fácil”, dijo después.
En el carrusel de novedades que ofrece continuamente Zidane en sus alineaciones, la única modalidad que no había empleado el técnico francés hasta el momento tenía que ver con la rotación de algún miembro de la defensa en los partidos señalados en rojo en el calendario. Sin que mediase ninguna lesión de Mendy, ZZ devolvió a Marcelo a la titularidad en un clásico (no lo fue en el del Camp Nou) y guardó al francés en el banquillo, seguramente el movimiento más inesperado después de haber dejado fuera de la convocatoria a Jovic, y de haber repescado al olvidado Mariano, inesperado goleador al límite. La apuesta del preparador blanco tuvo más que ver con la explotación de las virtudes ofensivas del brasileño, que tuvo como compañero de banda a Vinicius, quien ha trabajado las últimas semanas por reforzar sus todavía verdes nociones defensivas. Entre ambos, sin embargo, generaron más peligro del que recibieron, lanzándose mutuamente en ataque y obligando a Vidal a socorrer a Semedo.
Muy pendiente de la presión en zona y de desnudarse lo justo en las escasas andaduras ofensivas que pillaron por sorpresa al Barcelona, el Madrid inclinó el campo hacia el costado izquierdo, habitual espacio desde el que Kroos, de nuevo en el once tras el indescifrable descanso que recibió ante el City en Champions, volvió a ordenar el juego. La presencia de Valverde en el lado opuesto reflejó la voluntad de Zidane por neutralizar las subidas de Alba, si bien Carvajal tuvo que duplicarse en la atención de su espacio, por el que asomó a menudo De Jong, dando lugar a una duplicidad en ocasiones con Varane de la que se aprovechó bien Griezmann.
Sin embargo, en los momentos en los que esa aparente solidez defensiva se resquebrajó, emergió la figura de Courtois, que detuvo dos mano mano a mano ante Arthur y Messi en la primera mitad, limando el poco filo ofensivo que demostró el equipo de Setién en el primer acto. Fue, por momentos, un duelo tan físico como estratégico, con el Madrid empleando algo más de gasolina en las cortapisas que detuvieron la creación del Barça, previsible pese a su velocidad de ejecución.
Dos veces Isco
Esa incapacidad para conversar suficientemente cerca del área de Courtois motivó al Madrid, que amplió su presencia en zona de tres cuartos. Por ahí asomó, como es habitual, Isco, que probó a Ter Stegen con un disparo desde fuera del área al que respondió con categoría el portero alemán, y después de cabeza, para que fuera Piqué el que lo despejase sobre la línea de gol. El Madrid encontró agua en la banda de Semedo, derretido el portugués tras encadenar tres malas salidas de balón.
Pasó el partido a ser una suerte de batallas de boxeo entre distintas parejas. De esa secuencia de guerrillas se nutrió el Madrid para cargar el espíritu y dinamitar el guión del Barcelona. Fue ahí cuando Kroos encontró el hueco para filtrar un pase a Vinicius, que tras las dudas de Piqué disparó al primer palo y encontró el premio a su insistencia. “¡Fue a portería!”, explicó el brasileño a pie de campo ante las dudas de si había tirado o intentaba un pase. “Tiré a portería y Piqué tocó el balón”, amplió el brasileño, que se extendió en el relato de cómo se había gestado la jugada. “Con Toni [Kroos] siempre lo entrenamos. Hoy salió y pudimos marcar”, explicó Vinicius, que mostró de nuevo su mejor cara.
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