El Granada nunca se rinde
Un gol de Carlos Fernández en la última jugada propicia una agónica remontada ante el Valladolid
Entre la genial ocurrencia y el despiste de Rui Silva, Guardiola se inventó un golazo al filo de la hora de partido que dejaba muy tocado a un Granada cansado. Sin embargo, el equipo andaluz sacó fuerzas de la nada para remontar ante el Valladolid, que se adelantó en el marcador con un golazo y se vio sorprendido con otro, de Carlos Fernández, en la última jugada del partido. El Valladolid ganaba 0-1 a los 80 minutos y se llevó un golpe fuerte e inesperado. El equipo andaluz salió a flote gracias a su fe, el fútbol de Fede Vico y un gol con el hombro de Puertas. Un remate que pareció mano, que necesitó varios minutos de revisión por el VAR y al que finalmente dio validez Martínez Munuera. Sin duda, una de las jugadas más complicadas de analizar en lo que se lleva de Liga. Así las cosas, entre la genialidad de Guardiola y el afortunado remate de Puertas se avivó la llama de la remontada de este Granada que nunca se rinde. Los andaluces ganaron en el último suspiro, muertos después de su esfuerzo copero y en un ambiente especial. El Valladolid, mejor en el segundo tiempo, se marcha frustrado porque lo tuvo en su mano. El Granada ganó y acumula ya 33 puntos. Sigue viviendo en un estado de felicidad a cinco puntos de los puestos europeos y 13 de la zona de descenso.
Granada y Valladolid jugaron un partido muy igualado. Los andaluces llegaron al compromiso bastante exigidos por su desgaste en la Copa. Diego Martínez optó por blindarse con una defensa de tres centrales, agobiado, quizás, por las ausencias de Domingos Duarte y Soldado, ambos sancionados. El Granada apenas carburó. Probablemente porque pesó mucho la baja de Soldado. No fue solo un problema de llegada. Más bien fue de juego, puesto que el delantero suele ser la principal fuente de salida del Granada con sus dejadas y desmarques. Sin Soldado, también les afectó a los andaluces el cansancio de Herrera y Gonalons. Ambos centrocampistas jugaron con demasiados kilómetros en sus piernas después de la batalla copera en San Mamés. El Valladolid vio bien la debilidad local. Superó al Granada en contundencia en el centro del campo y apenas pasó por apuros.
El problema que tiene el Valladolid es que llega muy poco al área rival. Es muy competitivo, pero hace poco daño. Son 11 los empates que acumula en LaLiga (el que más de la competición). Es decir, no pierde, pero tampoco gana mientras Ben Arfa, su flamante fichaje invernal, ni siquiera está en el banquillo por su baja forma. A pesar de su escasez de fuerzas, las mejores ocasiones del embarullado primer tiempo fueron para el Granada. Un buen pase de Gonalons a Carlos Fernández propició un remate apurado del delantero que Salisu sacó bajo palos. Luego, un remate de Gonalons a la salida de un saque de esquina fue bien rechazado por Masip. Se plasmaron de esta forma las dos únicas ocasiones de un primer tiempo flojo y muy igualado, de poco fútbol y mucho roce, cuajado de faltas y de interrupciones.
El segundo tiempo fue un carrusel de emociones. El Valladolid vio que el Granada no tenía aire. Apretó con éxito y avisó en un remate de Unal que despejó Rui Silva. Luego llegó el disparo desde la banda de Guardiola que sorprendió a Silva. Un remate espectacular para firmar uno de los golazos de la jornada. El Valladolid se sintió ganador. Estaba más fuerte y dominaba el partido en el minuto 80. Sin embargo, los cambios de Machís, Puertas y Fede Vico le dieron mucho aire al Granada. Un aire necesario que impulsó a los andaluces a plasmar una magnífica remontada. Primero con el polémico remate de Puertas y luego, en la última jugada de un alargue de seis minutos, con la maniobra de Carlos Fernández en el área. El Granada remontó y dejó al Valladolid sin ningún premio. Gran año de los de Diego Martínez, que tienen en la mano la permanencia mientras sueñan con la final de la Copa. En los Cármenes todo es posible.
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