Nadal contra Kyrgios: reencuentro con el tormento
Medio año después del tenso pulso en Wimbledon, el número uno y el excéntrico australiano se cruzan en los octavos de Melbourne tras varios episodios polémicos. El local manda sobre el cemento (2-1)
A las once y media de la noche, la Melbourne Arena sufre una descarga salvaje de adrenalina. Tras un duelo que primero tuvo ganado y luego perdido, Nick Kyrgios termina imponiéndose a Karen Khachanov (6-2, 7-6, 6-7, 6-7 y 7-6, en 4h 26m) y, de repente, al Open de Australia le sale una sonrisilla en la boca porque el pulso que se adivinaba tras conocerse el cuadro y que casi todo el mundo demandaba se consuma: el chico travieso del tenis y Rafael Nadal (6-1, 6-2 y 6-4 a Pablo Carreño, en 1h 39m) chocarán este lunes por una plaza en los cuartos del torneo.
Acompaña a la cita el morbo que ofrecen los antecedentes de un vínculo incendiado por las bravuconadas del australiano, siempre desafiante y hasta cierto punto obsesivo en lo que se refiere al número uno. Mientras tanto, el balear no quiere litigios dialécticos y remite exclusivamente a lo que pueda ocurrir en la pista, que puede ser mucho y muy bueno porque en la central se enfrentarán dos tenistas tan sensacionales como antagónicos: el campeón modélico frente al rebelde transgresor, en muchas ocasiones ofensivo.
Varias veces la ha emprendido Kyrgios contra Nadal, al que el año pasado se le agotó la paciencia. “Le falta respeto hacia el público, el rival y a sí mismo”, lamentó el mallorquín tras caer en Acapulco. Después volvieron a cruzarse las caras en Wimbledon, protagonizando un extraordinario partido que se resolvió sin intercambios de palabras, pero sí con un par de feos intentos de que el balear recibiera un pelotazo.
“¿Si me gusta él? No lo sé, no lo conozco personalmente como para tener una opinión clara”, respondía Nadal después de firmar un formidable triunfo ante Carreño, luciendo drive y sacando los colmillos. “Está claro que, cuando hace cosas que para mí no son buenas, por supuesto que no me gusta”, continuó; “pero cuando juega un buen tenis y muestra pasión por este juego es un jugador positivo para el circuito, y yo quiero que mi circuito no sea pequeño”.
“Rafa es un infierno como rival”
La pregunta se le trasladó por la noche a Kyrgios, que hace tres días se mofó imitando la liturgia de servicio del español cuando fue amonestado por retrasarse en la segunda ronda. “Realmente no conozco a Rafa. Nunca he salido con él ni nada por el estilo, así que realmente no sé cómo es él. Realmente no me desagrada. Nunca dije... Quiero decir, no lo conozco en absoluto. Él es un infierno como rival. No lo conozco como persona. Estoy seguro de que está bien”, respondió.
Los precedentes dicen que Nadal domina por un estrecho 4-3 y que el australiano, de 24 años y 26 del mundo, manda por 2-1 en los duelos sobre pista dura, caso de Melbourne. “Siento que sé qué plan de juego necesito para tener éxito”, expone el local, ganador en el asfalto de México (2019) y Cincinnati (2017). “Rafa [Pekín 2017] es una bestia completamente diferente. Quiero decir, yo conozco sus patrones de juego, todos los conocen, y no puede hacer nada al respecto. Federer también los conoce. Los ejecuta al más alto nivel, pero ni siquiera estoy pensando en el partido. Todavía estoy lidiando con un montón de emociones. Simplemente me gusta jugar contra zurdos”, señala.
Se le recordó a Kyrgios que en marzo, después del episodio de Acapulco, posteó en Instagram un vídeo en el que decía que podía “oler la sangre de este tío” cuando juega contra él, acompañado de una jeringuilla. Y el australiano habló de una simple cuestión de contrastes. “Es uno de los más grandes de todos los tiempos. También leí que él piensa que yo soy bueno para el deporte. Hay respeto entre ambos, aunque eso no significa necesariamente que nos gustemos. Tenemos estilos y personalidades diferentes”, razonó cuando el reloj ya superaba con generosidad la medianoche.
El salto del número uno
El último careo entre ambos se produjo el pasado 4 de julio, sobre el césped roído y ralentizado del All England Lawn Tennis & Croquet Club de Londres. Nadal se impuso después de tres horas y adjudicándose dos tie breaks. “Le estreché la mano, le miré a los ojos y le dije: eres demasiado bueno”, precisó Kyrgios, tan genial como quebradizo, siempre imprevisible. “Entonces cambió un poco su plan de juego”, rescató; “probablemente me saque un poco más a mi derecha, porque lo hizo en Wimbledon y le fue bien. Él jugó muy bien allí, y yo salí un poco lento... Pero no pude derribarlo. Ahora me siento bien, como si sintiera que mi juego está listo para funcionar”.
Ahora, Melbourne acoge el choque como juez y el de Manacor (33 años) encara estos octavos habiendo dado un salto cualitativo ante Carreño. “Tenía que mejorar y he mejorado”, apreció antes de reencontrarse con el tormentoso Kyrgios; “él tiene un gran talento y uno de los mejores servicios del circuito; tiene muchos registros y mucha variedad, pero la clave es que yo juegue a mi mejor nivel. Si lo hago tendré mis oportunidades y si no, será mucho más difícil. Confío y espero estar preparado”.
MOYÀ: “ESTOS PARTIDOS SE DECIDEN EN TRES PUNTOS”
Carlos Moyà, el técnico de Nadal, atendió a los enviados especiales desplazados a Melbourne y analizó el cruce con Kyrgios. Dice el preparador que ve a su tenista a tono, habiendo cogido vuelo, y lógicamente desconfía de un rival capaz de lo mejor y lo peor.
“Rafa llega bien, habiendo ido de menos a más, como suele ser habitual. Si echamos un ojo a todo los torneos que ha ganado, debe haber muy pocos en los que haya ganado jugando bien desde el primer día”, afirma. “esta es la grandeza de estos jugadores, que sin jugar a su mejor nivel pueden ir encontrando su ritmo. Yo siempre se lo digo a Rafa: de los x partidos que juega al año, a lo mejor hay ocho o nueve que tiene que jugar a su mejor nivel, y los otros…”.
Respecto al ambiente que pueda encontrarse este lunes (9.00, Eurosport) en la Rod Laver Arena, el técnico señala. “A Kyrgios le motivan este tipo de partidos, jugando en casa, en una pista grande y contra un jugador de los grandes. Rafa tendrá que intentar olvidarse de lo que pueda pasar después del punto y durante el punto, y hacer su tenis. Va a ser un poco como en la Copa Davis, pero Rafa también tiene su público y es muy querido aquí; aparte, el aficionado australiano es muy respetuoso”.
Esta semana, Nadal criticó las pelotas del torneo ("se ponen pesadísimas…"), pero Moyà resta trascendencia al factor material. "Al final son las que son. Tiene que variar un poquito su juego, pero si está en buena posición y con confianza, la bola le va", precisa; "el año pasado las bolas eran también estas y jugó a un grandísimo nivel; es verdad que no son las mejores para el tipo de juego español, pero son las que hay y Rafa puede hacer mucho daño con ellas".
Respecto a las claves para batir al australiano, el entrenador apunta a la solidez con el saque, el temple y la definición. “Hay que estar concentrado. Es importante que su servicio funcione, porque eso puede permitirle jugar con más tranquilidad los juegos al resto. Y, en las pocas oportunidades que pueda tener, creo que ahí debe estar fino e intentar aprovecharlas”, demanda Moyà.
"Tenemos el referente del partido de Acapulco el año pasado, en el que Rafa estaba siendo superior, pero tuvo 10 bolas de break y solo convirtió una; Kyrgios no tuvo ninguna, pero llegó el tie break y ganó". Al final estos partidos son tres puntos, que al caer de un lado u otro lo deciden", concluye.
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