El arte de defender del Athletic detiene al Sevilla
Navas, en su partido 500, impulsa a los andaluces en el segundo tiempo para salvar un punto ante un duro rival
El arte de defender del Athletic detuvo las aspiraciones del Sevilla, muy bien capitaneado por el incombustible Navas en su partido 500 con el cuadro andaluz. Quizás a los puntos mereciera algo más el Sevilla, pues lanzó dos balones a los palos, una de Banega y otro de De Jong, pero el encuentro del Athletic en el aspecto defensivo fue impecable. Los de Garitano tienen la característica de jugar de forma muy práctica, acabando con las virtudes del rival gracias a su buen posicionamiento y un orden impecable. Con un Íñigo Martínez mandando bien a una defensa de tres centrales, el Athletic superó al Sevilla en una excelente primera parte, para luego saber sufrir ante un rival muy mejorado por los cambios tácticos realizados por Lopetegui. El empate premia el empuje del Sevilla y el fútbol de laboratorio de un Athletic que saca mucho rendimiento a sus llegadas y achica espacios como nadie. Con solo 13 goles en contra, los vascos jamás pierden cuando se adelantan en el marcador (seis victorias y cuatro empates). En el Pizjuán, su único disparo a puerta acabó en gol.
El Sevilla de Lopetegui se encontró por tanto con un Athletic que supo neutralizar a la perfección las virtudes del cuadro andaluz. El Sevilla rinde de manera excelente fuera de casa, pero sufre cuando recibe una presión intensa y ve ahogado su juego por las bandas. Es el típico problema que acecha a los buenos equipos, como el de Lopetegui, pero sin la pegada y los delanteros de los más grandes. El Athletic, correoso, atosigante y con mucho oficio, jugó en largo y castigó la banda izquierda del Sevilla, donde jugó Koundé de lateral y a pierna cambiada.
Garitano planteó el partido con el balón largo a la banda izquierda de los andaluces, un páramo donde se impuso una y otra vez Raúl García en el juego aéreo. Bien pertrechado con su línea de tres centrales y afianzado en la presión adelantada, el Athletic dominó el partido a su antojo. Todavía más cuando se adelantó en el marcador en una jugada simple, pero bastante efectiva. Una falta muy bien sacada por Íñigo Martínez llegó a Capa, quien marcó ante la pasividad de Koundé y Diego Carlos. El disparo con el exterior del lateral, excelente, batió a un Vaclik sin opciones.
La eficacia del Athletic en su único disparo a puerta y su trabajo defensivo contribuyeron de manera efectiva a sepultar las opciones atacantes de un Sevilla sin el necesario talento para desbordar un sistema defensivo tan bien organizado. Ni Banega ni Jordán se imponían, con Munir convertido en un náufrago ante los centrales vascos. La única opción del Sevilla llegó en un lanzamiento de córner de Banega que acabó en el larguero. Desesperado y sin fluidez, el Sevilla se estrellaba una y otra vez ante un rival de piedra, perfectamente trabajado y sin fisuras. Garitano le estaba dando un repaso táctico a Lopetegui, acabando con la única banda potable del Sevilla, la derecha, y presionando de manera eficaz a las fuentes de juego locales.
Lopetegui lo vio claro al descanso. Le dio la vuelta a su equipo como un calcetín para diseñar a un nuevo Sevilla. Mandó una defensa de tres centrales incrustando a Fernando atrás y dispuso una delantera con dos elementos, Munir y De Jong. Pero fue Navas, una vez más, el que impulsó al Sevilla con su increíble actividad y muy bien conectado con Ocampos. El capitán del Sevilla asistió a su compañero argentino para que este centrara al área. Núñez se metió el balón en su portería y llegó el empate. Yeray había salvado el balón de Munir bajo palos, De Jong disparó el balón al palo y todavía Diego Carlos gozó de otra opción después de un balón parado. Opciones claras de un Sevilla que fue superior en el segundo acto del encuentro. No llegó, sin embargo, el segundo tanto local y se plasmó un empate que premió todo lo que se vio en Nervión. A veces un punto es un agradable botín en encuentros de este pelaje. Un clásico del fútbol español donde Lopetegui y Garitano diseñaron buenos bloques en el aspecto táctico y cada uno de los equipos fue dominador en una de las partes. El Sevilla, no obstante, perdió la opción de meter presión a Barcelona y Madrid, libres para disputarse LaLiga. Los 35 puntos del cuadro andaluz en la primera vuelta son un buen botín, aunque Lopetegui y los suyos quieren más. El Athletic, por su parte, es un firme aspirante para jugar en Europa el próximo curso.
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