El Betis traspasa sus dudas al Cádiz
Un gol de Guido liquida el conservador planteamiento de Álvaro Cervera, cuyo equipo acumula tres derrotas seguidas
El Betis traspasó sus dudas al Cádiz con un triunfo muy sufrido y materializado en un chispazo de indudable calidad. Una buena acción entre Fekir y Lainez fue culminada por un disparo cruzado dentro del área de Guido. Un gol que vale su peso en oro y que desniveló un derbi regional muy igualado, donde el Cádiz confirmó su tendencia a la baja. Son ya tres las derrotas que cosecha de manera consecutiva, con un saldo de cuatro puntos de los últimos 21 que evidencia, a todas luces, que está en plena crisis.
El tanto de Guido, al que el Comité de Competición quitó la tarjeta que vio en Granada y que había supuesto su sanción, castigó también el planteamiento muy conservador de Álvaro Cervera, quien colocó al central Fali de mediocentro y jugó a que no pasara nada. Solo cuando el Cádiz encajó el gol de Guido se estiró en ataque. Entonces, gozó de dos claras ocasiones para lograr el empate. Una de Lozano y otra de Negredo, pero en ambas estuvo muy certero el portero bético Joel Robles. El Cádiz apretó mucho en el tramo final, a la desesperada, pero el Betis logró un triunfo de oro, que le permite respirar mientras busca mejores sensaciones en su juego. El crecimiento, con victorias, es mucho más fácil de lograr mientras Pellegrini aspira a engrasar mejor su maquinaria.
El derbi regional deparó un evidente choque de estilos. Cervera ya lamentó el pasado domingo, después de la derrota ante el Getafe, las cualidades de sus pivotes. Ante los madrileños jugó Álex Fernández y frente a los verdiblancos fue Fali, habitual central, el que se adelantó al centro del campo en compañía de Jonsson. El Cádiz, por lo tanto, profundizó en su estilo después de dos derrotas, en busca de un resultado positivo que aliviara algo su casillero tras un gran inicio liguero. El Betis, demasiado evidente en sus acciones, sin velocidad ni desborde, no le hizo ni cosquillas a un rival muy organizado. Los futbolistas destinados a marcar la diferencias en verdiblanco, caso de Fekir, se perdieron en un mar de piernas rivales, ahogados por el buen planteamiento defensivo de Cervera.
Incluso fue el Cádiz el que gozó de la mejor ocasión de la primera mitad. Perea, un jugador muy habilidoso con el balón en los pies y poco físico, la puso muy bien al área. Salvi remató al larguero y estuvo a punto de certificar el éxito del planteamiento cadista. Se salvó el Betis, que solo creó peligro en un flojo primer tiempo en una internada de Joaquín que acabó en un remate sin peligro de Sanabria. El Betis, decididamente, no pasaba por su mejor momento, sometido por un Cádiz conservador y seguro de sus acciones.
La fórmula de Cervera saltó por los aires en la segunda mitad. El Betis mejoró algo la circulación de balón y, sobre todo, tuvo una virtud definitiva en el encuentro, la eficacia. El partido creció después de una gran acción de Fekir, que se internó en el área y puso el balón en el segundo palo. El disparo de Montoya tocó en la mano de Espino, pero Mateu consideró que el lateral se estaba girando sin intención de desviar la trayectoria de la pelota. En otros choques, la misma jugada se consideró penalti. No fue así en el Benito Villamarín para lamento de los verdiblancos. Lo que sí llegó fue una buena jugada entre Fekir y Lainez. El extremo mexicano desarrolló una virtud estimable en el área, la pausa. Con el área llena de jugadores del Cádiz supo mirar y centrar atrás para que Guido rematara muy bien desde dentro del área. Marcó el Betis, aliviado por las entradas de Lainez y de Tello, bien conducido por Guido y Guardado en el centro del campo. Encontró premio a su paciencia y le tocó luego sufrir. Entonces surgió la figura de Robles, que detuvo dos peligrosos lanzamientos de Lozano y Negredo. Los tres puntos alivian mucho a los verdiblancos, muy irregulares a lo largo del curso. El Cádiz necesita reinventarse tras un gran inicio de campeonato.
Los de Pellegrini pidieron un penalti por manos de Espino a disparo de Montoya después de una buena acción de Fekir. El francés conectó luego con Lainez y marcó Guido. El Cádiz lo intentó luego, sin éxito, quizás lamentando su rácano planteamiento y añorando las tardes de gloria frente al Madrid y al Barcelona.
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