Verratti pone orden en el PSG
El regreso del italiano propicia el triunfo de su equipo ante el United y ambos conjuntos empatan a puntos con el Leipzig
El Paris Saint-Germain volvió a practicar algo que se parece al buen juego. No fue mucho, pero fue suficiente. Sucedió en Old Trafford, a rachas, orientado por Verratti y auxiliado —una vez más— por una rigurosísima decisión arbitral que le ayudó a sobrellevar el aprieto gracias a la expulsión de un oponente. El resultado fue una victoria más o menos sufrida que le permite salir del hoyo en el que ha vivido en la fase de grupos de esta Champions. Sumó nueve puntos y si el martes próximo se impone al Estambul en el Parque de los Príncipes pasará a octavos. El United y el Leipzig, que también suman nueve, decidirán el resto del Grupo H en una última jornada en la que cualquiera de los tres puede quedar eliminado.
Thomas Tuchel se jugaba el puesto después de una serie de malos resultados. El funcionamiento del equipo se deterioraba cada día. Lejos de componer ataques en masa, este otoño el plan del innovador técnico alemán derivó en la vieja fórmula que emplearon los clubes más poderosos en el siglo pasado: seis defienden y cuatro atacan. El arcaísmo que una vez permitió el triunfo por aplastamiento de los más ricos, convirtió al PSG en un pelmazo. El fútbol ya no consiente la autogestión de los atacantes. Tuchel abrazó esta solución cuando Verratti se lesionó este verano para disputar el desenlace de la Champions y lo que parecía provisional acabó por desnaturalizar el juego por completo. El regreso del italiano a la titularidad en Old Trafford valió más que todas las consignas del entrenador.
Suele ocurrir con la contribución de los centrocampistas clarividentes. Al dictado de los pases de Verratti los jugadores se agruparon y se abrieron con más sentido, el reparto de los espacios resultó coherente, y tanto Mbappé como Neymar recibieron el balón en lugares y en momentos exasperantes para la defensa rival sin necesidad de esforzarse de más.
La conexión de Kylian Mbappé era una de las cuentas pendientes de Tuchel. El francés no marca un gol en la Champions desde diciembre de 2019. Este miércoles entró a Old Trafford con paso firme. Transcurridos los cinco minutos trazó un eslalon desde la derecha, se apoyó en Neymar y remató. La pelota rebotó en un defensa y a por ella fue Neymar, que se presentó en el segundo palo perfilado y remató de derecha. Fue un gol impropio del brasileño, por la agresividad con la que abordó la segunda jugada.
Lejos de aprovechar la ventaja para reafirmar su dominio, el PSG incurrió en las distracciones. La inconsistencia es su rasgo más definitorio desde hace años. Lo personificó Paredes, más pendiente de picar pleitos con Fred que de ayudar a sus compañeros a elevar el ritmo y acabar de sacar del partido al United.
Animado por las frivolidades de su adversario, el United avanzó hacia el área de Navas con la dificultad que le caracteriza. Con McTominay más pendiente de vigilar a Neymar que de contribuir en otra cosa, el cuadro inglés jugó con uno menos cada vez que tuvo la pelota. Le bastó para meter en problemas al PSG. Entre Martial y Rashford forzaran el error de Danilo, que se metió en contra el disparo del inglés.
Cavani al palo
El descanso encendió al United. Cavani tuvo el 1-2 en un contragolpe que descubrió a la defensa por completo. El uruguayo, que se reencontraba con sus excompañeros, rompió el fuera de juego con el tacto de un cirujano y mandó el balón al larguero con un globo sobre la salida de Navas. El United se sentía dominador cuando recibió el 1-2. Se lo metió Marquinhos en el área chica, mano a mano con De Gea, tras un córner y tres rechaces.
No había pasado un minuto desde el gol cuando el árbitro, Daniele Orsato, alteró definitivamente el ecosistema de un partido marcado por la irregularidad de los contrincantes. La expulsión de Fred por acudir con demasiado ímpetu a un balón dividido que conquistó ante Herrera, dejó al PSG con uno menos cuando faltaban quince minutos. Como en la jornada pasada, cuando gozó de un asombroso penalti a favor, una vez más el PSG vio allanado su camino por una decisión arbitral discutible.
Aunque la entrada de Pogba contribuyó a darle a sus compañeros un impulso que obligó a retroceder a los visitantes, Neymar y Mbappé hicieron estragos a la contra. Mbappé se jugó el primer intento por su cuenta, para desesperación de Neymar, que se le ofreció para el pase final. Desaparecido durante casi una hora, Neymar regresó cuando las cuerdas del partido se aflojaron. Abrió la jugada con un pase exquisito al francés, acudió a recibir, jugó con Rafinha en el área y como el brasileño le devolvió la pelota en bandeja batió a De Gea sin dejarle reaccionar.
El 1-3 sacó al último finalista de la Champions de una situación desesperada. Pero no lo salva por completo del peligro de quedar eliminado la semana que viene.
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