Zidane: “No voy a dimitir, para nada. Tengo fuerzas, voy a darlo todo”
El técnico francés lamenta la falta de acierto en ataque en un partido donde la defensa vuelve a temblar sin Ramos
Mismo lugar, misma persona, dos años de diferencia y, en medio, un abismo. En las tripas del estadio de Kiev donde en 2018 celebró la 13ª Champions, Zidane compareció para tratar de explicar las razones que han conducido al Madrid a su Liga de Campeones más floja, pendiente de terceros resultados. Fiel a su discurso, no hubo desgarros ni palabras gruesas. “El otro día en Liga [contra el Alavés] no merecimos ganar, pero hoy sí”, aseguró. “En la primera parte estuvimos muy bien, merecimos el primer gol y eso hubiera cambiado el partido. El 1-0 nos hizo mucho daño porque estábamos recuperando arriba y creando ocasiones. No quiso entrar y luego ha sido complicado”, analizó el técnico francés, que negó cualquier amago de rendición personal. “No, para nada, voy a dimitir, para nada. Tengo fuerzas y voy a darlo todo”.
“Hoy era una final y la preparamos bien. No fue cuestión de lo que hicieron los jugadores. Pero nos cuesta meter el primer gol que nos haga el partido más fácil”, lamentó el entrenador blanco. Modric también apuntó al nulo rédito que sacaron hasta el descanso. “Es difícil de explicar lo que ha pasado después de un primer tiempo bastante bueno”, señaló el croata. “Tras marcar ellos, cambió todo. Nosotros empezamos a estar muy nerviosos en el campo”, confesó el medio.
La derrota dejó al Madrid a expensas de otros, pendiente de lo que iban escupiendo las redes sociales, transistores del siglo XXI, sobre el Mönchengladbach-Inter. Ganaron los italianos (2-3) y eso concedió una bombona de oxígeno a los blancos cuando ya temían quedarse sin aire. Si vencen a los alemanes en casa la próxima semana, pasarán a octavos. Incluso si empatan y el Inter derrota al Shakhtar. Aunque también podrían acabar últimos y fuera por completo de Europa. “Este es un momento complicado, como siempre hubo en este club. Hay que sacar nuestro carácter y orgullo. Creo en mis futbolistas. Falta un encuentro y tenemos que seguir para pasar de ronda”, comentó Zizou cuando aún se disputaba el encuentro en el Borussia Park.
Más allá de las cábalas, en el césped se volvió a ver una defensa desvalida sin Sergio Ramos. Los fantasmas que la zaga del Madrid había despejado en San Siro regresaron en el frío helador de Ucrania. La retaguardia dejó otra actuación sospechosa en ausencia de su capitán, como ya ocurrió en la ida en Valdebebas (2-3). De los últimos 10 encuentros en Champions sin el cuatro sevillano, los blancos han perdido ocho.
Giro tras el descanso
Tras una primera parte con poca chicha y sin exigencia para la línea de atrás, la tiritona se desencadenó tras el descanso. En la segunda arremetida casi seguida del Shakhtar, se repitió el tembleque que tantas veces ha padecido el equipo de Zidane en los últimos tiempos cada vez que se ha visto huérfano de Ramos. Un mal despeje de Mendy y un fallo de entendimiento entre Varane y Lucas Vázquez acabó en el 1-0. Los tres miraron pasmados cómo Dentinho batía a Courtois. Cinco minutos antes, el meta belga ya había rechazado con la pierna izquierda un disparo muy envenenado de Taison, que venía de sacar de rueda al central francés. Y a diez minutos del final, un contragolpe de costa a costa cerrado con un tiro lejano de Solomon terminó de aniquilar a un Madrid ya raquítico. El trompazo volvió a apuntar, sobre todo, a Varane, que mediada la segunda parte se vio superado en otro lance. El francés debe liderar la defensa blanca cuando falta el capitán, sin embargo, los gatillazos se han convertido en habituales.
Antes de este desplome, en la primera parte el juego había transcurrido de forma soporífera salvo unos primeros minutos de actividad de Asensio. “Dejadlo jugar”, protestó Zidane en la previa cuando le preguntaron por la flojera del balear esta temporada. El francés lo volvió a alinear y el zurdo correspondió con dos chispazos que fue lo único que el Madrid se llevó a la boca prácticamente en todo el duelo. En el minuto cinco, robó el balón en la zona de tres cuartos y, tras asociarse con Benzema, su tiro se estrelló en el palo. Y, a la media hora, cuando ya el primer acto había caído en el bostezo, conectó de tacón con Odegaard, este se la devolvió y el disparo del mallorquín lo despejó sólido Trubin. En esos momentos, estaba a punto de nevar fugazmente en Kiev. El estadio se mostraba tan desangelado como el partido. Faltaba la segunda parte, y ahí el que acabó deprimido fue el Madrid.
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