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Un Bayern deshuesado

El campeón de la Champions y líder de la Bundesliga se asoma al Metropolitano sin el lesionado Kimmich, con una versión inédita e imprevisible

Los jugadores del Bayern celebran un gol ante el Stuttgart
Los jugadores del Bayern celebran un gol ante el StuttgartMatthias Hangst / POOL (EFE)

Un Bayern desnaturalizado, sin su columna vertebral o pasillo de seguridad, que diría Luis Aragonés, a quien hablarle del Bayern, desde aquella final de la Copa de Europa del 74, era mencionarle a la bicha. El campeón de la Champions y líder de la Bundesliga que se asomará hoy al Metropolitano mostrará una versión deshuesada, inédita e imprevisible.

El Atlético pensaba enfrentarse a un rival sin el lesionado Kimmich, que ya se intuía como un Bayern devaluado por la enorme influencia del mediocentro en el juego colectivo del equipo. Así lo reconoció ayer su entrenador, Hans-Dieter Flick, y así ha quedado demostrado en los tres partidos que ha faltado tras una operación de menisco. Su ausencia no se ha visto reflejada gravemente en los resultados, dos victorias y un empate, pero sí en el empaque, en las formas y en el fondo.

Ahora todo será distinto. Los de Simeone se encontrarán también un adversario sin Neuer, Goretzka, Tolisso y Lewandowski… Sin olvidar que tampoco estará el lesionado Davies; que el exespanyolista Marc Roca, fichado por sus condiciones técnicas y físicas como recambio de Kimmich, está sancionado y que es más que posible que otros titulares (Boateng, Gnabry y Coman) tampoco formen parte del once inicial.

El boquete de Kimmich. Sin Kimmich al mando de las maniobras, el Bayern ha demostrado perder organización, control, salida limpia desde atrás y velocidad en la circulación. Cuando está, es el socio de todos. De los dos centrales que le dejan la responsabilidad de sacar el balón, ya sea en corto o en largo; de los dos laterales, a los que cubre las espaldas cuando ventilan por las bandas; de los extremos, porque es quien mejor interpreta sus movimientos interiores, y, por supuesto, de los delanteros, porque nadie como él sabe elegir cuándo es más apropiado jugar al espacio o en posicional, dependiendo de los desmarques de apoyo o de ruptura que tiren los habituales Müller y Lewandowski.

Tampoco estarán hoy sus relevos más lógicos —Goretzka, Roca y Tolisso— por lo que la pareja de mediocentros puede estar formada por Javi Martínez y el comodín (central/lateral izquierdo) Alaba. El austriaco está con un pie y medio fuera del club. Improvisación pura y dura.

El ‘otro’ Lewandowski. Si en los partidos que no ha disputado ya se ha podido medir la trascendencia de Kimmich en el rendimiento grupal, casi imposible resulta barruntar cómo resolverá el campeón bávaro la ausencia de Lewandowski. El polaco es ahora bastante más que remate y gol (15 en lo que va de temporada entre Bundesliga y Champions). Desde la llegada de Flick al banquillo, hace aproximadamente un año, muestra otras virtudes que no había dejado ver.

El polaco se muestra por todo el frente del ataque. Alterna los desmarques de ruptura con los de apoyo y se deja caer regularmente en la orilla derecha para alejarse de los centrales y crear espacios a los extremos y a su eterno compañero de fatigas, Müller. Su participación en el juego ofensivo es total.

Lo que pueda dar de sí su alternativa en el Metropolitano, Choupo-Moting, es un enigma. Fichado en el último día de mercado, llegó libre del PSG con el que jugó 10 minutos en la final de la Copa de Europa. No se ha estrenado en esta competición y en la Bundesliga solo ha jugado un partido como titular (63 minutos) y ha participado en otros cuatro, otros 60 minutos en total. Su momento de gloria lo tuvo en la primera ronda de la Copa alemana ante el Duren (quinta división): marcó dos tantos y dio un pase de gol. Delantero-tanque de 190 centímetros y dilatada experiencia, 31 años, llegó al Bayern con un propósito único: dar minutos de descanso a Lewandowski.

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