Campazzo y Tavares doman al Zalgiris
El Madrid logra una laboriosa victoria en Kaunas (90-93), la primera fuera de casa, gracias a la conexión entre el base argentino (19 puntos y 10 asistencias) y el pívot caboverdiano (22 puntos y 12 rebotes)
“Somos el yin y el yang. Edy se entiende bien con los bases. Hay que pasársela bien arriba y ya está”, cuenta Facundo Campazzo cuando explica su productiva conexión con Walter Tavares. La pareja que ha dado continuidad y vuelo a la era Laso, y que estos días apura sus exhibiciones de entendimiento y alley oops por la próxima marcha del Facu a la NBA, domó al Zalgiris en Kaunas y le dio al Real Madrid su tercera victoria en siete jornadas de la Euroliga, la primera fuera de casa. Los blancos lograron un laborioso triunfo ante el correoso equipo de Martin Schiller, hasta ahora líder, gracias al inagotable nexo entre el base argentino (19 puntos y 10 asistencias) y el pívot caboverdiano (22 puntos y 12 rebotes). Tras un primer cuarto vertiginoso los madridistas se metieron en un atolladero del que supieron escapar a tiempo con un ejercicio de paciencia y oficio liderado por sus dos piezas más determinantes. Walkup, Hayes, Grigonis y compañía fueron incapaces de atajar a la bala de 1,80m y de abarcar a la torre de 2,21m (61 de valoración entre ambos).
El Zalgirio Arena asistió a varios partidos en uno. El Madrid encontró antes la fluidez en ataque que la solidez en defensa. La vibrante conexión Campazzo-Tavares, los puntos de Carroll y la consistencia de Abalde y Randolph permitieron a los de Laso hacerse con la iniciativa del partido con un juego trepidante. La segunda falta del pívot caboverdiano alivió la inferioridad del Zalgiris en el rebote, pero la efervescencia del Facu amplió progresivamente el descosido hasta un +11 para los blancos en un santiamén (19-30, m. 9). El Facu, en plena cuenta atrás para concretar su marcha a la NBA, destartaló al conjunto lituano con 11 puntos y cuatro asistencias en un notable primer cuarto, uno de sus últimos servicios a la causa madridista. El 18 de noviembre se celebrará el draft en la meca estadounidense y, en torno a esos días, se abrirá también el mercado de agentes libres, en el que Dallas Mavericks, San Antonio Spurs, New York Knicks, Minnesota Wolves y Denver Nuggets formalizarán su interés para contratar al base argentino.
Su condición de jugador determinante en la Euroliga quedó acreditada de nuevo con otro episodio de sístole y diástole en la respuesta del Madrid sobre la pista coincidiendo con el viaje de Campazzo al banquillo. Aprovechando el descanso del Facu, el Zalgiris reaccionó con carácter. Entre Walkup, Rubit y Grigonis construyeron un contundente parcial de 15-2 en el inicio del segundo cuarto y el marcador dio un volantazo. Del mencionado 19-30 al 39-34 del minuto 16, tras el tercer triple de Walkup. Sin Tavares, los blancos se achicaron en el rebote. Sin Campazzo, se les espesaron la cabeza y las piernas. Solo Llull fue capaz de tensar la cuerda para romper la inercia. Con nueve puntos del menorquín en tres minutos, los de Laso enderezaron el rumbo y ajustaron las cuentas. Pero otro triple de Walkup retrató la endeblez de la defensa blanca en este tramo. Una inconsistencia que se tradujo en el tanteo. Del 24-32 del primer acto, al 30-16 del segundo. Un asalto para cada equipo y un 54-48 antes del viaje a vestuarios. Hasta la fecha, solo el Valencia había hincado el diente al equipo lituano, encaramado al liderato de la tabla con cinco victorias en seis jornadas. Al Madrid le tocaba remar.
Recuperó Laso su quinteto inicial en la reanudación, pero no regresó la versión dinámica del Madrid. El Zalgiris hizo una hucha de +10 (60-50, m. 22; 64-53 acto seguido) y llegó la tercera falta de Tavares para aumentar los dilemas blancos. La manta no daba de sí en defensa y ataque. La concentración flaqueaba. Pero aparecieron la paciencia y el oficio. Aguantó esta vez el caboverdiano sobre la pista y, al amparo de su torre, el Madrid ensayó un trabajoso propósito de enmienda. La intimidación, la brega y el despliegue de Tavares resultaron inabarcables para el conjunto lituano que, a pesar de todo, perdió el ritmo pero no el mando (73-67, m. 30). Fueron Randolph y Thompkins lo que aprovecharon la erosión de Tavares sobre la defensa lituana para firmar el reenganche definitivo (75-75, m. 32). A los dos triples de Thompkins se le sumó uno más de Campazzo. Pero no titubeó el Zalgiris que entró por delante en la recta de meta. Una técnica a Campazzo dejó la contabilidad en 86-81 a menos de tres minutos para el final. Ahí emergió Tavares, de nuevo colosal (34 de valoración, su récord en la Euroliga), para agarrar a los suyos a la cornisa con ocho puntos consecutivos (86-89). Su socio, Campazzo, remató desde el tiro libre la sufrida faena madridista.
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