“Cambió el dibujo y el partido”
Vinicius, goleador de la noche, señala el paso de los dos delanteros a los extremos como clave para la victoria, en un duelo en el que Jovic despertó aunque no marcó
Después de los primeros 45 minutos de búsqueda infructuosa del gol sobre el césped, del que se retiraban los futbolistas, el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, se acercó a la zona de la grada que cobijaba a los lesionados. Allí esperaba Eden Hazard, la mayor inversión de la historia del club, el escogido para comenzar a llenar el vacío goleador dejado por Cristiano Ronaldo hace ya más de dos años. Hazard, como el gol, parece siempre a punto de comparecer. Después de saludar brevemente a Militão, Pérez chocó el puño con el belga y se detuvo unos instantes a conversar con él. Desplegó varios gestos cariñosos, un par de palmadas en el hombro, y se retiró a la sala de refrigerios. Allí tampoco había rastro de gol.
Ronaldo, propietario del Valladolid, legendario nueve, la destilación del acierto, no se acercó al Alfredo di Stéfano a ver a su equipo y a saludar al presidente que lo vistió de blanco. Sin Hazard ni Ronaldo, el enigma del gol seguía en el campo, donde Zinedine Zidane repitió la inusual pareja de la jornada anterior, Benzema y Jovic. El serbio, que ha atravesado meses en una especie de duermevela existencial, de repente pareció despertar.
Tradicionalmente ausente, Jovic fue como una aparición, casi desconcertante. La primera huella que dejó fue en el arranque de una jugada: un eslalom con el que dejó atrás tres rivales, en el que combinó con Isco para dejar luego solo a Marcelo, que no acertó a marcar. A partir de ahí ya fue él quien rondó el gol. Remató fuera por poco una contra lanzada por Isco y Valverde, otra vez el alivio presente en todas partes. Jovic mandó también otra pelota a la red lateral de la portería y más tarde cabeceó un córner que despejó Roberto con un estupendo estirón hasta la base de su poste derecho. El serbio, en el limbo entre irse y quedarse, ya no tuvo más tiempo para culminar el despertar con un gol, y alargó su rara sequía en sus partidos como titular: ni un tanto en 10 partidos.
Eso llegó por otra vía. Esta vez Zidane sí que vio conveniente variar el dibujo, e introdujo a Asensio por Isco y al artista antes conocido como Vinicius Jr., ahora Vini Jr., por Jovic. También entró Carvajal por el desubicado Odriozola, al que Ramos se pasó una hora recolocando en su puesto en la línea de la defensa. “Cambió el dibujo, entramos Asensio y yo, y conseguimos cambiar un poco el partido”, dijo el brasileño. “El dibujo depende del partido y del rival”, amplió. “Nos ha hecho meternos más en el área”, reconoció Roberto sobre la modificación.
Entre parada límite y parada salvadora de Courtois, Vini atrapó la pelota en la frontal del área y la perdió. Aunque como impulsado por el mantra de Zidane, “pierde y presiona”, se lanzó al defensa y se la rebañó con ayuda de Valverde. Después de rebotar en Carnero y Bruno, el balón regresó a Vini, que como si fuera el Jovic que fichó el Madrid, selló el tanto instalado en el área pequeña.
El brasileño espabiló al equipo a la carrera: un caño que provocó una falta peligrosa al borde del área y una última galopada a campo abierto con la que se presentó a solas delante de Roberto. Allí murió el partido, del mismo modo que muere mucho de lo que agita Vini, con un tirito blando como de un hombre que se desvanece.
El encuentro no contentó a Zidane: “No estuvimos muy brillantes, nos ha costado sobre todo la primera parte”, dijo. Recordó que ve el equipo a medio cocer: “No hicimos una pretemporada normal, solo jugamos un amistoso. ¿En pretemporada qué haces? Pruebas, cambias...”. Y dentro de esa cocción inconclusa cae para él la cuestión del dibujo, los cambios del 4-4-2 al 4-3-3: “Sabemos lo que nos aporta cada cosa. Dos delanteros no significa que vayas a ser más ofensivo. Podemos ser más ofensivos con dos bandas. Pero al final lo más importante es la animación. Mira el gol. Presionamos en campo rival, recuperamos el balón muy alto...”. Y Vini despejó el enigma que no acertó Jovic.
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