Un punto pasmoso
Gayà, un forastero del gol, caza un remate entre un pelotón de alemanes cuando faltaban segundos y da el empate a una Roja experimental en la que debutaron Ferran, Fati, Óscar y Merino
El fútbol es un sinfín de pasmos. Porque asombroso resultó que Gayà, un lateral que ha marcado cinco goles en 223 partidos con el Valencia, se hiciera un hueco en medio de una amazónica defensa de gigantes alemanes para rescatar un empate para España. Y tanto que un rescate: quedaban segundos para el final. Así cerró la Roja su regreso tras 290 días confinada. De vuelta Luis Enrique, la selección rascó un punto agónico. Primero a hombros de De Gea y luego con una fe inquebrantable para no izar la bandera blanca pese a lo experimental de un conjunto en el que debutaron Ferran, Fati, Óscar y Merino.
Al igual que todos los sectores, el fútbol intenta regatear la pandemia como puede. No es ajena la UEFA. Pese al calendario paticojo al que obligan las circunstancias, ha enhebrado con fórceps su último invento: una Liga de Naciones que suplante aquellos bodrios amistosos que interferían los campeonatos de clubes. Ocurre que al torneo le falta arraigo. Y más en estos tiempos, con los nidos vacíos y los jugadores de burbuja en burbuja. Alemania y España no fueron ajenas a la inercia general. Sellaron un partido espasmódico.
Löw dio vuelo a tres centrales cachas, tres volantes y dos puntas. Luis Enrique, que no dirigía a España desde el 23 de marzo de 2019, ordenó un 4-3-3, con Rodrigo como punta central, el graduado Ferran Torres por la izquierda y el eterno Navas por la derecha, rebobinando sus tiempos de extremo. La Roja no sintonizó, sin tonelaje en ataque, sin ventiladores por los costados, sin hilo por la vía troncal. Errático Busquets, embridados los jugadores de banda y Rodrigo con botas de fogueo, el equipo español quedó a expensas de De Gea. Turbado por sus últimos patinazos con el United y con la Roja, esta vez el portero madrileño fue el sostén español, decisivo ya en el primer acto con tres intervenciones muy exigentes ante Kehrer, Draxler y Sané. No fueron las únicas.
Alemania no fue el Bayern. Pero sí un equipo más categórico que el de Luis Enrique. El tajo de De Gea nada tuvo que ver con el de Trapp, al que Rodrigo, que no es un matarife del área, no batió ni con la portería abierta de par en par. Un despiste de Can hizo que Trapp saliera de merienda. Rodrigo caviló más de la cuenta y dio pie a la rectificación alemana. Sin ser deslumbrantes, Werner y Sané percutían al espacio y amenazaban a Ramos y compañía. España gravitaba sobre Thiago, que con el extraordinario cuajo que ha pillado en el Bayern hoy es mucho más que un solista con arte. Pero nadie se enchufó a su vera. A la Roja le costó un mundo certificar su teórica superioridad por las orillas, donde Alemania solo se custodiaba con Kehrer y Gosens. No doblaban Carvajal y Navas. Apenas Gayà y Ferran.
Luis Enrique percibió el poco hueso de España y, al descanso, reparó en Fati, convertido en el futbolista número 800 que se viste con la centenaria Roja y el debutante más joven desde 1936 (Zubieta, del Athletic, que también hizo carrera en Argentina). Al entrenador asturiano le van los extremos. No hay mucho caladero, así que lo mismo tiene que echar el lazo al cadete Fati (17 años) que al brigada Navas (34).
Nada alteró Löw al intermedio y no tardó su equipo en cazar el gol. Gundogan dio pista a Gosens, que trenzó con Werner. El nuevo delantero del Chelsea maniobró en el balcón del área para mandar al garete a Ramos y Pau y clavar el tanto con un disparo seco. Luis Enrique puso en órbita a otros dos futbolistas de estreno internacional, Merino y Óscar, pero no encontró otro agitador que Ansu Fati. En esta España de ensayo que escanea de nuevo Luis Enrique faltan boinas verdes en ataque. Hay jugadores prometedores en otros sectores, pero la Roja carece de chacales, de los de verdad y de aquellos llamados postizos. Rodrigo, el más sólido en estos momentos, nunca fue un carpanta del gol.
España estaba a punto de quedarse seca por primera vez en cuatro años y tras 40 partidos (desde el 2-0 contra Italia en la Eurocopa de 2016), cuando Alemania, confiada en su zaga, se enchironó. Tanto que por mucho defensa pértiga que expuso Löw, casi empata el pajarillo Fati de cabeza. El árbitro sancionó una discutible falta de Ramos a Ginter. No se rindió España y cuando restaban unos 45 segundos, Gayà, un forastero del gol, cantó bingo. Un alivio para Luis Enrique, que aun con el empate tiene tarea. Y nada fácil en estos tiempos de tanta zozobra.
Ansu Fati, segundo debut más joven
Ansu Fati se convirtió en el segundo debutante más joven en la historia de la selección española, con 17 años y 308 días, solo por detrás en cuanto a precocidad como internacional de Ángel Zubieta, que en 1936 se estrenó con 17 años y 284 días. De un año antes, 1935, data la última victoria española en Alemania.
Fati, el debutante número 800 con España, aún puede convertirse en el goleador más joven. El registro es de Juan Errazquin, que marcó en 1925 con 18 años y 344 días.
Por otra parte, Ucrania venció a Suiza por 2-1 en el otro partido del grupo de España, el grupo 4 de la Liga A. Solo el primero se clasifica para semifinales.
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