La FIFA deja vía libre a Messi
Sin jurisprudencia en contra, el organismo internacional concederá el ‘transfer’ al jugador si cambia de club, decisión que intenta revertir el presidente del Barcelona
La aspiración de Leo Messi es jugar la próxima temporada en un equipo que no sea el Barça. Ya ha oficializado su decisión de desvincularse del club azulgrana y se conocen también sus contactos con entidades interesadas en su juego y cartel al tiempo que están dispuestas a asumir su ficha, como es el Manchester City. El rosarino sabe, mientras tanto, que no tendrá problema alguno para obtener el transfer de la FIFA.
En los últimos 15 años no se conoce jurisprudencia en el sentido contrario, ni del organismo que rige el fútbol mundial, ni del Tribunal de Arbitraje Deportivo de Lausana (TAS). Así lo aseguran a este diario fuentes próximas a la propia FIFA, quien prima el derecho al trabajo del jugador por encima del litigio legal que se prevé entre el Barça y Messi. El trámite de la obtención del transfer no iría más allá de una semana aproximadamente, el periodo que pueda tardar en registrarse la documentación pertinente de las partes y ser verificada por el sistema de transferencias (TMS).
Tampoco la UEFA impedirá el cambio de Messi siempre que su comprador cumpla las normas económicas que regulan los límites salariales y el juego limpio financiero. La entidad azulgrana, sin embargo, insistió a través de su secretario técnico, Ramon Planes, en otro sentido: “No contemplamos la salida de Messi”. El club trabaja con la idea de “construir un equipo de futuro con mucho talento y que funcione alrededor del mejor jugador del mundo”, dijo Planes en la presentación de Francisco Trincão, delantero fichado del Braga por 31 millones. “Queremos que se quede”. El presidente, Josep Maria Bartomeu, no respondió a preguntas en el acto y se mantiene en silencio a la espera de poder entrevistarse con Messi. Los directivos barcelonistas están expectantes y no quieren precipitarse ni equivocarse porque aspiran a reconducir la situación y lograr la continuidad del argentino.
El litigio
La única noticia del jugador que había este miércoles en las oficinas del club era el burofax que envió a lo servicios jurídicos el lunes a las 19.20, en el que comunicaba su decisión de activar la cláusula que le permite salir a final de cada temporada de acuerdo con el contrato que firmó en 2017, acaba en 2021 y se ha negado a renovar pese al interés de Bartomeu. El rosarino explica en el escrito que no anunció antes su intención de abandonar el club al haberse desplazado las fechas del final de la temporada, que concluyó el pasado 23 de agosto con la final de la Champions a causa de la covid-19.
El Barça entiende por contra que la cláusula de escape expiraba el 10 de junio y, por tanto, Messi tiene contrato en vigor hasta el 30 de junio y una cláusula de rescisión de 700 millones. Fuentes de LaLiga aseguran que la razón está de parte del Barcelona, al que siempre le quedará la posibilidad de reclamar en los tribunales o al TAS. En el caso de que ambas partes no lleguen a un acuerdo, circunstancia que ahora se presenta muy complicada, el litigio acabaría en un juzgado de Barcelona que establecería la cantidad económica que deberá abonar el jugador al club, circunstancia que, mientras tanto, no bloqueará el transfer de la FIFA. Aunque desde la junta se insiste en no hablar de dinero, sino en intentar retener a Messi, se recuerda también que el PSG abonó los 222 millones de euros de la cláusula de Neymar Junior en 2017.
La oposición baraja mientras tanto la posibilidad de formar un frente común para intentar que Messi continúe si se fuerza la dimisión de Bartomeu y se adelantan las elecciones, ahora previstas para el 12 de marzo de 2021. Los más críticos han sido el expresidente Joan Laporta, el precandidato Víctor Font y Agustí Benedito, que aspira a presentarse por tercera vez, después de promover el año pasado una moción de censura que no tuvo recorrido y que ahora impulsa Jordi Ferrer. También los exdirectivos Emili Rousaud, que salió del consejo después del Barçagate, y el excandidato Toni Freixa, que mantienen puntos de vista distintos, marcaron distancias con Bartomeu.
Algunos sectores barcelonistas coinciden en que el burofax y la unilateralidad no es la mejor manera de finiquitar una relación que se inició en el año 2000 por más razones que haya acumulado Messi. “Al jugador le ha faltado la grandeza que nunca se ha supuesto a Bartomeu”, señaló un ejecutivo del Barça. El anuncio confirma en cualquier caso la guerra abierta los dos últimos años entre la directiva, el vestuario y el capitán desde la destitución de Ernesto Valverde, las negociaciones fallidas para la vuelta de Neymar y el fichaje de Griezmann.
La relación está muy deteriorada y ambas partes se vigilan sobre todo porque hay quien piensa en el club que la decisión de Messi no es irreversible y todavía hay margen para que siga en el Camp Nou. TyC Sports, el medio que informó del burofax después de que Marcelo Bechler desvelara el deseo del jugador de dejar el Barça, apuntó este miércoles que la intención de Messi es regresar el próximo domingo a los entrenamientos como un miembro más de la plantilla del Barcelona. Así no podría ser declarado en rebeldía a pesar de haber comunicado la rescisión de su contrato con el Barcelona.
El consejo que preside Bartomeu considera que el capitán es corresponsable de la trayectoria del equipo y le invita a participar del proyecto de Ronald Koeman. No quieren venderle ni concederle la carta de libertad. El problema es que el diálogo ha sido hasta ahora por vía del burofax y ha dado para múltiples interpretaciones y una conclusión: Messi ha escrito que quiere dejar el Barça. Las explicaciones las dará próximamente según anuncian quienes cuidan de las cosas del 10.
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