Nottingham Forest, más Orejonas que Ligas
Bajo la dirección del mítico Brian Clough, el equipo inglés levantó dos Copas de Europa seguidas en 1979 y 1980
La historia hecha fábula. La fábula, leyenda. La leyenda llevada a novela. Y el libro —tiene también una autobiografía— convertido en película. Pocos en las islas Británicas se atreven a recordar al Nottingham Forest, el único club que tiene más Copas de Europa, dos, que Ligas, una, sin citar a su entrenador, el mítico Brian Clough. Fue un equipo de autor. Como antes lo había sido el Derby County. La veneración por el técnico es tal que los 24 kilómetros del tramo de la autopista A-52 entre las dos ciudades lleva su nombre. Además, tiene sendas estatuas en esos dos puntos, una tercera en Middlesbrough y una grada del City Ground, estadio del Forest, porta su nombre.
Mitad genio. Mitad figura. Siempre orgulloso y altanero. Capaz de convertir en semilla sus presuntuosas palabras. Se comparó con Muhammad Alí, a quien llegó a conocer, y después, ya fallecido en 2004 a los 69 años víctima del alcohol, a Mourinho se le equiparó con él.
”No digo yo que fuera el mejor entrenador del mundo. Pero siempre estuve el primero de la lista”.
“Ya sé que Roma no se construyó en un día, pero es que yo no me encargué de ese trabajo”.
”Por conseguir los tres puntos le pegaría un tiro a mi abuela”.
”Si discutiera con un jugador, nos sentaríamos juntos unos veinte minutos, hablaríamos del asunto y al final decidiríamos que yo tengo razón”.
Cuatro perlas atribuidas al técnico que para muchos especialistas es el mejor entrenador británico de la historia. Sus logros fueron con clubes modestos y su manera de entender el juego nada tenía que ver con la tradición local. “Si Dios hubiera querido que jugáramos al pelotazo hubiera puesto césped en el cielo”. Siempre apostó por el balón al suelo. En un documental de la BBC, El mejor mánager que Inglaterra nunca tuvo, a cada letra de su apellido le agregaron una cualidad. C de calculador. L de líder. O de on the verge (al límite). U de único. G de genio. H de hard (duro).
Antes de aterrizar en Nottingham en enero de 1975, Brian ya había dejado su legado en el Derby County (1967-73) al que hizo campeón de la First (la Premier de entonces) y semifinalista de la Copa de Europa. También había protagonizado un rocambolesco paso por el Leeds: 44 días y siete partidos de los que no ganó ninguno. Esta aventura, sirvió para argumentar una novela y una posterior película (Maldito United). “Hoy es un día triste… para el Leeds United”, apostilló cuando le despidieron.
Llega a su nuevo destino en Segunda y luchando por el descenso. No fueron momentos fáciles. Estuvo a punto de ser despedido. Incluso de convertirse en seleccionador inglés. Con su afición tampoco se callaba. Un día mandó colocar una pancarta en el césped: “Caballeros, basta de insultos. Brian”. La respuesta del público fue inmediata: “Brian, no te vayas, por favor. Los caballeros”. Cuando murió, en el parking del estadio se podía leer: “Brian, gracias por tantos buenos recuerdos. Los caballeros”.
En dos años asciende a la First Division y comienza a dar cuerpo a la plantilla con la que conquistaría el campeonato y las dos Copas de Europa. Clough, con su entonces inseparable ayudante, Peter Taylor, entrenaba y ejercía de mánager. Vendía y compraba. Mandaba, en una palabra. Incluso había jugadores como McGovern y O’Hare, que se iban con él a todos los clubes. Antes de ganar la Liga con siete puntos sobre el Liverpool campeón de Europa, conquista la Copa de la Liga también ante el equipo de Anfield. A sus órdenes ya estaban Shilton, el gran portero de la selección; Viv Anderson, el primer jugador negro que jugó para Inglaterra; Lloyd, Gemill, McGovern, Martin O’Neill, Bowyer, Birtles, Robertson, Woodcock…
</CW>Para la Copa de Europa hace un gran fichaje. Trevor Francis. Paga un millón de libras. Lo nunca pagado. Toda la plantilla estaba formada por jugadores británicos. Mayoría inglesa, cinco escoceses con mucho peso y el organizador O’Neill, norirlandés. El sorteo depara que el debut del Forest sea contra el Liverpool el 13 de septiembre de 1978. Gana con goles de Birtles y Barnet. Dos semanas más tarde resiste en Anfield (0-0).
Sol y cervezas
En octavos elimina al AEK de Atenas. La competición anda loca. Caen también el Real Madrid y la Juventus, y por primera vez en la historia no hay ningún equipo latino en cuartos. [/TEX]El Forest gana al Grasshoper y en semifinales se enfrenta al Colonia, que había ganado la Bundesliga. Un empate (3-3) en el City Ground complica la vuelta. Ahí surge el gran Clough. “No me gustaría estar en el lugar de Weisweiler (entrenador alemán) antes del segundo partido”. Gana con un gol de Bowyer. La final es en el Olímpico de Múnich contra el Malmoe. Son baja Martin O’Neill y Gemmill. Trevor Francis marca el gol del triunfo y comienza a rentabilizar su fichaje.
Como campeón, repite experiencia. Oster Vaxjo, Arges Pitetis y Dynamo de Berlín antes de enfrentarse al Ajax en las semifinales. La otra enfrentaba al Real Madrid y al Hamburgo. La final fue Forest-Hamburgo, después de que los germanos le endosaran un 5-1 a los blancos en el partido de vuelta. Del Ajax campeón de Europa solo quedaba Krol y los ingleses sacaron medio billete para Madrid en su estadio (2-0), donde eran casi invencibles.
Antes de la final, como había hecho el año anterior, Clough se llevó a su equipo a Mallorca. Una semana de descanso y relajación al sol, cervezas incluidas. El Hamburgo con Keegan (Balón de Oro 78 y 79), Kaltz, Magath, Hrubesch… es favorito. Peter Taylor, el segundo de Brian, calienta el ambiente. “Si yo apostara, me jugaría mucho dinero al 1-0 para el Forest”. Así fue. En un Bernabéu medio vacío, gran partido de Shilton y gol de Robertson. Clough había planteado el partido más conservador de lo habitual y Zebec, el técnico rival, se queja. El inglés contesta: “Defender bien es tan estimable como atacar bien”.
El Forest se convierte en el mejor debutante de la competición: dos títulos en sus dos primeras participaciones. Como el Real Madrid, que había ganado las ediciones del 56 y el 57. Esos dos trofeos le permiten jugar sendas Supercopas de Europa. Gana la primera al Barcelona (1-0 y 1-1) y pierde la Segunda con el Valencia por el doble valor de los goles (2-1 y 1-0).
El equipo se va despedazando y pierde la Intercontinental contra el Nacional de Montevideo. Los últimos años del gran Brian —gana las Copas de la Liga 89 y 90— no corresponden a su prestigio. La bebida y su afán por polemizar hasta de política desvirtúan su figura. Abandona el club tras descender en la 92-93 después de 18 años.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.