El visto y no visto de Robert Moreno en el Mónaco
El club monegasco prescinde del exseleccionador español tras solo 12 partidos en el banquillo
Efímero y fugaz, poco menos que imperceptible, ha sido el paso de Robert Moreno por el Mónaco. El preparador catalán, de 42 años, aterrizó el pasado 28 de diciembre en el Principado con la aureola de haber dirigido a España y haber compartido staff en diferentes etapas con Luis Enrique, que prescindió de él por “desleal” y ahora observa con distancia el triste adiós de su colega, que no amigo, tras una andadura mínima que se resume en siete meses y solo 12 partidos. El Mónaco, según informó el diario L'Èquipe este sábado, ha decidido prescindir del entrenador cuando este apenas había puesto el primer pie en el banquillo. Visto y no visto.
La destitución se produce en un contexto extraño, puesto que la Ligue 1 fue cancelada en abril y Moreno trabajaba ya con vistas al próximo curso. Sin embargo, según apunta el medio francés, el viernes dirigió al equipo en el amistoso frente el Círculo de Brujas (2-0) y al día siguiente recibió la notificación de su salida, en la que al parecer tiene mucho que ver el nuevo director deportivo de la entidad, Paul Mitchell. Reclutado hace un mes, al inglés no termina de encajarle el perfil de Moreno en el nuevo engranaje y su deseo es contratar a Niko Kovac, destituido en noviembre por el Bayern.
Se marcha Moreno de la Costa Azul después de un recorrido exprés de siete meses, interrumpido por la pandemia y que por lo tanto reduce su tiempo real de juego a un trimestre. En dicho periodo, el técnico barcelonés logró cinco victorias (tres en Liga ante Angers, Amiens y Montpellier y dos en la Copa de Francia), tres empates (PSG, Dijon y Reims) y cuatro derrotas (Estrasburgo, Nimes y Niza en el torneo doméstico, y Saint-Ettiene en el copero). Arrancó con buen pie, con un meritorio punto en el Parque de los Príncipes, pero al nuevo director deportivo no terminan de convencerle algunos aspectos.
Fundamentalmente, cuenta L'Èquipe, el estilo del equipo, más rácano de lo prometido inicialmente y alejado de la combinación; la gestión del vestuario, donde la presencia de figuras como Cesc Fàbregas, Ben Yedder, Gelson Martins o Golovin no han dado el vuelo pretendido al juego; y, como en casi todos los casos, los resultados. Noveno en la clasificación, el Mónaco sigue muy lejos del conjunto que hace tres campañas engatusó con Killyan Mbappé goleando y el portugués Leonardo Jardim a las riendas, relevado en invierno por Moreno.
El contencioso con Luis Enrique
De esta forma, el multimillonario ruso Dimitri Ryboloblev y su mano derecha, Oleg Petrov, han terminado avalando el golpe de timón planteado por Mitchell y el entrenador español no cumplirá el contrato que le vinculaba a la entidad hasta junio de 2022. “La selección me sirvió para demostrarme a mí mismo que estaba listo para dirigir a cualquier equipo, ahí están los mejores jugadores”, explicaba Moreno hace tres meses en el portal The Coaches Voice, después de haber clasificado a España para la próxima Eurocopa y un áspero contencioso con Luis Enrique, al que reemplazó mientras el asturiano se ausentó de la caseta por la muerte de su hija.
“Si yo no hubiese seguido, él [Luis Enrique] no sería todavía seleccionador. Me etiquetó con dos cosas muy feas [”desleal” y “ambicioso desmedido”] que no merezco”, replicó a su salida de La Roja, a la que dirigió durante 237 días y nueve partidos, saldados con siete victorias y dos empates. “Entrenar a una selección es, entre comillas, más fácil que hacerlo en un club porque tienes menos situaciones de fricción”, comentaba en primavera el concienzudo Moreno, que en su día fue guardia de seguridad en una gasolinera y luego trabajó en varias tiendas de ropa y dos empresas de informática, antes de cursar Negocios Internacionales e ingresar en La Caixa.
“Aprendí que nada es imposible. Cada vez que alguien te dice que algo es imposible, es una invitación a probarlo para demostrar que no es verdad. A menudo me dijeron que no podría tener el diploma de entrenador, que no podría entrenar a equipos importantes en Cataluña o que no podría entrenar a nivel profesional. Y lo he conseguido todo”, expresaba hace solo unos días en una entrevista concedida precisamente a L'Èquipe, antes de que el presente introdujera el sorprendente matiz de su despido: el Mónaco no alzó el vuelo con él, y Mitchell le ha cortado las alas.
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