El juez rearbitra las traineras
El TSJPV otorga a Bermeo la victoria en la Bandera de La Concha de 2018 y la disputa acabará en el Supremo
El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) ha dado un paso que puede afectar al resultado de cualquier competición deportiva. De hecho, ha resuelto que los árbitros de la centenaria Bandera de La Concha, la olimpiada del remo cantábrico, se equivocaron en la edición de 2018 al juzgar una presunta infracción de la trainera de Bermeo, que chocó sus remos con la embarcación de Zierbena, y que le supuso el castigo de ser relegada a la última posición y 15 segundos más. Había acabado segunda, a 28 centésimas de la trainera de Zierbena y acabó octava, a 49,44s. El fallo puede dar un vuelco a la clasificación.
La regata más importante del año se disputa en los dos primeros domingos de septiembre. Bermeo ganó el segundo día, pero la suma de tiempos le dejó lejos del podio. Sin la sanción, se habría llevado la bandera de honor de San Sebastián, el trapo más preciado de la temporada, y los 24.000 euros del premio, que al final se adjudicó la Ama Guadalupekoa de Hondarribia por 90 centésimas sobre Zierbena. Los bermeanos se quedaron sin nada, pero el club no se resignó. Después de agotar los recursos federativos, acudió a la justicia ordinaria. En primera instancia, la demanda fue desestimada, pero el TSJPV ha dictado sentencia: Bermeo tenía razón. Los árbitros de la regata se equivocaron al castigar a la Bou Bizkaia —el nombre de la trainera—. Según los datos del GPS que sigue la regata, el abordaje de Bermeo a Zierbena no se produjo, sino que fue al revés. La trainera castigada siguió una trayectoria recta y fue la otra la que invadió la calle por la que navegaba.
El alto tribunal vasco revisó las actas de la regata, los vídeos y los datos del GPS oficial, y apunta en su sentencia que “se produjo una gravísima equivocación”, y que la trainera de Bermeo, “seguía con su trayectoria lineal en la calle cuatro, en tanto que Zierbena, en la cinco, emprendió una maniobra de giro, perfectamente apreciable, en clara trayectoria de colisión, lo que genera cuando menos, una duda razonable sobre el causante de la colisión”. En la sentencia se afirma que, “en la regata había dos árbitros de agua, uno ubicado en la calle cinco —la más próxima a los hechos— que no realizó indicación alguna, y otro situado a la altura de la baliza tres, que es el que hace las señales y no se encuentra en la línea visual de la trainera de Bermeo”. Requiere a los responsables de la regata, que disponen de medios técnicos, “que se deben emplear para evitar injusticias en el futuro”.
La decisión del Tribunal Superior del País Vasco abre la posibilidad de que Bermeo-Urdaibai reclame la bandera y el montante económico del premio, aunque el alcalde de San Sebastián, Eneko Goia, del PNV, ya ha adelantado que el Ayuntamiento, organizador de la regata, recurrirá en casación ante el Supremo: “No ya porque la bandera sea de uno o de otro, sino porque pone en cuestión muchas cosas. Por poner otro caso, la capacidad de los árbitros en un partido de fútbol de decidir que una cosa es gol. Si uno puede ir al juez y recurrir, y que años más tarde un juez diga otra cosa… esto te mete en un terreno que para nosotros es nuevo. Sinceramente, nos ha sorprendido”.
En un comunicado de Donostia Kultura Festak, se señala: “Las decisiones de los jueces de regata tomadas en el curso de la prueba y en sus circunstancias, son decisiones que hay que respetar. De otro modo, se estaría dejando sin autoridad decisoria a los jueces-árbitro, dado que cualquier decisión que adopten podría ser impugnada”.
Agustín Aranburu, miembro de la justa gestora del club de remo Bermeo-Urdaibai, aseguraba en El Correo: “Vamos a esperar acontecimientos, pero estamos contentos porque el fallo confirma lo que siempre hemos defendido: que la descalificación fue injusta, que nosotros no abordamos a nadie y que los errores se pueden corregir”.
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