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Médico antes que árbitro

César Noval, cirujano y linier en Primera División, renuncia a reincorporarse al fútbol para preservar la salud de pacientes y compañeros

César Noval, en su faceta de juez de línea. EFE
César Noval, en su faceta de juez de línea. EFE
Faustino Sáez

César Noval Font es cirujano plástico y a la vez árbitro asistente de Primera División. En 2018 adquirió notoriedad cuando su excelencia profesional en el ámbito médico se vio amplificada por los altavoces del fútbol. En la misma semana llevó a cabo una operación pionera de reasignación de sexo que duró 17 horas y ejerció de juez de línea en Ipurúa en la goleada del Eibar al Madrid de Solari (3-0). “Salí apenas 30 segundos en los telediarios por la cirugía que habíamos hecho y al día siguiente me dieron 10 minutos como árbitro. El fútbol lo sobredimensiona todo”, cuenta a EL PAÍS antes de explicar su renuncia a reincorporarse a LaLiga. En tiempos de pandemia la prudencia aconseja evitar la simultaneidad de funciones.

Noval, de 33 años, leridano de nacimiento pero valenciano de adopción desde los dos años, se había preparado a conciencia para sumarse al regreso de la competición en el equipo del colegiado Martínez Munuera, pero finalmente ha decidido anteponer la salud al fútbol. “Era consciente de que podía ocurrir. Renuncio a arbitrar por un ejercicio de responsabilidad y por un doble motivo: por una parte, preservar la salud de mis compañeros y la de todos los componentes del fútbol que reiniciarán su actividad esta semana. Y, por otro lado, fundamentalmente preservar la salud de mis pacientes, a los cuales me debo”, señala.

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“Durante los últimos meses y hasta este mismo fin de semana he realizado todas las formaciones del Comité Técnico de Árbitros y he pasado todos los test físicos y médicos”, prosigue Noval, Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valencia con Premio Extraordinario. “Estoy en un estado óptimo y por eso es más dura la decisión. Hemos trabajado muchísimo para conseguir mantener el estado de forma a pesar del confinamiento. Pero, siendo médico, eres muy consciente de la realidad, más que la población general”, repasa.

Lo desarrolla con un ejemplo práctico de su día a día. “Cuando hago una rinoplastia, por ejemplo, el ultrasonido genera un flujo de agua para que el hueso de la nariz no se caliente. Ese flujo se impregna en la bata y el nivel de exposición es muy alto. Si me hago un test 48 horas antes de un partido, pero no puedo estar ese tiempo sin realizar actividad quirúrgica, por la situación que tenemos de colapso, tengo que asumir que no puedo arbitrar”, indica.

En este tiempo, en su hospital de referencia requirieron de su disponibilidad como cirujano general por el elevado volumen de contagio que estaban sufriendo los sanitarios. Mientras mantuvo la actividad asistencial de cirugía plástica que, aun así, fue acumulando retraso. “En nuestra clínica privada tenemos una lista de espera de en torno a seis meses. En estas últimas semanas hemos habilitado quirófanos mañana y tarde, sábados y domingos incluidos”, cuenta Noval. Las reconstrucciones nasales y mamarias priman frente a los retoques estéticos en el afán de recuperar el tiempo perdido por la crisis sanitaria.

“Hay que ir con mucha cautela. Ya hemos visto que una pandemia puede superar cualquier previsión. El nivel de compromiso de la sociedad con el colectivo médico nos ha permitido alcanzar un control bastante elevado”, apunta. Un análisis que Noval dirige también al fútbol. “Creo que no va a haber ningún problema. Pero hay que seguir con prudencia la evolución”, explica el cirujano, que califica de “correcto y completo” el protocolo de reanudación de LaLiga. “Se trata de tomar las máximas precauciones. Habrá cosas que se demostrarán innecesarias y otras que habrá que incorporar pero es adecuado”.

Noval analiza las paradojas del nuevo fútbol, con jugadores con mascarilla y distanciados en el banquillo y al tiempo otros forcejeando dentro del área, como “un ejercicio de responsabilidad social”. “Lo que se traslada desde el campo de fútbol es un mensaje de cautela. El contacto físico durante el juego es inevitable, pero en otros momentos si es evitable. Así que hagámoslo”, dice antes de emitir un deseo. “El día que haya público en los estadios yo también estaré más cerca de volver, porque todo estará más controlado. Pero es mejor hablar de criterios que de fechas para no estresarnos. Mientras me aparto por responsabilidad. Todos estaremos más tranquilos”.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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