Bartomeu se blinda con la vieja guardia en el Barça

A la espera de anunciar las incorporaciones que sustituyan a los seis directivos dimitidos, el presidente del FC Barcelona, Josep Maria Bartomeu, empezó a remodelar el consejo directivo del club. El máximo mandatario azulgrana intenta cohesionar el equipo de gobierno con los 13 miembros que ahora mismo son de su máxima confianza, la mayoría leales desde el inicio de su mandato en 2015, nueve vinculados también de alguna manera al exvpresidente Sandro Rosell.

Jordi Moix, responsable del área de patrimonio y del Espai Barça (proyecto para la remodelación del Camp Nou y el Palau Blaugrana), ocupará la vicepresidencia económica, mientras David Bellver será el tesorero, cargos de vital importancia después de la salida de Enrique Tombas, el directivo de más importancia en la última junta de Bartomeu. Los cambios contemplan también el ascenso a la vicepresidencia de Pau Vilanova (institucional) y Oriol Tomàs (comercial) mientras Marta Plana será la secretaria y Xavier Vilajoana se encargará del fútbol formativo, que incluirá al Barça B, y del femenino, antes dirigido por María Teixidor.

La junta, reunida este lunes por la tarde a través de vía telemática, anunció también que interpondrá acciones penales contra Emili Rousaud. La semana pasada, el vicepresidente y aspirante a suceder a Bartomeu denunció irregularidades en la contratación de diversas empresas para proteger la imagen del presidente y difamar a opositores, jugadores y empresarios. “Creo que alguien ha metido la mano en la caja”, aseguró. El consejo aceptó su dimisión, como también la de Tombas, Teixidor, Silvio Elías, Jordi Calsamiglia y Josep Pont. Aunque no se siente exigido por los estatutos, que invitan al presidente a contar con 14 directivos, Bartomeu aspira a anunciar las incorporaciones en la reunión de la junta ordinara de mayo.

El reto inmediato del consejo directivo es fortalecer la relación con la plantilla, función para la que ha sido designado Javier Bordas, responsable del primer equipo, y explicar la auditoría encargada y todavía no finalizada sobre el Barçagate. Los directivos dimitidos exigieron mediante notario depurar responsabilidades y, en su caso, reponer el dinero del sobrecoste que se pagó por el contrato de monitorización digital firmado con I3 Ventures. La investigación no acabará seguramente hasta que la empresa auditora (PWC) pueda recoger la opinión de testigos presenciales que participaron en el acuerdo que ha provocado la crisis del Barça.

Barçagate

El pasado mes de febrero la Cadena Ser desveló que la junta azulgrana había contrato a la empresa I3 Ventures dedicada a mejorar la imagen pública de Bartomeu y, por otra parte, asociada a cuentas difamatorias en las redes sociales contra jugadores, opositores y el entorno del Barça. La respuesta del club fue encargar una auditoria a PWC y, mientras tanto, suspender al director del área presidencial Jaume Masferrer.

Rousaud denunció que se había pagado una cantidad fuera de mercado por el contrato con I3 Ventures. El acuerdo por tres años se hizo de manera fraccionada, con pagos de menos de 200.000 euros, hasta un total superior a 900.000 euros, para que no tuviera que pasar por el control de la comisión de adjudicación del club de la que el vicepresidente dimitido formaba parte con Tombas y la secretaria Teixidor.

El Barça, en cualquier caso, no solo había contrato a I3 Ventures. Ser Catalunya explicó que, en realidad, eran seis las empresas que estaban relacionadas al Barçagate. Las españolas: NGC Social Science Venture SL y I3 Venture SL; las argentinas Digital Side SA, Big Dat Slolutions SA y Tantra Soft SA; y una uruguaya, Futuric SA. Las empresas, que prestaban colaboración con La Masia, Barça Innovation Hub, Actius Digitals, Patrocinis, Mitjans de Comunicació y Fundació FCB, habían sellado su vínculo con el Barça en 2018 pero operaban desde 2017.