_
_
_
_
_

La cuarentena de los Raptors

Sergio Scariolo, seleccionador nacional y técnico ayudante del equipo campeón de la NBA, explica cómo afronta la liga la pandemia y cómo se organiza una franquicia en aislamiento

Sergio Scariolo, en uno de los viajes con los Raptors
Sergio Scariolo, en uno de los viajes con los RaptorsMatteo Marchi (EL PAÍS)
Faustino Sáez

La pandemia del coronavirus ha trastocado en unos días la agenda de medio mundo y ha puesto en cuarentena al deporte internacional, entre otros al equipo campeón de la NBA, los Toronto Raptors. “Aquí en Canadá hay muy pocos casos [cerca de 200 diagnosticados y un muerto] y la situación aún está tranquila. La presencia de las autoridades públicas en los medios es diaria y ha resultado tranquilizadora porque las instrucciones han sido muy claras. Pero estamos viendo que todo cambia en pocas horas y no estamos a salvo de nada”, cuenta Sergio Scariolo en conversación telefónica con EL PAÍS. “Es un momento de una gravedad que nadie ha vivido nunca. Lo digo, sobre todo, por todo lo que vivo indirectamente desde Italia. España y el resto de países europeos deberían aprender y aprovechar el ejemplo de lo que se ha ido viviendo allí. Pero a la vez alucino cuando veo los desplazamientos masivos de gente a otras ciudades”, señala.

Confinado en su casa de Toronto, el seleccionador de España y técnico asistente de los Raptors explica cómo la propagación del virus les ha abocado a un panorama inédito, como el que se vive en Europa, con la liga suspendida y todos los componentes del equipo aislados en sus domicilios. El jueves, la NBA echó el cierre después de conocerse el positivo por COVID-19 de dos jugadores de Utah Jazz, el pívot francés Rudy Gobert y el escolta estadounidense Donovan Mitchell. “Habíamos jugado contra los Jazz dos días antes y, a la hora de conocerse la noticia, nos estaban haciendo las pruebas a todo el equipo”, detalla Scariolo. En ese instante comenzó la cuarentena de 14 días, aunque todos los miembros de los Raptors han dado negativo en la recopilación definitiva de datos conocida ayer. “Hay dos situaciones diferentes, la de los equipos que estamos en cuarentena que somos cinco o seis y la del resto. Son patrones distintos, el nuestro es el de aislamiento completo y paralización de cualquier actividad deportiva. El resto han suprimido las actividades colectivas pero están desarrollando entrenamientos de un jugador, con un entrenador y una canasta”, prosigue Scariolo.

A la preocupación social y personal —con su hijo Alessandro en Nueva York y, sobre todo, con su madre Angelina, de 90 años, confinada en Italia— se une la incertidumbre profesional en cuanto a cómo gestionar el aislamiento sin perder el pulso competitivo para cuando se reanude la liga. “A nivel individual, casi todos los jugadores tienen instalaciones en sus casas para trabajar físicamente y a los dos que no las tienen el club les ha facilitado las herramientas para mantener la forma. Poco más se puede hacer. No hay posibilidad de trabajar como equipo”, analiza Scariolo.

Una parálisis deportiva que, en el caso del seleccionador, sirve para intensificar la labor administrativa. “Estamos en una fase de organización para cuando toque pasar a la actuación”, señala Scariolo. “Trabajamos a base de conference call [conferencias telefónicas a varias voces]. Llevamos ya un par de ellas de más de una hora de duración con todos los miembros del equipo... el general mánager, el jefe médico, la jefa de comunicación…”, indica el entrenador. Los Raptors cuidan a distancia de la gestión y sus técnicos exprimen informes y test con más detenimiento y profundidad de la que permite el vértigo de la competición.

Entre partidos grabados y una larga lista de series para el entretenimiento, Scariolo está centrado estos días en el “estudio y preparación” de unos playoffs cuyo desarrollo está aún por dilucidar en el plazo de 30 días de suspensión que se ha dado la NBA. “Esta liga tiene un nivel de actividad y planificación tremendo. Habitualmente piensan varios años por delante del resto del mundo. Este es un caso muy especial porque, precisamente, es muy difícil hacer esta labor de anticipación con datos concretos. Nadie sabe cómo puede evolucionar esto, pero seguro que van a hacer todo lo posible para no dar por perdida la temporada y poder reanudarla al menos en playoffs”, indica Scariolo. “Una organización eficiente también tiene que evitar equivocarse por exceso”, añade.

Una reflexión que no es ajena a la incertidumbre del calendario deportivo internacional. “Las fechas ya se empiezan a sobreponer. Aún hay un pequeño margen, cambiando la fórmula de las ligas para que los campeonatos se puedan terminar en sus fechas habituales, pero vamos muy justos. No soy optimista de cara a los Juegos. Cada día que pasa lo veo rozando lo imposible en las fechas previstas”. En ese horizonte abstracto, Scariolo tiene programada una cita con Pau Gasol. “Justo en estos días se está sometiendo a unas pruebas que van a aclarar su situación. No serán decisivas pero, sobre todo para él, arrojarán luz sobre su futuro”. Un futuro ahora asolado por la pandemia y su distopía.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_