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Un clásico que duró menos de 10 minutos

La defensa del Barça sentencia el duelo con un 22-5 de salida y provoca 22 pérdidas del Madrid

Faustino Sáez
Claver intenta taponar a Deck
Claver intenta taponar a Deckacbphoto

El clásico de Nikola Mirotic acabó con el montenegrino alzando los brazos para alentar el jolgorio de la hinchada azulgrana y con los aficionados del Palau correspondiendo a coro cantando el nombre de su ídolo adaptado a la entonación de la banda sonora de Pippi Calzaslargas. El Barça apabulló al Madrid de salida y el pulso acabó antes de empezar. Mirotic fue el máximo anotador con 20 puntos, la misma ventaja que alcanzó su equipo en el marcador final. La misma holgura que quedó instaurada en el cuarto inicial. El Madrid, que había ganado 17 de sus últimos 19 partidos, vio frenada su racha. Fue la sexta derrota de la temporada para los de Laso. En tres de las cinco ocasiones que los blancos han encajado más de 80 puntos han perdido y esta vez también se cumplió la tendencia. Blancos y azulgranas, al frente de la clasificación liguera junto al Zaragoza y de la Euroliga junto al Efes, calcan ahora sus balances tras el clásico (12-3 y 13-3).

Mirotic anotó seis puntos en los primeros cinco minutos de partido, cuatro de ellos desde el tiro libre, y no volvió a ver el aro en toda la primera mitad. Su impulso lanzó al Barça, y su repliegue moduló la diferencia y abrió ligeramente el panorama de un clásico que, a pesar de las sístoles y diástoles en el marcador, nació sentenciado por la abismal diferencia de los contendientes en la intensidad y la concentración tras el salto inicial.

“Cambiamos esas caras ya, ¿eh?”, clamó Rudy en el primer tiempo muerto tras el 8-0 azulgrana de salida, pero su equipo no encontró la manera. La defensa del Barça forzó 14 pérdidas del Madrid en los primeros 13 minutos (22 en total). El 10 de 20 en triples del conjunto de Pesic contrastó con el 4 de 21 madridista. Campazzo y Tavares, habituales tormentos del Barça no se encontraron nunca. Hanga y Delaney marcaron el ritmo; Kuric y Oriola ejercieron de especialista y Mirotic completó su pequeña revancha personal.

“Ellos son un equipo que tiene muchísima anotación, con muchos jugadores capaces de meter puntos. Para nosotros es obligatorio defender y bajar sus números y, a partir de ahí, intentar controlar el ritmo”, explicó Laso a pocos minutos del comienzo del partido. En su intento de contener al Barça en defensa, el Madrid traspapeló su guion en ataque. Cortocircuitó Campazzo al cambiar la agitación por la pausa y el exceso de cloroformo que pretendían administrar los blancos al partido se les volvió en contra metiéndoles en una galbana monumental. A contrapié y a contraestilo, el Madrid cerró el primer cuarto con un 2 de 14 en tiros de campo y más pérdidas (7) que puntos (5, todos de Randolph). En el marcador un contundente 22-5; en la estadística de valoración un aplastante 30 a -4. La plusmarca madridista de 26-2 en el segundo cuarto ante el Andorra (50-14 al descanso) la semana anterior fue casi replicada en negativo por los blancos en el Palau.

Mientras Pesic aprovechó el vigoroso regreso de Claver para ampliar recursos en la rotación, Laso intentó responder a la tunda azulgrana con la energía de Garuba y las piernas frescas de Thompkins. No le resultó la fórmula al técnico vitoriano. Sin contraataque ni acierto desde el perímetro, el Madrid se abocó a una misión imposible antes de romper a sudar. Si el jueves en el OAKA los blancos lanzaron 40 triples con un 35% de acierto, en el Palau mantuvieron la dinámica pero sin acierto. Kuric completó una brillante secuencia azulgrana desde el 6,75 con el triple que valía la máxima renta para el Barça antes del descanso (35-14, m. 15). Para entonces, los de Pesic sumaban un 6 de 8 y los blancos un 1 de 10.

Con un 2 de 4 en el triple en el segundo cuarto y un parcial de 0-8 en el tramo final del segundo cuarto, el Madrid rebajó la desventaja a 12 al descanso. “Con 14 pérdidas es imposible competir”, recalcaba Laso en el entreacto. “Tenemos o teníamos una buena defensa sobre sus bases y hay que mantenerla”, explicaba Pesic con tono mesurado. Del 22-5 del primer cuarto, se pasó a un 6-20 entre el minuto 15 y el 23 (41-34), tras una antideportiva de Mirotic a Campazzo. Pero, poco después llegó la segunda canasta del propio Mirotic en el partido, cuando llevaba un 1 de 6 en tiros de campo. El montenegrino sumó ocho puntos en el tercer cuarto, en el que el Madrid perdió los cinco puntos que había recuperado en el segundo. Para entonces las pérdidas madridistas ya ascendían a 20 en 30 minutos. Mirotic llegó a los 20 puntos, el Madrid se quedó en 63.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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