Dusko Ivanovic y el eterno retorno del sargento
El Baskonia recurre por tercera vez al técnico montenegrino para revitalizar una fórmula que se secó tras su Liga en 2010. El entrenador, de 62 años, firma hasta el final de temporada
“Dusko Ivanovic vuelve a casa”, proclamó el Baskonia en el comunicado en el que anunciaba el fichaje del técnico montenegrino, de 62 años, hasta el final de la presente temporada. El entrenador más laureado en la historia del club vitoriano —ganador de dos de las tres Ligas y cuatro de las seis Copas baskonistas— regresa al Buesa Arena para intentar revitalizar, en la que será su tercera etapa, una fórmula que caducó con su conquista liguera en 2010 (0-3 ante el Barça campeón de Europa). Desde entonces, ni un solo título y tan solo tres finales (dos de la Supercopa en 2011 y 2018 y la de la Liga de la temporada 2017-2018). Tampoco a Ivanovic le ha ido bien fuera de casa, con una progresiva pérdida de caché resultado de un infructuoso viaje por Bosnia, Grecia, Montenegro, Rusia y Turquía, donde acababa de rescindir contrato con el Besiktas de mutuo acuerdo, tras un pobre inicio de curso y apenas tres días después de la destitución de Perasovic en Vitoria.
Con el Baskonia séptimo en la Liga (sin margen de error para sacar billete a la Copa) y decimotercero en la Euroliga, tras una secuencia de cuatro derrotas en las últimas cinco jornadas, Ivanovic se reestrenará en el banquillo baskonista este jueves (20.00) en la visita a la pista del Alba de Berlín de Aíto García Reneses, 135 años de experiencia conjunta al frente de las pizarras.
Vuelve El Sargento. “No era cansancio, era dolor. La exigencia física y mental era brutal. Cuando me levantaba por las mañanas no podía ni andar. Entrenábamos por la mañana, luego salíamos a la montaña, luego a la pista, después al gimnasio, luego otra sesión… Pero al final lo haces. Si crees que estás en tu límite y paras no descubres más y te quedas ahí para siempre. Si tienes a alguien que te aprieta y te enseña a sufrir das siempre un paso más. No comparto al 100% las teorías de Dusko, pero estoy de acuerdo con él en muchas cosas y orgulloso de lo que me enseñaron en Vitoria”, explicó su discípulo Sergi Vidal, en una entrevista con EL PAÍS en 2016. “Dusko marcó mi mentalidad, sin duda. Como he sobrevivido hablo bien de él. Pau Ribas comparó trabajar con él con subir el Tourmalet, yo lo compararía con el ejército”, recordaba el propio Vidal en otro artículo hace un mes, sin augurar el tercer advenimiento de Dusko a un banquillo eléctrico.
A principios de 1990, tras el cese de Manu Moreno, el croata Zeljko Pavlivevic fue el primer entrenador extranjero en llegar a Vitoria, ya con Querejeta en la presidencia, a la que había llegado en 1988. Esa década la completaron Herb Brown (1990-92), Iñaki Iriarte (1993), Manel Comas (1993-97), Sergio Scariolo (1997-99), Salva Maldonado (1999) y Julio César Lamas (2000). Ocho entrenadores en 10 años para instaurar una inestabilidad cíclica que se convirtió en imagen de marca del club con el cambio de siglo.
Una rueda de 20 entrenadores en 31 años de presidencia de Querejeta que ha tenido tres grandes protagonistas recurrentes: Pedro Martínez, Velimir Perasovic y el propio Dusko Ivanovic. Martínez ocupó el banquillo del Buesa Arena en 2005 tras la primera salida de Dusko del club y regresó en 2017 para sustituir a Pablo Prigioni, que dimitió tras solo ocho partidos en el cargo. Perasovic tomó a su vez el relevo de Martínez, entre 2005 y 2007, y volvió dos veces más al cargo, en la temporada 2015-16 y en la 2018-19 hasta esta última destitución.
De Ivanovic (2000-2005) a Ivanovic (2008-2012), la Santísima Trinidad de Querejeta coleccionó dos Ligas, cuatro Copas y tres Supercopas para el club. Solo las apariciones temporales de Natxo Lezkano y Boza Maljkovic, para completar el curso 2006-07, y la breve pero productiva etapa de Neven Spahija (una Liga y una Supercopa en la 2007-2008) interrumpieron un relevo histórico que se ha vuelto a repetir, esta vez en tiempos de crisis y vitrinas famélicas. Pedro Martínez, Perasovic y Dusko vuelven a sucederse, ahora en orden inverso, en busca de las esencias perdidas. En el eterno retorno, le toca el turno a Dusko.
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