El club de John Pinone necesita un propietario
Si Estudiantes ha tenido un activo, ese ha sido su entorno profesional y una marca muy potente
Querido gordo:
Toca retomar la conversación pendiente de hace año y medio. Me preguntabas por la situación de Estudiantes, y casi no te pude contar. Esta semana, por cierto, se cumplen los 30 años del fallecimiento de Fernando Martín. Jamás se me olvidará la narración del partido de tu debut en la vieja Ciudad Deportiva del Madrid en el año 1984. “Este pívot bajo, más bien pasado de kilos y con pinta de oso, no para de hacer gestos a Vicente Gil para que le dé la bola teniendo a Fernando Martín delante, como si llevara aquí toda su vida”.
Te escribo en un día en que en Madrid “llueve con cojones”, como decías en tu español de Connecticut. Pero donde lleva años cayendo chuzos de punta es en el único equipo profesional en toda tu carrera deportiva. El equipo ACB no sale de los puestos de cola. Se ha apostado esta temporada por Aleksander Dzikic, un tipo sin duda competente; ha sido varios años asistente de NBA, y llevó al Buducnost a jugar la Euroliga contra cualquier pronóstico. Un par de derrotas en casa en los últimos segundos han dolido. Tocará sufrir de nuevo, me temo.
Pero lo verdaderamente preocupante sigue siendo la economía. Un directivo con “más de 50 años en el club”, nos confesaba que para él “esto lleva tiempo sin tener solución”. De forma quizá un tanto ingenua me dio por pensar: ¿y para qué seguirá este hombre ahí, luchando contra algo que cree imposible?
Como tú eras un tipo orientado a la solución más que a la queja, te voy a dejar las opciones que se me ocurren. Estudiantes no puede seguir formando parte de su entorno sin tener un verdadero propietario. Ha sido un juguete muy atractivo al cual muchos hemos aportado nuestro granito de arena, pero siempre tirando con pólvora del rey, con la que otros siguen contando pero aquí ya se agotó. Hay dos casos que pueden servir de ejemplo. En España, el Joventut de Badalona estaba en una situación parecida hace un par de años. Ha llegado una familia, ha saneado la deuda, y me cuentan que poco a poco están haciendo un proyecto viable. Si Joventut y Estudiantes han tenido siempre un activo, ese ha sido su entorno profesional; managers, responsables de cantera, gente que trabaja en el club, y una marca en ambos casos muy potente.
El otro ejemplo empresarial lo estoy conociendo este año, y es también súper atractivo. Es el Alba Berlín, el club alemán que ya busca una licencia A en Euroliga. Entre otras cosas, ha construido una cantera que cuesta dos millones de euros, y que se autofinancia. Conociéndote, John, creo que tú jamás te resignarías como este sufrido directivo. Indagué por mi cuenta, y me dijeron que los propietarios de las franquicias NBA no podían comprar empresas de su propio deporte. Ayer se lo comenté a uno de los abonados más fieles, y su respuesta fue “¿y por qué no les dices que prueben, por ejemplo, con el propietario de los Miami Dolphins de la NFL? No es el mismo deporte, la población es hispana en un 70%, Madrid es una capital mundial para esa gente, y para remate nuestra mascota es un delfín”. Como tú decías, “opiniones todos tenemos, interesan soluciones”. Quejarse no solucionará nada.
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