El Getafe desencadena la tormenta a balón parado
El equipo de Bordalás golea a un Levante que fue mejor hasta el descanso
Qué poco le hace falta al Getafe para ganar, incluso para golear. El Levante salió del Coliseum preguntándose qué había hecho tan mal para salir escaldado, porque el equipo de Paco López fue goleado casi sin darse cuenta. Y eso que había hecho una más que digna primera parte, anulando el ataque directo del Geta y salvando su presión adelantada para generar peligro. Cuatro jugadas a balón parado para cuatro goles, todo en la segunda parte de un partido que vuelve a acercar a los azulones a Europa.
La lluvia de goles fue acompañada de la lluvia literal que cayó durante todo el encuentro, pero ni Bordalás ni Paco López quisieron hacer uso de la capucha que incluía su abrigo. Si se mojan los jugadores, nos mojamos nosotros, debían pensar los entrenadores. Pese al agua que caía, el césped no solo aguantó perfectamente, sino que se puso rápido, ideal para el juego vertiginoso del Levante. El cuadro valenciano aprovechó la cobertura para lanzar a Morales a la carrera y el Comandante atormentó a la defensa local cada vez que tenía pista libre. La adelantadísima defensa del Getafe permitía los espacios y las galopadas hacia la meta de Soria, sobre todo porque no andaba tan ajustada como suele.
Aun así, la primera fue para Maksimovic, que remató de cabeza un buen centro de Jason para probar a Aitor. Pese al sustito, el Levante tenía claro que si sus buenos pasadores (Rochina y Bardhi) conectaban con Morales y Mayoral podía crear peligro relativamente fácil porque andaba un tanto dormida la defensa azul. Prueba de ello fue la cesión que Nyom hizo al portero Soria y fue castigada con libre directo. No hubo peligro en el libre indirecto dentro del área, pero sí en el córner siguiente, cuando un cabezazo de Duarte probó los guantes de Soria.
Dominaba claramente el Levante y nada hacía presagiar la tormenta de goles del Getafe que se iba a producir tras el descanso. Si algo tiene el equipo de Bordalás es capacidad para mantenerse firme y hacer daño a la menor oportunidad. Y esa puede ser un córner sacado por Jason y rematado por Cabrera, que entró como un tren para picar de cabeza el balón junto al palo de Aitor. La herida del Levante ya estaba hecha y no paró de abrirse. vezo empujó a Ángel en el área y Jorge Molina no desaprovechó el penalti. En cinco minutos el partido parecía resuelto y en realidad había pasado bien poco.
El Levante se negó a claudicar pese a los golpes y quiso reactivar su ataque. En ello estaba cuando otro córner botado por Jason acabó en un gran cabezazo de Ángel. Con el tercer gol sí que surgió la bandera blanca de los de Paco López, que apenas inquietaron más allá de un disparo fuerte, pero centrado, de Bardhi. Como castigo al atrevimiento, Timor salvó la barrera pegando fuerte por raso y marcando el cuarto. Cuatro goles, todos en jugadas a balón parado para desencadenar la tormenta perfecta del Getafe.
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