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El balón parado le da la vida al Barça

A falta de juego, los azulgrana marcan un gol de cada tres tiros de falta y seis de los últimos siete goles llegaron de estrategia

Jordi Quixano
Messi lanza una falta durante esta temporada.
Messi lanza una falta durante esta temporada. alejandro garcía (efe)

Hubo un tiempo en el que Messi discutía con Xavi sobre quién tiraba las faltas que se producían al borde del área. “Bueno, si él decía esta la tiró yo, ahí se acaba el asunto”, recordaba entre risas el centrocampista, ahora técnico del Al-Sadd catarí. Generoso como es a balón parado, La Pulga también le cedió en numerosas ocasiones la tentativa a Neymar. Pero ahora ya nadie acompaña al 10 cuando pone la pelota en el piso y advierte los pocos agujeros que otros sueñan. Tampoco hay quién se lo discuta porque su efectividad es inigualable. Toda una suerte para el Barça, que ha extraviado su fútbol y que se refugia en este tipo de jugadas para mantenerse de pie, todavía líder de LaLiga y de su grupo en la Champions, por más que mañana se lo discuta el Dortmund. “Ahora, debemos tener claro que prima la victoria sobre el juego”, reflexionó Piqué tras vencer al Leganés. Nada como el balón parado para conseguirlo, pues seis de los últimos siete goles azulgrana han llegado de esta manera.

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En la derrota frente al Levante, Messi adelantó al Barça con un penalti. Y, tras empatar a nada ante el Slavia, el equipo volvió a coger aire a balón parado: contra el Celta Leo hizo un hat-trick —uno de penalti y dos de falta directa—, aderezado por un disparo lejano de Busquets; y frente al Leganés, en el último envite liguero, llegó un tanto de falta lateral colgada por Leo y de un rebote tras un saque de esquina, también lanzado por Messi. La puntería del 10, entonces, esconde la realidad. Primero, porque el Barça golpea a balón parado cuando siempre fue al revés, con una velocidad de balón que descompone al más pintado; y segundo, porque el equipo apenas trabaja en los entrenamientos las jugadas de laboratorio, hasta el punto de que en los saques de esquina siempre hacen los mismos movimientos (uno al primer palo y otro inmediatamente después para escalonar al resto desde el punto de penalti hacia el segundo palo por si se da una prolongación). “No es que le pongamos especial énfasis a practicar las jugadas a balón parado”, reconocen en el vestuario; “pero tenemos al mejor del mundo, capaz de poner la bola donde pone el ojo”. Y funciona mejor que nunca del mismo modo que también da puntos y victorias como reclamaba Piqué.

Los números de la última década así lo atestiguan. Desde la temporada 2008-09, la primera de Guardiola en el banquillo azulgrana, nunca hubo un ejercicio de efectividad similar. En esta campaña, el Barça ha rematado 31 veces a balón parado y ha marcado 10 goles, lo que sale a una media de tanto cada tres disparos. Estadística que saca los colores al resto, pues la cifra que más se le acerca se dio en los cursos 2018-201919, 20115-201616 y 2011-2012, cuando requirieron de 5,5 chutes para hacer diana. Les siguen la temporada 2016-2017 (emplearon 5,7 disparos para hace un gol), 2009-2010 (5,8), 2012-2013 (6), 2014-2015 (6,4), 2013-2014 (7,5), 2017-2018 (7,8) y 2008-2009 y 2010-2011 (8). “Nos dijeron que no hiciéramos faltas, pero con su dribling es complicado”, reconoció Olaza, lateral del Celta, en referencia a Messi; “y han definido el partido a balón parado”. Lo festejan en el camerino azulgrana. “Tenemos una ventaja grande al tener al mejor lanzador del mundo de faltas”, señala Busquets; “poco a poco ha ido mejorando mucho, y... ¡Mira que era difícil!”. Y se suma Sergi Roberto: “Es un placer tenerle porque así también resuelve partidos”. Leo, pues, contabiliza 52 goles de falta —46 con el Barça y seis con la selección argentina—, y en los últimos cinco años ha marcado más tantos (22) en esta suerte que cualquier equipo europeo, como la Juve (15), la Roma, el PSG y el Lyon (13). Una suerte que le da vida al Barça.

Lenglet maquilla las bajas en la defensa

El central galo Clément Lenglet no jugó frente al Leganés por precaución, castigado como tenía el gemelo izquierdo. Una decisión medida porque el jugador ya se entrenó ayer con el resto del grupo y porque resulta capital para el encuentro ante el Dortmund, toda vez que las bajas en la zaga merman al Barça. Está sancionado el central Piqué por acumulación de cartulinas y los laterales Jordi Alba y Semedo están lesionados. Por lo que tres de los teóricos titulares de la defensa se perderán el duelo, capital porque una derrota pondría en riesgo su pase a la siguiente fase. Sí estará, sin embargo, Lenglet, que comandará la zaga junto a Umtiti —mejorado de su lesión en la rodilla—, escoltados presumiblemente por los laterales Wague y Junior.

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