Federer se apunta a Tokio 2020

Pese a enfilar poco a poco la cuarentena, a Roger Federer no se le agota el apetito competitivo. Dice el suizo, de 38 años, que todavía le saca juego a los entrenamientos del día a día y que disfruta viajando por el mundo junto a su familia, de un torneo a otro, y el próximo verano rumbo a Tokio porque al ganador de 20 grandes le seduce la idea de regresar a una cita olímpica después de haberse perdido la de 2016 como consecuencia de una lesión.

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“He debatido con mi equipo durante algunas semanas sobre qué debía hacer el próximo año, después de Wimbledon, y al final mi corazón ha decidido. Me encantaría jugar los Juegos Olímpicos otra vez”, expuso el de Basilea durante un partido de exhibición disputado este lunes en la capital nipona. “Fui el abanderado de Suiza en Atenas [2004] y Pekín [2008], y gané un oro [en el dobles de ese 2008, junto a Stan Wawrinka] y una plata [Londres 2012]. Me encantaría jugar otra vez”, incidió.

La competición tenística tendrá lugar del 25 de julio al 2 de agosto sobre pista dura. Entonces, Federer estará muy cerca de cumplir 39 años (lo hará el 8 de agosto) y dispondrá de un receso de dos semanas para preparar los Juegos después de intervenir en Wimbledon; de tres semanas, luego, para aterrizar en el US Open en condiciones óptimas. Y llegará el suizo como una excepción, dado que la normativa, a priori, le impediría participar en Tokio 2020.

El legendario suizo no ha jugado la Copa Davis durante el último ciclo olímpico y debería haberlo hecho al menos tres veces, luego deberá obtener la aprobación de la Federación Internacional de Tenis (ITF). No tendrá problema alguno Federer, cuya confirmación se une al deseo ya manifestado de Rafael Nadal y de Novak Djokovic de estar también presentes en la cita de Japón. De hecho, el serbio participó hace un par de semanas por primera vez en el torneo de Tokio, con el objetivo de ir explorando el terreno y haciéndose una idea de las condiciones que se encontrará.

Federer degustará sus quintos Juegos –se estrenó en los de Sídney 2000, en los que conoció a su esposa Mirka– y reforzará su nexo con el país del sol naciente. Cabe recordar que el suizo, actualmente número tres del mundo, abandonó el año pasado a la multinacional estadounidense Nike y firmó una alianza de 10 años con la firma japonesa Uniqlo, a razón de 26 millones de euros anuales, unos 258 como cifra final. Este nexo es otro argumento de peso para reforzar la idea de su retorno a la competición olímpica.

Sin no hay contratiempo de por medio, asistirá él y también lo hará Djokovic (32 años), al que también se le ha resistido el oro olímpico individual; asimismo, Nadal (33) también ha manifestado varias veces la voluntad de participar, con el recuerdo de la fabulosa experiencia de Río 2016 –fue oro en dobles, de la mano de Marc López– y habiéndose colgado el laurel individual en Pekín; y queda por ver si el físico de Andy Murray (32), verdugo de Federer en la final de 2012, permite al británico defender la victoria de hace cuatro años en Brasil.