Higgins salva el estreno oficial del lujoso Barça de Pesic
Los azulgrana se meten en la final de la Supercopa tras derrotar al Valencia en un duelo igualado (71-65) marcado por el regreso de Mirotic a Madrid
La determinación de Cory Higgins resolvió el estreno oficial del lujoso Barça de Pesic. Se metieron los azulgrana en la final de la Supercopa tras derrotar al Valencia (71-65) en un pulso igualado que se decantó en los minutos finales por la clase del ex del CSKA. Higgins salvó la deslavazada reaparición de Mirotic en el baloncesto español. Con más números que influencia (14 puntos y cinco rebotes en 25 minutos), el hispano-montenegrino vivió una jornada difícil en Madrid resuelta con un triunfo trabajado.
La parroquia del WiZink Center, mayoritariamente madrileña y madridista pero trufada de aficionados de los tres equipos en liza, recibió a Mirotic con una pitada de 5,5 en la escala Figo de decibelios. "Sabía lo que tocaba. No ha sido fácil, pero me he sentido bien gracias al apoyo de mis compañeros. El recibimiento no me ha influido para mal", explicó después el protagonista. Más nervioso por el estreno que por la fiscalización del público, el excanterano blanco comenzó aplicado pero impreciso. Motum le ganó los primeros duelos y el Valencia se presentó firme. Respondió el Barça con la fiabilidad de Claver, subido a la estela del Mundial, y los primeros apuntes de Higgins para poner en valor los lustrosos fichajes del conjunto azulgrana.
BARÇA, 71; VALENCIA, 65
Barça (15+14+20+22): Pangos (5), Higgins (15), Claver (11), Mirotic (14) y Tomic (3) -cinco inicial-, Davies (6), Hanga , Smits, Oriola, Delaney (8) y Kuric (9).
Valencia (15+17+17+16): Abalde (4), Van Rossom (7), Motum (10), Sastre y Dubljevic -cinco inicial-, Marinkovic (17), Loyd (7), Labeyrie (5), Tobey (9), Vives (3), San Emeterio y Doomekamp (3).
Árbitros: Daniel Hierrezuelo, Carlos Cortés y Raúl Zamorano. Guillem Vives fue eliminado por cinco personales (m.40).
Incidencias: Primera semifinal de la Supercopa disputada en el Palacio de los Deporte (Wizink Center) de Madrid ante 9.675 espectadores.
Sin embargo, la incorporación del recién llegado Delaney destempló el juego del Barça. Vives y Jordan Loyd se comieron al ex NBA, que aterrizó hace cuatro días procedente de China, y el Valencia equilibró el pulso con consistencia (15-15, m. 10). Faltaban Abrines y Pau Ribas en el catálogo de Pesic que, tras los minutos de tanteo, recurrió a las caras conocidas en busca de una mezcla más cuajada. Volvió Pangos y aparecieron en escena Kuric, Hanga y Roland Smits, pero los naranjas aprovecharon el baile en la rotación rival para coger cuerpo.
Con una defensa más intensa y constante y con Van Rossom al mando de las operaciones, el conjunto de Ponsarnau comenzó a llenar la hucha (19-26, m. 15). Con el paso de los minutos, Delaney cogió el tacto y la pareja Mirotic-Tomic recuperó viejas sensaciones construidas en Madrid, pero al Valencia tuvo suficiente con el trabajo de Tobey y un mejor control del balance pérdidas-recuperaciones (6-5 frente al 8-3 azulgrana) para llegar por delante al descanso (29-32, m. 20). Seis puntos, con un 3 de 8 en tiros de campo, le bastaban a Mirotic para ser el máximo anotador de su equipo, pero era poco bagaje ante la constancia taronja.
Como en el inicio, fue la intensidad de Claver la que tensó hasta niveles competitivos la cuerda defensiva del Barça, que armó un 8-0 de salida con un triple y dos asistencias del campeón del mundo para Mirotic (37-32, m. 23). La salida a contrapié del Valencia concedió un par de triples más (Claver y Mirotic) y el parcial creció hasta el 14-3 (43-35, m. 25). Recurrió Pesic al cemento de Hanga y Oriola para apuntalar la renta. Sin embargo, reaccionaron con carácter los de Ponsarnau espoleados por varias decisiones arbitrales que entendían injustas.
El arrebato, con una buena colección de triples, llevó al Valencia a la igualada antes de la recta de meta. Y con otro acierto de Marinkovic desde el 6,75 completaron la remontada parcial (49-52, m. 31). El alero serbio, de 22 años, fichado este verano del Partizan de Belgrado, entró en ebullición y con dos triples más disparó su contabilidad hasta los 17 puntos (5 de 7 en triples). Para entonces, el partido ya estaba condenado a resolverse en el funámbulo (59-60, m. 36).
Higgins ganó las primeras oposiciones de la temporada a ejecutor (15 puntos, 8 de ellos en el último cuarto) y el Barça retomó la iniciativa (66-60, m. 37). Se agarró a la cornisa el Valencia con un triple de Loyd. Pero la solución de 6,75 se convirtió en obsesión de los naranjas y el propio Higgins sentenció el pase del Barça a la final, la undécima de los azulgrana en el torneo.
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